Limpiar la plata nunca había sido tan fácil. La plata, es un metal que, de una forma u otra, tenemos en todos los hogares. La encontramos, en artículos tan variados como unos sencillos pendientes que guardamos en un joyero (que también puede ser de plata) ; en objetos grandes, como cuadros, las clásicas cuberterías o juegos de merienda heredados de la abuela… Incluso en la modernísima bandeja de las llaves que va a juego con los candelabros de diseño donde pones unas velas aromáticas en el recibidor de casa.
En todas las épocas, estos han sido el lujo doméstico más habitual. En todas las épocas, el como limpiar la plata ha sido un problema de esfuerzos y paciencia, porque aunque se deje brillante y reluciente, para mantenerla así, hay que pulirla cada cierto tiempo de forma rutinaria.
Forma básica para limpiar la plata
Es lo primero que hay que hacer para limpiarla, y seguramente sólo haciendo esto, será suficiente para mantener tus joyas en perfecto estado durante muchos años.
Se trata de lo más simple: limpiarla con agua y jabón, preferentemente del que usas para lavar los platos a mano. Con un cepillo de diente MUY suave, un poco de agua y unas gotas de jabón, frota bien tu cadena, pulsera, pendientes… hasta que queden bien limpios. Esta limpieza básica, eliminará todo el polvo, grasa de la piel, restos de maquillaje, crema corporal, perfumes… que ha ido acumulado poco a poco, mientras la llevabas puesta.
Una vez bien limpia, aclara con agua y seca con un paño muy suave, de algodón o franela. También puedes usar una bayeta de microfibra nueva o un pañito de los que se usan para limpiar las gafas. Lo importante es que no arañe la plata, porque esos micro arañazos “invisibles”, acabarán haciendo que pierda mucho brillo. Llegado ese punto, el único remedio es llevarlo a una joyería para que un profesional los elimine.
No uses pasta de dientes abrasiva ni la frotes con sal, azúcar ni arena, por muy fina que sea. La plata se araña con mucha facilidad y es una lástima estropearla pudiendo limpiarla sin riesgos de estropear su superficie pulida y brillante.
¿Y qué hago cuando la plata está limpia, pero se ha puesto negra?
¿Y qué pasa si se deja pasar mucho tiempo sin pulirla y se nos pone negra? Esa suciedad es la que no se va con agua y jabón o frotando en seco con un paño.
Devolverle el blanco brillante a la plata ennegrecida suele ser un trabajo bastante tedioso, pero te voy a enseñar un truco con el que la cuidaremos a la vez que se limpiará sin necesidad de frotar.
Únicamente nos tocará sacarle un poco de brillo al final, pero el esfuerzo de quitarle lo negro, nos lo ahorramos por completo.
Necesitamos:
Papel de aluminio
Sal de cocina
Agua
Una cazuela en la que calentar el agua
Un recipiente del tamaño adecuado al objeto que queremos limpiar
Procedimiento para limpiar la plata y dejarla como nueva:
El primer paso, el que va a eliminar por completo todo el óxido negro que tanto afea la plata, lo haremos sumergiendo el objeto en agua. Para ello, forra por dentro, con el papel de aluminio, el recipiente en el que lo vayas a sumergir. Da igual poner el lado brillante del aluminio para arriba o para abajo. El lado del aluminio es algo que no le afecta al proceso de limpiar la plata.
Llena la cazuela de agua, y ponla a calentar hasta que hierva. Aparta del fuego y vuelca el agua en el recipiente forrado en papel de aluminio. Ahora, echa la sal en el agua caliente y remueve para que se disuelva.
La proporción, es de dos cucharadas soperas bien colmadas por cada litro de agua, y una más “de regalo”, es decir, si tienes 2 litros de agua, pondrás 4 cucharadas + 1 de regalo… en total serán 5 cucharadas colmadas de sal las que añadirás al agua caliente.
Remueve bien con una cuchara para que se disuelva la sal y llegó el momento de introducir, con cuidado de no quemarte, el objeto que quieras limpiar.
Y esta es la parte fácil de limpiar la plata
Cuando lo pongas dentro del recipiente forrado con el papel de aluminio y el agua salada, lo primero que vas a notar es que el agua comienza a reaccionar y va poniéndose turbia. Es la reacción normal.
Deja reposando y reaccionando durante varios minutos, y cuando el agua esté ya fría o al menos, tibia, sácalos y verás el resultado. Sólo tienes ya que secarlo muy bien con un paño suave, y pulirlo con un producto adecuado, para acentuar al máximo el brillo. Los pulimentos específicos para plata como este que te pongo más abajo, o el que te enseño en el vídeo, además de brillo, ofrecen una protección adicional que hace que tarden más en ponerse negros.
Te dejo un vídeo para que veas el paso a paso de todo el proceso. Se hace igual con cualquier objeto que tengas de plata.
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¿Tú tienes muchas cosas de plata? ¡Cuéntame cómo las limpias!
La masa madre para hacer pan casero es muy fácil de hacer. Con ella, no hace falta usar levadura de pandero y los panes quedan muy ricos. La única diferencia respecto a los panes con levadura, es que los panes necesitarán más tiempo de levado. Eso, respecto al proceso de “hacer el pan casero”, respecto al sabor, calidad del pan, facilidad de digestión y demás características nutricionales yo no voy a entrar… pero también hay cambios positivos entre usar masa madre, respecto a utilizar sólo levadura comprada.
Conste, que los panes sólo con levadura salen también estupendos, pero con masa madre, o combinando ambas: masa madre y levadura de panadería, también salen muy bien.
¿Por dónde empiezo?
Los ingredientes que se necesitan para preparar la masa madre no tienen complicaciones:
Harina (sirve la misma que vayas a usar para hacer el pan)
Agua (del grifo o embotellada… la misma que uses para beber, siempre que sea sin gas)
Y nada más. Sólo con estos dos ingredientes, harina y agua, vamos a ponerla en marcha
Proceso para preparar la masa madre
Yo utilizo para medir una taza pequeña tamaño café expreso, o una cuchara de las que se usan para medir el café molido.
Primer día:
En un tarro de cristal o plástico, pon una medida de harina. Añade la misma medida de agua y remueve. Yo comienzo con poca cantidad, porque hay que ir añadiendo más con los días, y no me gusta acumular demasiada cantidad, que luego hay quien recomienda ir tirando… Yo prefiero ir poco a poco y no necesito tirar nada.
Deja el tarro destapado en un lugar templado, cerca del frutero o pon una pieza de fruta al lado. Las levaduras que flotan por el aire de modo natural, se posarán sobre la mezcla de harina y agua y comenzarán el proceso de fermentación.
El primer día no notarás ningún cambio en la masa madre que estás preparando.
Segundo día:
Dependiendo de la temperatura ambiente, tal vez se hayan comenzado a formar burbujas en la superficie. A lo mejor notas un ligero aroma ácido muy suave. Esto es que la masa madre se está comenzando a formar. Las levaduras han empezado ya a multiplicarse.
Añade al tarro una medida de harina y una de agua, y mezcla, al igual que hiciste el primer día. Mantén destapado el tarro para que respire, y las levaduras del aire puedan seguir posándose sobre la mezcla.
A las 8, 10 o 12 horas de haber añadido la harina y el agua (a eso se le llama “refrescar”), refresca de nuevo la masa madre. Es decir, añade una nueva medida de harina, y otra medida de agua, y remueve.
Al final del segundo día seguramente ya notarás el aroma característico, que puede ser más o menos ácido. Antes de refrescarla, el olor de la masa madre suele ser más fuerte.
También es muy probable que comiences a ver pequeñas burbujas. Si el tarro es de cristal transparente será más fácil apreciarlas. Depende mucho de la temperatura ambiente. A más alta, más rápido se activan las levaduras, y a más frío, más días tardará en comenzar el proceso de fermentación.
Tercer día:
Refresca de nuevo tu masa madre con las mismas proporciones de harina y agua que has estado usando hasta hoy. El aroma será ya inconfundible, similar a la cerveza suave. Tal vez se haya formado un líquido en la superficie y se haya separado la mezcla en dos partes. No tiene ninguna importancia y sólo hay que volver a mezclarlo a la vez que le haces el refresco.
Llegó el momento de tapar el tarro con un papel de cocina, que puedes sujetar con una gomilla elástica. Es mejor que el cierre no sea hermético para que la masa madre respire y se elimine el gas que producen las levaduras al fermentar.
Este tercer día, refresca la masa madre en 3 ocasiones, cada 8 horas aproximadamente. Para que no se te olvide, hazlo a las horas de las comidas: desayuno, almuerzo y cena (o antes de ir a dormir)
Las burbujas son ya visibles. Pueden ser más o menos grandes, y tal vez notes que ha manchado las paredes del bote porque la masa madre haya crecido y menguado.
También es posible que salvo el aroma ligeramente ácido, no notes todavía ningún cambio en tu masa madre. Como dije antes, la activación de las levaduras depende mucho de la temperatura. Si el ambiente es fresco, que todavía estén algo paradas es completamente normal.
Cuarto día (y sucesivos)
A partir de hoy refresca tu masa madre tres veces: por la mañana, al medio día/tarde y por la noche antes de acostarte.
La masa madre está ya en marcha, con su aroma a fermento natural que nos recuerda a la cerveza. Las burbujas son claramente visibles y es posible que haya crecido tanto que incluso se haya salido del bote. Cuando esto suceda, significa que llegó el momento de poder utilizarla: Ya puedes comenzar a hacer pan.
Ya está tu masa madre, lista para comenzar a hacer pan
Si Todavía no la vas a utilizar, consérvala de esta forma tan sencilla:
Cómo conservar la masa madre
La masa madre es muy fácil de conservar, y dura muchímo tiempo. Hay panaderías que llevan muchísimos años con la misma. Dicen que cuanto más antigua, más rico sale el pan… Claro que semejante afirmación, no deja de tener su truco… Llevan refrescándola y utilizándola a diario desde hace todos esos años…
Como en las casas no necesitaremos hacer pan a diario, los días que no la uses la puedes mantener de este modo:
Tras utilizar la que necesites para hacer tu pan, refresca y guarda el tarro tapado en la zona más fresca del frigorífico. De este modo no cogerá olores ni entraran en la masa madre microorganismos que puedan estropearla.
Mantenerla dentro del refrigerador hace que las levaduras se inactiven, por lo que no hay necesidad de refrescarla a diario. Bastará con hacerlo una vez a la semana (o incluso una vez al mes). El frío hace que sea suficiente para mantenerla viva, a la espera de preparar un rico pan.
Cuando vayas a necesitarla, bastará con que la saques la noche antes de la nevera. Refresca y déjala sobre la encimera de la cocina tapada con una servilleta (o en algún otro lugar templado de tu casa, sin corrientes de aire). Por la mañana estará lista para poderla utilizar. Recuerda que siempre debes guardar un poco de masa madre, no la vayas a gastar toda.
Calcula el refresco de agua y harina, de modo que una vez sumado a la que ya tienes, siempre sobre un poco. Este sobrante será la masa madre que guardaremos “para la próxima vez”
Mi masa madre no hace nada… ¿sigue viva?
Han pasado ya 4 días y … “no hace nada”… Si todavía no hay burbujas y no ves cambios aparentes, no te preocupes. Te aseguro que acabará pasando. Sólo necesita un poco más de tiempo y paciencia para que el proceso siga su curso. Aún puede tardar varios días, incluso más de una semana.
Mientras tanto, mantenla en un lugar templado y sigue haciendo los refrescos como hasta ahora. Si se te acumula mucha cantidad, antes de refrescarla tira la mitad de lo que lleve acumulado dentro del bote. Sin remordimientos. Añade la harina y el agua del refresco mezclando bien.
Puedes aprovechar para lavar el tarro. Pasa la masa madre recién refresada a un vaso limpio, lava el bote con agua, y pon la masa madre de nuevo dentro.
Cómo saber si se ha estropeado
Un temor natural que nos pasa a todos, es no saber distinguir cuando la masa madre se ha estropeado y hay que tirarla… En realidad, averiguarlo es muy facil.
La masa madre siempre tiene un olor ácido. Puede ser más o menos suave o intenso. Puede tener desde un aroma suave parecido a un yogur natural a presentar un olor fuerte, similar a la cerveza rancia.
Todo estes rango de olores ácidos entra dentro de la normalidad. En cualquier caso, siempre es un olor a “vivo”. Las levaduras que forman la masa madre son microorganismos que cuando se mueren emiten un olor inconfundible. Una peste intensa a podrido, a “bicho muerto”.
Si cuando la vas a refrescar tiene manchas, diferencias de color o/y huele a podrido, directa a la basura. Friega el bote y comienza a preparar la masa madre desde el principio.
Otra cosa que puede pasar, y que también te obligará a comenzar desde el principio, es que haya criado moho. El moho siempre es sinónimo de que la masa madre se ha contaminado. No tiene nada que ver con la fermentación natural que tiene que producirse. Cualquier masa madre mohosa no se puede aprovechar y debe tirarse. No sirve eso de quitar lo mohoso y aprovechar el resto. Lo más conveniente es tirarla toda.
Y ahora, que ya tienes la masa madre lista, te dejo un vídeo con la receta del pan que comemos en mi casa. Suelo comprarlo, pero estos días, para no tener que salir todos los días sólo a por pan, he aprendido a hacerlo. Es muy fácil de hacer y seguro que te va a encantar. Te dejo también la receta por escrito.
Hacer detergente casero para la lavadora con esta receta es muy sencillo. Con jabón, sin aceite y sin utilizar sosa caústica.
El jabón líquido para la lavadora siempre me ha parecido un desperdicio de espacio porque obliga a guardar decenas de litros en casa. Por eso, mi receta, no es de jabón líquido, sino para hacer detergente casero para la lavadora concentrado. Limpia genial y se guarda en muy poco espacio.
Ventajas hacer detergente casero para lavadora en crema.
Con el detergente casero para la lavadora concentrado:
Ganas espacio de almacenaje: Al ser concentrado, necesita muy poco espacio para guardarlo.
Súper rápido: Lo puedes usar el mismo día de la preparación.
Ahorras tiempo: No necesitas añadir agua a diario porque no espesa.
Menor gasto de agua: El agua para disolverlo, la pone la lavadora.
Menos dosis en cada lavado.
¡Deja la ropa estupenda!
Piensa que si lavas la ropa con jabón líquido normal (es decir, aguado) necesitas añadir mucha cantidad de producto (y la lavadora utilizará para lavar, la misma cantidad de agua).
Utilizando un detergente concentrado, es la lavadora la que añada el agua necesaria en su proceso normal de lavado.
Cuando tenemos que lavar los platos a mano nos damos cuenta rápidamente: ¿A que no cunde igual el lavavajillas concentrado que el “normal”?
El lavavajillas concentrado necesita mucha menos cantidad.
Con la ropa, ocurre exactamente lo mismo. No almacenes grandes cantidades de jabón líquido o detergente casero porque necesites utilizar grandes dosis. Puedes fabricarlo concentrado. Ocupará menos espacio y necesitarás menos producto.
¿Porqué es mejor el detergente casero concentrado que el jabón líquido?
Muchas veces me habéis pedido una receta de detergente para la lavadora y no la había hecho hasta ahora. El motivo es muy simple: No puedo recomendar una receta que obliga a preparar y guardar 40 ó 50 litros de detergente líquido.
Este tipo de almacenamiento, va totalmente en contra de los principios de la organización profesional y la distribución eficaz de espacios en el hogar.
Aunque puedas hacer una receta con menos cantidad, la dosis necesaria para un buen lavado sigue siendo la misma. Esto te exige fabricarlo cada semana.
Aprovechar el espacio, Huir del almacenamiento compulsivo y Aprender a Optimizar tu tiempo libre: 3 CLAVES de la Vida en Armonía de la casa limpia y ordenada
Pepa Tabero
En las viviendas modernas necesitamos trucos para provechar al máximo los pocos metros que tenemos disponibles, semejante idea de almacenaje es todo un despropósito.
Ese es el peligro del detergente líquido. Sin apenas darte cuenta, le estás dando un espacio en tu casa que tal vez podrías ocupar con algo que realmente sea más útil, o simplemente dejar ese hueco vacío.
No satures tu hogar de trastos pudiendo evitarlo.
Pepa Tabero
Mi receta para hacer detergente casero para lavadora
La cantidad que voy a hacer es para varias semanas de lavado. Como puedes comenzar a utilizarlo el mismo día que lo prepares y ocupa muy poco espacio al guardarlo, resulta mucho más práctico guardar los ingredientes por separado y prepararlo de nuevo cuando lo necesites.
Llevo un tiempo probándolo en mis lavados y puedo decir que me gusta mucho como limpia la ropa.
Realización
Necesitamos:
Una báscula
Agua
Limpión (un aditivo en polvo quita grasas muy potente)
Percarbonato de sodio
Jabón natural de pastilla (el clásico de lavar la ropa (tipo lagarto, zote… da igual el color)
Un recipiente con tapadera de poco más de 1 litro de capacidad para guardar el detergente ya hecho
Abrillantador del que se usa para el lavavajillas
Una cuchara
Primer paso:
Pesar las cantidades de los productos. Es importante respetar estas medidas.
80 gramos de percarbonato
40 gramos de limpión
50 gramos de abrillantador de lavavajillas
100 gramos de jabón rallado de la pastilla o comprado ya en escamas
Un litro de agua
Realización
1er. paso:
Pon el jabón rallado en un recipiente resistente al calor. Puede ser de plástico o una cacerola amplia.
Hierve el agua y añádela al recipiente en el que está ya el jabón.
Remueve con unas varillas hasta que se disuelva bien el jabón. Ten cuidado para que no salga demasiada espuma.
2º paso:
Importante:
Hay que dejar enfriar el agua con el jabón disuelto.
Todos jabones industriales, incluidos los que venden como naturales, quedan con una textura gelatinosa al enfriarse el agua.
Hay que esperar a que comience a espesar y que la textura sea similar al slime o blandiblub
Para finalizar
Una vez fría el agua y formada la gelatina de agua y jabón, es el momento de añadir los aditivos que formarán el detergente para la lavadora.
Ve añadiendo los aditivos sin dejar de remover. Puedes hacerlo a mano, o con una batidora eléctrica de varillas a velocidad mínima.
En primer lugar, se añade del percarbonato. Comprobarás que no se disuelve. Queda en forma de grumos. Es así como debe quedar.
Tras el percarbonato, se añade el Limpión, que tampoco se disuelve.
Por último, incorpora el abrillantador de lavavajillas.
Cuando hayas incorporado todos los ingredientes, tendrás tu detergente casero para lavadora ya preparado y listo para utilizar.
Guarda tu detergente casero para lavadora, en el recipiente en el que lo vayas a guardar.
Características principales de este detergente casero
La crema de detergente concentrada tiene, como te expliqué un poco más arriba, la ventaja de que necesitas muy poca dosis para realizar una colada normal.
Se pone dentro del bombo, sobre la ropa en un dosificador o un vasito de plástico resistente. Una cucharada sopera colmada, o un tapón del tamaño de una botella de suavizante es suficiente para una colada completa de tamaño normal. Mi lavadora es de 10kg y cuando la lleno a tope, pongo el equivalente a dos tapones tamaño suavizante. Depende del tipo de ropa y lo sucia que esté.
Este detergente casero para lavadora apenas huele porque yo lo he preparado sin aromas, pero puedes añadirle algún aceite esencial cuando hayas incorporado todos los ingredientes. Hazlo justo antes de ponerlo en el envase en el que lo vayas a guardar y tápalo.
La temperatura de lavado mínima debe ser 40ºC para que se active el percarbonato.
Aclaraciones finales
El PERcarbonatono es lo mismo que el BIcarbonato.
El Limpión, es un producto químico quita grasa. Su nombre químico es “ortofosfato trisodico dodecahidratado”. Se compra en cualquier supermercado o droguería. Lo envasan varias marcas, en bolsas de plástico o cajas de cartón pero todas le llaman limpión.
El abrillantador de lavavajillas hace la función de tensoactivo o surfactante. Sirve para que el agua y el oxígeno activo liberado por el percarbonato penetren con mayor facilidad entre las fibras los tejidos.
Aquí te dejo el vídeo del paso a paso…
Y una consecuencia de lo que puede suceder si no sigues bien las instrucciones.
Pepa Tabero – La Casa Limpia y Ordenada
Si prefieres utilizar jabón líquido casero para la lavadora, sigue mi receta de jabón casero, y una vez que haces las pastillas podrás fabricar tu propio jabón líquido. Luego en la lavadora, únicamente tendrás que poner un vasito con el jabón líquido dentro del bombo y añadir los aditivos en polvo (el percarbonato…) en el cajetín del detergente.
Espero que te sirva mucho esta receta de detergente casero para la lavadora porque a mí me está dando un resultado estupendo. Cuéntame en comentarios qué te parece
Recicla pantalones rotos en cortos es la forma ideal de darle la bienvenida al verano. Los pantalones rotos y de corto tobillero llevan todo el invierno causando furor. Pero con el calor ya toca pasar a las bermudas, los shorts y los pantalones cortos.
Los pantalones rotos y cortos tienen muchos enamorados y algunos detractores, pero también hay un grupo importante de presupuestos ajustados que agradecen esta moda.
No me gustas, pero te quiero
A muchas familias con niños y adolescentes (entre las que me incluyo) la moda de llevar los pantalones rotos y desgastados o ligeramente cortos, lleva varios años haciéndonos un favor. Ya no hay que correr a comprar pantalones nuevos cada vez que llega el niño del colegio con un roto en la rodilla o cuando dan un estirón repentino que los deja tobilleros.
En los pantalones de vestir más formales que sólo se ponen en ocasiones especiales, la moda del pantalón corto tobillero también nos ha ayudado a comprar menos pantalones. A no ser que el estirón del niño haya sido “EL ESTIRÓN”, seguro que han podido apañarse una buena temporada con los del año pasado.
Las familias numerosas sabemos que cuando hay hermanos esperando heredar ropa, no importa que los pantalones de vestir se queden cortos. Sólo hay que comprarle al mayor y los demás los seguirás utilizando.
La pena llega cuando se acaba la lista de espera y tienes que desechar pantalones nuevos, con apenas un par de puestas, sólo porque se han quedado cortos.
Como todas las modas, esta también tiene sus límites pero a las familias nos ayuda mucho cuando la moda juega a nuestro favor. Aunque no nos gusten demasiado, la moda de los pantalones rotos o cortos a la altura del tobillo nos ayudan. Supone un ahorro no necesitar comprar nuevos y que puedan usarse un año más.
Reutiliza los pantalones rotos o cortos
Mi estilo de vestir no son los pantalones rotos, pero como madre es una moda que utilizo con mis hijos. Toda idea que ayude a ahorrar en ropa para niños que crecen y dan estirones de un día para otro, es bienvenida.
Donde antes tenía un pantalón vaquero con la rodillas reventadas, mi familia (y los niños de la mayoría de familias que conozco), recicla pantalones cortos rotos.
Vestir a la moda es caro, y los pantalones rotos comprados nuevos, se nos sale del presupuesto.
Pensar que esos ansiados pantalones rotos, cortos, tobilleros, con esos desgastados y esos remiendos… Pantalones que hace unos años hubiesen sido las primeras prendas en el contenedor de reciclaje de ropa… Hace que parezcan aun más caros.
La moda ochentera de las rodilleras de pegar con la plancha
Yo no puedo con las rodilleras. De niña no recuerdo haberlas llevado nunca y ahora como madre, son un remiendo que me supera… Prefiero mil veces un pantalón zurcido chapucero, que “tapar el agujero” parcheando con rodilleras de esas que se pegan con la plancha. Hay a quien le resultan muy prácticas, y es cierto que lo son. Eso es innegable, y además está ese refrán, que dice que es mejor un feo remiendo, que un bonito agujero… pero hablando de esas rodilleras… Yo prefiero mil veces el agujero.
Eso sí, como en todo, tengo mi excepción. En las equipaciones deportivas oficiales, sí las he puesto mas de una vez… Pero lo he hecho del siguiente modo:
Atención:
Truco para poner las rodilleras que se pegan con la plancha:
Pégalas siempre por la parte interna de la tela. De este modo arreglas el roto, sin que se vea la rodillera. Además, no hace falta que pongas todo el parche. Corta únicamente el trozo que necesites.
Recicla pantalones rotos y hazlos cortos.
Aprovecha el verano reciclar pantalones rotos: convierte los pantalones rotos en cortos y parecerá que estrenan pantalones…. gratis
Aprovecha también los pantalones rotos y cortos tobilleros. Son pantalones de plena tendencia. Tus niños pasarán la temporada cada vez más felices: pantalones rotos, cortos tobilleros… completa el look con calcetines invisibles y zapatillas de lona y llévalos totalmente a la moda.
Como compensación, ahora que entra el verano y empieza el calor, empieza a sobrarles largo de pantalón. Seguro que están deseando pasar a los pantalones cortos…
Pocas cosas hay tan fáciles como transformar un pantalón largo en un pantalón corto o unas bermudas. Basta simplemente con cortar.
Para el curso que viene, todavía no se sabe la nueva moda. Si sigue la de los pantalones rotos cortos tobilleros, genial porque ellos seguirán creciendo. Si no… siempre hay tiempo para comprar ropa… que volverá a romperse y quedarse corta… y podrás volver a reciclar pantalones rotos en cortos para el próximo verano.
La ventaja principal del verano y de estrenar pantalones cortos, es que si la moda cambia no tendrán que hacer limpieza en el armario de la ropa que se les quedó pequeña o que ya no se lleva. Como habrán seguido utilizando los mismos pantalones durante todo el verano, seguro que necesitarán algo nuevo para comenzar el curso.
El ciclo se cierra: reciclamos pantalones rotos cortos y evitamos gastar en pantalones de verano.
Cómo hacer tus pantalones cortos.
Seguro que tienes en el armario varios pantalones rotos que se quedaron cortos. Vamos a reciclar pantalones rotos y cortos en bermudas.
No hace falta saber coser para hacerte unos pantalones cortos
Sólo necesitas un alfiler y unas tijeras.
Coloca el alfiler a la altura de la media rodilla del pantalón, para marcar el largo por el que nos vamos a guiar a la hora de cortar. Esto debe hacerse con el pantalón puesto. Basta hacerlo en una sola pierna.
Si son varios los pantalones que vamos a reciclar, no hace falta que se los pruebe todos. Cogerermos la medida para todos los demás pantalones a partir del que se haya probado.
Dobla el pantalón por la mitad. Une las dos patas, y a partir de las costuras, marca una línea recta a la altura del alfiler.
Si cortas las dos patas a la vez con el pantalón doblado, quedarán las dos iguales.
Aun no hemos terminado… pero casi
Quita todos los hilos horizontales del corte. Deja únicamente los que forman la trama vertical del tejido.
Si te das maña cosiendo, haz un sobrehilado para que no se deshilache, o un dobladillo.
Si no sabes sobrehilar ni hacer dobladillos no te preocupes. Sólo recuerda quitar los hilos horizontales. Dobla el pantalón dos veces para ocultar el corte. Así no quedará tan largo (este año las bermudas y pantalones cortos se llevan ajustados y por encima de la rodilla)
Cose para fijar los dobleces. Un par de puntadas en las costuras laterales del pantalón es suficiente.
Termina planchando los dobleces del bajo del pantalón para darle un aspecto profesional.
¡Felicidades! ya puedes estrenar tus pantalones cortos
¿Has visto qué fácil? Lo pueden hacer incluso los mayores interesados en estrenar pantalones cortos… Sí, ellos mismos. Si tienen edad de declarar sus gustos para ir a la moda, también tiene edad para adaptar sus prendas y contribuir a la economía familiar. Un poco de supervisión es suficiente.
Escríbeme un comentario un poco más abajo:
Dame tu opinión sobre estas modas ¿te gustan los pantalones rotos? ¿los compras ya así o prefieres customizarlos tú en casa?
Y si quieres cambiarles el color para darles un toque aún más exclusivo, puedes hacerlo como te explico en el artículo Cómo teñir ropa en la lavadora
¿y qué te parece la idea de aprovecharlos durante el verano y transformarlos en pantalones cortos? Así la temporada que viene, podrás volver a ir a la moda… sea cual sea… ¿Estás de acuerdo conmigo en eso, o tienes otras ideas? ¡Cuéntamelas!
Aprende con estos 5 trucos infalibles a cuidar tus plantas de interior. Mantener preciosas tus plantas de interior es mucho más sencillo de lo que crees.
Te encantan las plantas de interior. Lucen ideales en tu casa. Pero has probado una y otra vez, y siempre se te acaban muriendo. Pues no te preocupes, porque estás justo en el sitio indicado.
Te voy a explicar los 5 trucos infalibles que emplean para cuidar las plantas de interior esas personas que nacen con el don de “la buena mano con las plantas”. Ellos lo hacen de modo inconsciente, y aunque nunca seremos capaces de igualar el instinto natural, podemos aprender trucos que nos ayuden a cuidar nuestras plantas de interior de forma que estén siempre preciosas.
¿Sabes por qué se te mueren las plantas?
Son dos los motivos principales por los que, a pesar de cuidar tus plantas de interior, estas se acaban muriendo:
Falta de cuidados
Exceso de cuidados
La falta de cuidados es bastante simple:
Colocas la planta en cualquier parte que luzca bonita, en ocasiones sin tener presente sus necesidades especiales de luz o de sol. Y ahí se quedan. Se te olvida regarlas y sencillamente, la planta se muere por falta de agua y falta o exceso de luz.
El exceso de cuidados también es fácil de identificar:
Vas de un extremo al otro: de no mirarla durante semanas, a de repente ver que se está poniendo mustia y tiene la tierra totalmente reseca.
Lo primero que se te ocurre es anegarla de agua para contrarrestar la sequedad de la tierra. Y una vez la tierra encharcada, comienzas a cambiarla de sitio: “¿necesitará más luz?, ¿menos luz?, ¿un ratito de sol directo?, ¿estará mejor a la sombra? ¿será falta de abono?…” y ahí comienza una lista interminable de cuidados, que acaban con la pobre planta a pesar de todos tus esfuerzos.
Tal vez se te han secado ya muchas plantas, y como “quieres hacerlo bien”, por miedo a que se seque, la riegas en abundancia. A pesar de regarla, la planta se pone mustia, de modo que comienzas el periplo anterior de cambios de lugar: más sol, meno sol, más luz, menos luz, la sacas a la ventana “para que le de el aire”, la vuelves a meter en casa “para que no se enfríe”…
1- Comienza con plantas resistentes
Dentro del amplísimo sector de plantas de interior resistentes, voy a separarlas en dos tipos, según la cantidad de agua que necesitan.
Tenemos las que no necesitan agua, como los cactus, las plantas crasas y las suculentas.
Y las que no pueden vivir sin agua, como las calas blancas, los potos o los lirios.
Si tienes poco tiempo y se te olvida regar, escoge para cuidar, plantas de interior suculentas, crasas o tipo cactus. Las plantas del desierto aguantan larguísimos periodos de sequía, y no sufrirán demasiado si se te olvida regarlas durante semanas, incluso meses.
Si por el contrario, la falta de agua es uno de tus grandes temores y siempre te pasas con los riegos, decántate por cuidar plantas de interior semi acuáticas, de las que sobreviven con las raíces siempre dentro del agua. Son ideales las calas blancas, los potos, los papiros o los lirios. Cualquiera de estas son ideales para regar todos los días, ya que necesitan tierra encharcada para prosperar y aguantan también temporadas cortas de sequía si se te olvida regarlas.
2- Las plantas de interior son seres vivos, pero no son animales
¿Por qué digo esto? porque aunque parezca obvio, para cuidar plantas de interior, no necesitas hacerles tanto caso como a un cachorro.
Las plantas de interior, cuando más felices son, es cuando menos caso se les hace.
Ya sabes que en la naturaleza no existen las “plantas de interior”. Las plantas, están en el campo, con sus raíces bien agarradas, y no cambian de sitio en toda su vida. Allá donde cae la semilla, es donde arraigan y ya no se mueven. Lo que llamamos plantas de interior, suelen ser plantas tropicales, adaptadas a climas más templados y uniformes que el nuestro. Por eso, para cuidar tus plantas de interior, lo mejor que puedes hacer es copiar el modo en que viven en la naturaleza.
Replicar su hábitat natural es muy fácil:
No las cambies constantemente de sitio.
Si la ves prosperar, déjala ahí y no la muevas más. Has encontrado el lugar perfecto. Si pasado un par de meses no remonta, prueba a cambiarla a otro lugar. Tal vez tenía exceso de luz, o al contrario, menos luz de la necesaria. A lo mejor la humedad ambiental no era la adecuada (por ejemplo, el cuarto de baño no es el mejor lugar para colocar una planta crasa). Si empieza a ponerse mustia, busca en Google el nombre de tu planta y escoge un lugar más adecuado para ella. Entre un cambio y otro de lugar, deja como mínimo un mes. Las plantas necesitan tiempo para aclimatarse a su nuevo hogar.
Para que no crezca torcida hacia la fuente de luz (generalmente la ventana) debes girar la maceta. Haz cuatro marcas en el tiesto indicando los puntos cardinales. Gira una vez al mes, siempre en el mismo sentido.
3- Agéndate un día fijo para regar, y procura que sea siempre a la misma hora
La agenda del teléfono móvil resulta ideal para evitar olvidos, porque directamente te avisará de que ha llegado el momento de regar y podrás programarlo a una hora que sepas que estás en casa. Si estás en casa, deja de inmediato lo que sea que estés haciendo, y riega. Es prioridad absoluta. Si no estás en casa o no puedes hacerlo cuando suene el aviso, pulsa la opción “posponer” para que el aviso se te repita pasados unos minutos o a la hora en que estés en casa.
Hay plantas de interior que hay que regar una vez a la semana mientras que otras basta con hacerlo una o dos veces al mes.
Las crasas, por ejemplo, pueden pasar todo el invierno sin una gota de agua, y sólo regarse una o dos veces al mes en los periodos más calurosos… En cualquier caso, anota el riego de tus plantas en la agenda del teléfono móvil y riega sólo cuando te avise la alarma. Es la forma más práctica de despreocuparte y que tengan siempre el agua necesaria.
Si tu planta tiene hojas peludas (como las violetas), procura que no se mojen. Infórmate de si tu planta debe regarse por arriba o por debajo, colocando agua en un plato para que las raíces la absorban. También existe el riego por inmersión, metiendo la maceta en un cubo de agua hasta que empape por completo la tierra y luego dejando escurrir toda el agua que le sobra. En cualquier caso, una vez regadas, procura que no quede agua en el plato.
Es importante conocer el modo adecuado de regar tus plantas, porque no todas las plantas de interior se riegan del mismo modo.
4- Quítale el polvo a las hojas
Las plantas respiran por las hojas, de modo que necesitan que estén lo más limpias posible. Eso no significa que tengas que limpiarles el polvo todos los días, pero son una pieza más a incluir en tu rutina diaria de quitar el polvo.
No necesitas grandes inventos. Utiliza el mismo plumero desechable que pasas rápidamente por los muebles, y pásalo rápidamente por las hojas de tu planta. El día de la semana que tengas establecido para la limpieza a fondo del polvo utiliza un paño de algodón mojado y escurrido en agua limpia y pásalo a todas las hojas, por delante y por detrás. Si sigues mi método de limpieza por sectores, ese día será el sábado, que es cuando trabajamos en el Sector 5. Este es el sector dedicado a los trabajos especiales, como la jardinería (entre otras tareas)
No emplees abrillantadores de hojas para cuidar las hojas verdes de las plantas de interior. No las limpies tampoco con un paño con aceite, ni con leche “para dar brillo”. Todo lo que no sea limpiar las hojas con agua limpia, para lo único que sirve es para ensuciar los poros de la hoja y que la planta respire peor.
5- Ten siempre un pulverizador con agua fresca a mano
Así, cada vez que pases cerca, podrás darle un toque extra de humedad ambiental. Con un par de toques rápidos del pulverizador lograrás un ambiente fresco que seguro que te agradece. Busca un modelo de envase pulverizador que a la vez de práctico resulte decorativo. Así podrás tenerlo al lado de la maceta y será práctico y precioso. Estos que te dejo en el enlace de justo aquí abajo, son particularmente ideales. A mí al menos me encantan.
Para terminar:
Estos 5 trucos te ayudarán mucho a cuidar tus plantas de interior. Al vivir en una casa, tienen unas condiciones de temperatura y humedad estables prácticamente durante todo el año.
5 Trucos: Los principios básicos para cuidar tus plantas de interior:
Nunca coloques tu planta de interior en un lugar con corrientes de aire.
Los cristales de las ventanas sin cortinas que protejan la planta, tienen “efecto lupa” al reflejarse directamente el sol. Se pueden quemar las hojas y las flores. Pon siempre cortinas o una pantalla de celosía que proteja tu maceta.
Es mucho más frecuente que una planta de interior muera por exceso de cuidados, que por falta de atención. No te excedas y limítate a regarla y abonarla sólo cuando le toque (cuando te avise la alarma del teléfono móvil que te explicaba un poco más arriba). Y hazlo con las cantidades de agua/abono indicadas.
Siempre que sea necesario, corta con unas tijeras desinfectadas con alcohol las ramas y las hojas muertas.
Despunta o “pinza” las ramas que destaquen por crecer de una forma desproporcionada al resto de la planta. El pinzamiento de las puntas hará que salgan ramas nuevas en las puntas. Así se pondrá mucho más frondosa.
Y no hay que hacer nada más.
Escríbeme un comentario un poco más abajo:
Cuéntame cuales son tus plantas favoritas, y si eres de las que fallas por exceso de agua… o porque se te olvida regarlas…(yo reconozco que soy de las del segundo grupo… lo que mejor se me da, son los cactus. Si tienes buena mano con las plantas, estaré deseando que me cuentes tus trucos… y cómo lo haces tú para tenerlas tan bonitas.
Lavar las corbatas en casa es algo que puede parecer complicado porque tienen un diseño que no se parece a ninguna otra prenda. Además, están confeccionadas a mano en tejidos delicados como la seda.
Seguramente las llevas a la tintorería, porque confías que allí las limpiarán mejor y como temes estropearlas si las lavas en casa, dejas el servicio en manos de profesionales. Es normal, pero con el procedimiento que se voy a enseñar, podrás hacerlo en casa de un modo muy sencillo.
Los resultados son los mismos que cuando las llevas al tinte y al ahorrarte el desplazamiento y el servicio de limpieza, resulta más mas cómodo y económico.
El valor de la experiencia
Yo llevo muchos años sin lavar las corbatas a la tintorería. Antes las llevaba siempre que lo necesitaban, y me iba bien hasta que me estropearon una. Al reclamar no se hicieron cargo y el resultado fue que terminó en la basura. Bueno, en la basura no, en el contenedor de ropa usada. Se trataba de una corbata buena, con una pequeña mancha de grasa. No me atreví a limpiarla en casa por temor a estropearla… Cuando la llevé mostré la manchita, especifiqué que era de grasa, y recalqué los cuidados especiales que marcaba la etiqueta. Por su parte, me aseguraron que eran expertos y la mancha desaparecería. Y cumplieron. La manchita inicial desapareció… a cambio de dejar en su lugar un enorme cerco descolorido. Cuando reclamé al recogerla, su respuesta fue: “le hemos quitado la mancha”… Sin comentarios….
Estoy segura de que tuve muy mala suerte, porque me consta que en el gremio hay grandísimos profesionales, pero desde entonces comencé a lavar las corbatas en casa. Si se me estropean, al menos me ahorro tener que pagar la tintorería.
Lo cierto es que desde que lo hago de esta forma, nunca he tenido ningún disgusto. Las corbatas se me quedan siempre impecables. Da igual que sean de seda, de lana o de poliéster.
El principio de no-responsabilidad
Te estoy explicando el modo como lo hago yo en mi casa, y aunque a mí, como ya digo, siempre me ha ido bien, no me puedo hacer responsable de que nunca se vaya a estropear una corbata por lavarla de este modo. No me puedo hacer responsable si se estropea.
Si en tu casa siempre las habéis llevado a la tintorería y os va bien, seguid llevándolas. Siempre puedes hacer una prueba de mi método de limpieza con una corbata vieja que no importe jubilar, o que esté tan manchada que la des por perdida.
Dos normas básicas para cuidar las corbatas.
Nunca guardes una corbata con el nudo hecho porque es lo que más las deforma y estropea. Las corbatas son prendas fabricadas a mano y que hay que cuidar con delicadeza. Deben colgarse en una percha especial. Si las vas a guardar en un cajón, dóblalas por la mitad y enróllalas sin apretar. Así no quedarán marcas del doblez. Guardarlas con el nudo estropea el tejido y al ponerla y ajustarlo, siempre se nota que es un “nudo viejo”. Esto produce muy mala impresión sobre quien la lleva.
Si no sabes hacerte el nudo y no tienes quien te lo haga, lo mejor es que utilices unas especiales, que se llaman “corbatas de seguridad”. Son las que suelen utilizar quienes trabajan en la seguridad privada. Como el nudo de la corbata puede ser peligroso para estos profesionales, ellos utilizan unas que tienen el nudo cosido. Se sujetan al cuello de la camisa con unos clips o un elástico y no se nota diferencia al llevarla puesta.
Qué necesitamos para lavar las corbatas en casa
Lo primero, obviamente, la corbata o corbatas que vayamos a lavar. No es necesario que estén especialmente sucias o con manchas. La mayoría de las veces hay que lavarlas porque la zona del nudo, que es la que más se toca, queda oscurecida por el simple roce de las manos al anudarla.
Jabón de platos especial con ph neutro (la marca da igual, pero es importante que en el envase ponga que sea “delicado para las manos”)
Detergente para prendas delicadas
Un calcetín blanco (Ideal para reutilizar los desparejados)
La lavadora …. porque ya que la tenemos… nos vamos a ahorrar el trabajo de lavar las corbatas a mano ¡usa la tecnología!
¿Cómo preparamos las corbatas para que se laven y queden impecables?
Primero, revisar el revés.
Lo primero, es colocar la corbata en una superficie plana. Repasa la parte trasera para comprobar que la costura está perfecta. Si se ha descosido o se ha partido el hilo, tendremos que coser a mano con cuidado. Utiliza hilo del mismo color que el original. Si tiene una presilla para introducir el extremo más fino de la corbata, comprueba que esta presilla también esté bien cosida. De este modo la apariencia al vestir será impecable.
No te preocupes si no sabes coser, porque es algo realmente sencillo. Une los pliegues del tejido igual que ves que está el resto. Haz un nudo en el extremo del hilo para que no vuelva a descoserse. Si realmente se te hace un mundo pero necesitas lavarla, usa la grapadora. No es muy ortodoxo, pero una grapa de aluminio te sacará del apuro. Eso sí, recuerda llevarla a que te la cosan.
Ahora, revisar el derecho.
Una vez comprobada la costura trasera, toca comprueba el estado de la parte delantera. Repasa bien toda la superficie. Busca manchitas o sombras en el tejido. En cada una de ellas, pon “una” gota del jabón de platos Pasa con suavidad el dedo, para que el tejido lo absorba. Hazlo suavemente, sin frotar y siguiendo la dirección del hilo.
La zona del nudo es fácil de localizar porque suele estar un poco arrugada. Aunque aparente que está limpia, conviene poner también unas gotas de jabón de platos sobre esa parte. Se suele manchar simplemente con la grasa de las manos al hacer el nudo. De esta forma quedará perfecta.
Si tiene alguna mancha importante, rasca la suciedad que puedas eliminar con un cuchillo sin filo. Siempre en la dirección del hilo, quita todo lo que puedas. Frota un poco con el jabón, de modo que cubra toda la mancha y se impregnen bien las fibras. Recuerda no añadir agua.
Una vez repasadas todas las manchas, dobla la corbata por la mitad. Una vez doblada, forma un rulo, que no debe quedar apretado.
Lavar corbatas en casa – Imagen de Wokandapix en Pixabay
Este rulo se introduce dentro del calcetín.
Me gusta que el calcetín sea de color blanco para comprobar si la corbata destiñe. En ese caso, el algodón blanco del calcetín absorberá ese tinte y lo sabremos enseguida.
A veces el calcetín toma un poco de color, pero la corbata no se estropea. Como está enrollada sobre sí misma, el mismo tinte que suelta la vuelte a teñir. Es probable que lo peor que le ocurra es que el tono quede un poco más suave.
Si no quieres usar un calcetín, puedes comprar este accesorio especial para lavar las corbatas. hace la misma función:
Y ahora, a la lavadora
En efecto, vamos a lavar la corbata en la lavadora, aprovechando que tenemos que lavar otras prendas delicadas.
Coloca las corbatas (pretratadas y cada una dentro de su calcetín o en el accesorio especial para lavarlas), junto a los jerséis de lana y otras prendas delicadas. Utiliza el programa “lavado a mano” de tu lavadora.
Programa siempre el lavado en gua fría (a 30º), sin centrifugar y con la mitad de detergente que indica el envase. Como para lavar las corbatas hemos añadido jabon neutro a las manchas, no será necesario poner apenas detergente.
Ya terminó el programa y se paró la lavadora
Es el momento de sacar las prendas. Estrujaremos un poco los calcetines que tienen el rollo de corbata para evitar que goteen. Las sacamos del calcetín, y las extendemos sobre una superficie lisa para que se sequen. Nunca pongas a secar una corbata colgada porque el peso del agua puede hacer que las fibras se estiren y la corbata se deforme.
Una vez seca, se estira la corbata sobre la tabla de planchar. Para plancharla, necesitamos utilizar el vapor al máximo, pero la plancha no debe tocar la prenda. A la corbata debe llegarle únicamente el vapor. De este modo, las fibras se reajustarán y el tejido recobrará el brillo.
Y esto es todo, ya están las corbatas listas para ser colgadas en una percha o dobladas en su cajón, a la espera de volver a utilizarse de nuevo.
También puedes lavarlas a mano
Si no te fías de meterlas en la lavadora, puedes lavarlas a mano siguiendo este otro tutorial. Así es como lavo yo las prendas de seda en casa, ahorrando en tintorería. Puedes lavar las corbatas también de este modo: Lavar en casa seda y prendas delicadas de lavado en seco.