Todos los que tenemos alfombras en casa, sabemos el mantenimiento que tienen. El aspirado o barrido a conciencia es esencial para que no conviertan en un nido de ácaros y polvo, y además muchas veces ocurren accidentes que hacen que se manchen. Como a no ser que las tengamos cubiertas de plástico, es imposible evitar las manchas. Os voy a contar cómo limpiar alfombras en casa. Quedan impecables sin tener que llevarlas a la tintorería.
Lo primero es sacarles el polvo. Aspirado, barrido y sacudido. Depende de nuestras posibilidades y del tamaño, haremos una cosa u otra, pero lo primero que hay que hacer es sacar al máximo el polvo y las pelusas.
Si cae alguna mancha, se retiran los trozos sólidos y todo lo posible raspando con el canto de un cuchillo (la parte de atrás, la que no corta) una vez sin restos, hay que frotar la mancha siempre de fuera hacia dentro (para no extenderla) con un paño muy limpio, húmedo y bien escurrido de agua con amoniaco. Si el suelo es delicado, ponemos una toalla gruesa entre la alfombra y el suelo para protegerlo. Cuando esté ya limpia se seca presionando con una toalla que empape la humedad.
Si no tiene manchas visibles, pero tenemos sensación de que huele, o la vemos que está “así” como necesitada una limpieza completa (una o dos veces al año mínimo) empezamos la noche anterior a la limpieza: Aspiramos, barremos o sacudimos lo que podamos para quitar el máximo polvo posible, y espolvoreando por toda la superficie bicarbonato sódico y sal gorda de cocina de manera que penetre lo más posible entre las fibras. Dejamos reposar toda la noche, y por la mañana aspiramos a fondo. La sal ayuda a arrastrar la suciedad incrustada y el bicarbonato neutraliza los olores.
Una vez bien aspirada, ponemos en un barreño agua tibia y un chorro de amoniaco y frotamos con un paño limpio bien escurrido sin mojar demasiado la alfombra.
Si es de lana auténtica, una vez seca la terminamos pasando un paño limpio, humedecido y muy escurrido en agua tibia donde hemos disuelto un poco de lanolina (en la farmacia la venden) la lanolina ayuda a proteger la lana, pero sólo es útil si es lana auténtica. En las fibras acrílicas no sirve para nada, de modo que nos podemos ahorrar ese último paso.
Las alfombras pequeñas que caben en la lavadora, ya sean de algodón o que admitan lavado con agua (lo pone en la etiqueta) se sacuden a conciencia y se les pone un ciclo en frío, con jabón neutro, sin centrifugado y se cuelgan a secar a la sombra.
Y nada mas. Hasta aquí llego por hoy. Espero que te sirva esta manera que te doy de mantener las alfombras y tus comentarios al respecto. Suscríbete si te gustó.
Un abrazo.
Pepa Tabero.