No es sencillo sobrevivir a la cuesta de enero. Sobre todo a partir de ahora, que estando ya a mediados de mes, se está volviendo cada vez más empinada..
Hace unos días, escribí un artículo para el periódico La Razón. Lo puedes leer pulsando aquí. En él, te doy 5 consejos para superarla con éxito y poder llegar a la cima (a fin de mes) sin demasiadas apreturas.
Estamos ya a mediados de mes. Los niños ya se incorporaron hace tiempo al colegio, de modo que ya nos ha dado tiempo de sobra para reorganizar las rutinas y los gastos del día a día… ¿cómo los llevas? ¿Estás cumpliendo los objetivos económicos?
¿Te está costando sobrevivir a la cuesta de enero?
A veces es duro. Lo sé, pero céntrate y piensa únicamente en positivo… lo principal, que ya mismo llega el fin de mes, la nómina y se acaban las penurias. Eso sí, para comenzar febrero limpio de deudas, ahora toca apretarse un poco el cinturón… y esperar a las segundas, terceras, o cuartas rebajas 😉 (he pedido la cuenta de por cual vamos ya)
Te dejo una entrada SÚPER IMPORTANTE ahora que comienza el año:
Cuéntame cómo te está yendo el nuevo año. Me encantará leerte. Suscríbete al blog, y a mí canal de YouTube y sígueme en mis redes sociales como @PepaTabero en Twitter, en Instagram y Pinterest, para estar al día de las novedades que voy publicando y encuentra las respuestas a todas tus dudas de organización y limpieza en mi libro, el Manual de la Casa Limpia y Ordenada, que puedes encontrar en cualquier librería y en [amazon_textlink asin=’8490605610′ text=’Amazon’ template=’ProductLink’ store=’elblodepeptab-21′ marketplace=’ES’ link_id=’91559787-fa9b-11e7-a6cf-418444e76a84′]
Las máquinas lavavajillas son un básico en la mayoría de nuestros hogares. Además de quitarnos el poco agradable trabajo de fregar a mano, resultan un gran ahorro de agua y energía. En esta entrada de hoy, te voy a explicar de dos formas muy sencillas, cómo limpiar el lavavajillas por dentro.
Lavar a mano la vajilla diaria de una familia de 4 personas, supone un gasto medio de aproximadamente unos 90 litros diarios (desayuno, almuerzo, cena…).
Una casa en la que se utiliza el lavavajillas a diario, se llena con el menaje que se ensucia a lo largo del día. Se programa después de recoger la cena. El programa ecológico es el que más tiempo dura, pero el que mayor ahorro energético y de agua tiene. En las máquinas modernas este programa realiza todo el proceso de lavado con únicamente unos 12 ó 15 litros de agua.
Es decir, lava todo lo que hay dentro, la vajilla de todo el día, con 12 litros de agua (dependiendo del modelo) . Con sólo ese agua se lavará toda la vajilla del día completo.
En el lavado normal, más rápido, el gasto de agua y energético aumenta, pero siempre queda muy por debajo del gasto que supone lavar a mano.
Cómo limpiar el lavavajillas por dentro. Mantenimiento básico.
1. Retira la suciedad más gruesa (trocitos de carne, granos de arroz o maíz…) con una servilleta de papel, pero no aclares los platos bajo el grifo. Los lavavajillas modernos regulan la cantidad de agua en función de la suciedad que detectan en los platos. Si aclaras todo, el sensor de suciedad lo detecta como “limpio” y podría incluso llegar a estropearse
2. La puerta siempre debe estar abierta. Aunque sea una pequeña rendija. Eso evita malos olores y la necesidad de utilizar ambientadores que los disimulen con más o menos eficacia. Dejando la puerta entreabierta, ayudamos a que se mantenga siempre seco. De ese modo evitamos la creación de moho interno en las aspas y los conductos internos.
3. Pasa de vez en cuando una bayeta humedecida en detergente de platos por la goma y el marco de la puerta. No olvides la goma de la parte de abajo de la puerta por dentro. Esa es una zona donde se suele acumular bastante porquería.
4. Desmonta y lava regularmente el filtro. Con un cepillo y un poco de detergente de platos. En el filtro es donde se acumula la suciedad y los restos de comida. Mantenerlo limpio es prioritario para evitar los malos olores por podredumbre de algún resto de comida.
5. Mantén siempre limpias las aspas. Se llenan de grasa que no vemos pero que dificulta el funcionamiento del lavaplatos, porque ¿cómo va a limpiar bien una máquina sucia? Hay modelos en los que las aspas se pueden desmontar para abrirlas por la mitad y limpiarlas cómodamente por dentro. En otros únicamente las podemos desmontar de la máquina. Las limpiaremos pulverizando desengrasante de Cocina por el agujero central. Se deja reposar unos minutos y se enjuagan con el grifo de agua caliente a presión. De este modo el agua caliente empuja hacia los agujeritos de las aspas la suciedad que tengan dentro. Si es necesario la retiramos con la ayuda de un palillo de dientes.
6. Limpia tambien los conductos internos. Las tuberías internas del lavavajillas también acumulan cal y grasa tras muchos lavados. Para mantenerlos siempre limpios, tenemos diferentes opciones que hay que realizar de forma periódica..
Método 1: Hay productos limpiamáquinas comerciales para lavavajillas
Vienen ya listos para usar una vez al mes y su uso es muy sencillo. Simplemente hay que seguir las instrucciones del envase: quitar el precinto, colocar en la zona de los platos boca abajo y programar un ciclo largo de lavado, con la maquina vacía.
Resultan una opción muy cómoda pero tienen el inconvenientes del precio, y de que son productos muy contaminantes para el medio ambiente.
Si te decantas por utilizar limpiamaquinas comerciales, mi consejo es que utilices siempre productos de calidad. Procura usar una buena marca, para asegurarte de que cumplen realmente lo que prometen. Los conductos internos son una parte que no se ve. No compres siempre los productos más baratos. Te puedes encontrar la sorpresa de se que provocó un atasco porque no limpiaron tanto como prometía el envase.
Hay veces que optamos por limpiadores de los más baratos. Si es tu caso, invierte en un buen limpiamaquinas de marca al menos una o dos veces al año. Sobre todo si compras detergentes económicos y para lavar utilizas programas a baja temperatura (como los ecológicos). Alargarás la vida de tu lavavajillas.
Método 2: Cómo limpiar el lavavajillas por dentro de modo ecológico, económico y muy efectivo:
El lavavajillas se puede mantener limpio por dentro de un modo ecológico, no contaminante y muy sencillo de realizar:
Vinagre una vez a la semana:
Programa un lavado largo a la máxima temperatura con el lavaplatos vacío, sin detergente y espera unos minutos. Cuando ya haya cogido toda el agua y esté funcionando, abre la puerta y vuelca un vaso lleno de vinagre en el interior. Vuelve a cerrar la puerta y deja que termine el ciclo. Una vez haya acabado de lavar (cuando ya no suene) puedes saltarte los pasos del secado. Simplemente dale al botón para desconectar el lavavajillas y deja la puerta abierta para que se seque por dentro de modo natural.
El vaso de vinagre ten en cuenta que no se debe poner directamente en el fondo antes de comenzar a lavar, porque hay aparatos que antes de coger agua vacían la que queda residual en los filtros, por lo que el vinagre que pongamos directamente en el fondo, se irá por el desagüe antes de empezar el ciclo de lavado.
Una vez al mes, vinagre (y algo más)
Coincidiendo con el día que vayas a hacer el ciclo con el vinagre, añade al cajetín del detergente dos cucharadas soperas de ácido cítrico en polvo. El ácido cítrico en polvo potenciará la labor del vinagre y le ayudará a desprender los restos de cal y grasa que hayan podido quedar acumulados.
El ácido cítrico en polvo es fácil de encontrar en cualquier droguería y muchos supermercado. No es un producto tóxico, aunque conviene usarlo con un mínimo de precaución.
Tendrás siempre el lavavajillas limpio.
Siguiendo estas pautas te garantizo un lavavajillas limpio y reluciente por dentro. Además de lavar mejor, se alargará la vida de la máquina.
Con los horarios que tenemos y las prisas, a todos nos viene bien una ayuda a la hora de organizar y planificar las comidas. Para conseguir ahorrar tiempo, comer sano y no sucumbir a la rapidez de las comidas precocinadas industriales.
La entrada de hoy del blog es especial. Hoy contamos con la colaboración de María Coronilla, que nos va a explicar cómo se organiza ella. Os dejo con la entrada:
Buenos días, y ante todo mil gracias a Pepa por la confianza depositada en mí.
Soy madre de familia numerosa, trabajadora y apenas tengo tiempo durante la semana para preparar la comida. La necesidad agudiza el ingenio, por eso quiero compartir mis trucos para salvar las comidas del día a día.
Organizar y planificar las comidas
Utilizo mucho el congelador, por lo que es importante recordar que lo que se congela en un alimento es el agua y que tenemos que desengrasar al máximo para evitar que se enrancie la grasa y nos estropee el sabor esperado.
Una cosa que nunca debe faltar en casa son las legumbres ya remojadas (excepto las lentejas, que no necesitan remojo). Cuando pongo a remojo los garbanzos, pongo en agua todo el paquete, aunque no vaya a utilizarlos todos de momento. Una vez remojados, se escurren y se ponen en una bolsa en el congelador. Si se apelotonan no hay problema. Se soluciona con algo tan sencillo como dejar caer la bolsa contra la mesa y ya podremos añadir la cantidad que necesitemos directamente a la olla.
Siempre tengo cebolla, ajo, puerros, pimientos,etc, cortados y picados, para poder ahorrar tiempo en un momento de apuro.
La carne picada preparada en una boloñesa o congelada simplemente con salsa de tomate, congelada y lista para añadir a la pasta cocida, el resultado es muy bueno y rápido de preparar.
Un plato que también admite muy bien la congelación son las albóndigas, siempre y cuando las congeles directamente con salsa o las congeles una vez fritas y la salsa se congela aparte.
Hay que cocinar más cantidad y congelar
Las croquetas las preparo en mucha cantidad. Las congelo por tandas, colocadas sobre un plato o una bandeja pero separadas unas de otras para que no se peguen entre ellas. Deben estar ya empanadas y preparadas para freír (como las que se compran congeladas). Una vez congeladas las pongo en una bolsa y así quedan ideales para simplemente freír las que necesite. Se fríen tal cual, sin descongelar previamente.
Los Buñuelos de pescado, se preparan y se congelan igual que las croquetas: en un plato o bandeja listos para freír.
Cuando preparo paella o arroz casero, el sofrito lo hago primero y en más cantidad de la necesaria. El que no utilizo en el momento, lo concentro y congelo en porciones. De este modo lo tengo listo para añadir únicamente agua y arroz. Queda ideal de este modo para arroz con pollo, con calamares, con sepia…
Los guisos de carne se preparan con antelación con el mismo sistema anterior: preparo más cantidad del sofrito, añado la carne y preparo el guiso. Luego concentro mucho la salsa para que ocupe menos espacio en el congelador (el mío es muy pequeño). Así luego, simplemente hay que añadir más líquido y unas patatas.
Cuando hago empanada de atún preparo siempre el doble. La masa se puede congelar si la receta que usemos lleva levadura. El relleno lo congelo en un tupper para rellenar otra. Otras veces lo cogelo en porciones para hacer pasta con aún y tomate, unas empanadillas, o lo que más nos apetezca. Hay que tener en cuenta que el huevo cocido no admite bien la congelación (su textura varía). Yo los huevos cocidos se los añado al relleno antes de hornear. Nunca los congelo.
Aprovechar los restos
Cuando hago pollo y otra carne guisada, y me sobra, hago lo siguiente. Preparo un sofrito con cebolla y la verdura que tenga por el frigorífico y le añado el pollo desmenuzado. Una vez rehogado, añado un poco de líquido. Eso le otorga al pollo jugosidad y hace que congele mucho mejor. Así no queda reseco al descongelar. Cuando lo voy a usar le doy un golpe de calor rápido. De este modo recupera el líquido perdido. Queda ideal para rellenar canelones o acompañar alguna pasta.
Caldos concentrados
Con los huesos de jamón (perdonad, tengo la suerte de vivir en Salamanca, y una buena paleta…), hago caldo de jamón. Pongo los huesos en la olla rápida cubiertos de agua y una vez bien concentrado el caldo, al congelador en la cubitera, y luego a la bolsa de congelados. Por supuesto, no olvidar etiquetar de qué son los cubitos y la fecha.
Cuando hago caldeirada de pescado siempre reservo el fumet y como muchas veces suelo tener mejillones, gambas u otro marisco, lo aprovecho. Añado las verduras y lo cuezo, luego lo cuelo y lo concentro. Por último, lo congelo en una cubitera. Para que ocupe menos sitio paso los cubitos a una bolsa de congelados y ya tengo mis pastillas de caldo de pescado.
Reglas de oro a la hora de congelar y descongelar:
Hay que envolverlo todo bien y utilizar recipientes herméticos. Así se evitan las quemaduras por frío.
Las bacterias no se mueren durante la congelación. Hay que extremar las medidas higiénicas antes, durante y después de manipular los alimentos.
Lo que se congela de los alimentos es el agua que contienen. Esto significa que lo que se descongela, es también el agua.
Tira siempre los líquidos que suelten los alimentos crudos que no has cocinado previamente.
Cuando congeles alimentos con caldo o salsas hay que hervirlo al menos durante 5 minutos, para matar a las posibles bacterias.
Y sobre todo, recuerda que lo congelado también caduca, así que si podéis poner la fecha de congelación, y tenerlo en cuenta.
Un beso grande a todos.
Y hasta aquí los consejos de María para organizar y planificar las comidas, que como ves son muchos y todos muy prácticos. ¿Cuál te resulta más útil? ¿Y tú cómo lo haces?
Organizar el armario de los tuppers tiene fama de ser una de las tareas más engorrosas y desagradecidas que podemos hacer en la cocina. Todos tenemos multitud de recipientes de todos los tamaños, formas y colores destinados a guardar de un modo higiénico los restos de comida en la nevera o en el congelador.
Son muy útiles
Resultan estupendos para preservar en un envase cerrado los alimentos una vez que abrimos el envase original.
Con ellos evitamos las mezclas de olores y con unas medidas mínimas de higiene, evitamos la contaminación cruzada y dificultamos que proliferen las bacterias.
En las casas con niños en edad escolar son muy útiles para meterles la merienda. Y si por nuestro horario nos vemos obligados a llevarnos el almuerzo al trabajo, resultan verdaderamente imprescindibles.
Organizar el armario de los tuppers y mantenerlos ordenados
Organizar el armario de los tuppers no es imposible si sólo tienes los que realmente necesitas. El problema surge porque acumulamos muchos más de los que realmente utilizamos. Entre los que compramos, los que nos regalan y los que reciclamos de los que nos llegan cuando pedimos comida a domicilio, nos encontramos con armarios llenos de recipientes sin control.
En realidad los tuppers deberian estar llenos de comida en el frigorífico y en en el congelador, o en el lavaplatos, preparándose para una nueva ronda de uso. El armario donde los guardamos debería estar prácticamente vacío, a excepción de los pocos que usamos en ocasiones especiales (por ejemplo, el portatartas o el recipiente grande en el que transportamos la ensalada o las tortillas los días que salimos al campo) . Es curioso pero resulta que esos suelen ser los que están siempre ordenados y sin estorbar.
Se trata del resto, de los de uso diario, los que nos cuesta organizar. Son comunes los armarios tan llenos y tan desordenados que al abrir la puerta siempre se caiga alguno, y además, al estar las tapaderas separadas de los recipientes, es complicado encontrar la pareja. ¿Cuantos tuppers y tapaderas tienes que sacar hasta encontrar lo que necesitas? Seguro que varios.
Lo primero: deshazte de todos los que no tengan pareja.
Para ello haz lo siguiente:
Vacía el armario y coloca sobre la mesa de la cocina todas las piezas que tengas. Haz dos montones: uno de bases y uno de tapaderas.
Aparta a una bolsa todas las piezas rotas, agrietadas, con mal color, arañadas, viejas, opacas del uso… o que les tengas manía.
Forma con lo que queda todas las parejas que puedas de recipiente y su tapadera.
Todas las piezas desparejadas… apártalas a la bolsa de los estropeados.
Como excepción, los de la marca tupperware. Aunque cambien los colores, muchos tienen formas y tamaño estándar que no han variado con los años. Si tienes tuppers de su marca sin tapadera, aunque sean antiguos, pregunta a una vendedora porque es probable que las puedas comprar sueltas.
Ahora vamos a revisar todos los tuppers que tienes completos.
Revisa que sus cierres funcionen bien y sean estancos. Aparta a la bolsa sin remordimientos los que no cumplan.
Revisa los tamaños y no guardes los de capacidades que no usas. Céntrate en tamaños multiuso a partir de los 200ml. De menos, generalmente sólo sirven para caerse y estorbar.
Si hay alguno que sepas que usa poco por la simple razón de que no te gusta por el motivo que sea, ponlo en La Bolsa. No conserves nada que te produzca rechazo. De todos modos, no lo vas a usar…
Para terminar, los colocamos
Ya estamos terminando de organizar el armario de los tuppers, sólo nos queda volver a colocar los que nos quedan en su lugar.
Si hace mucho que no hacías está limpieza, seguro que has quitado muchos inservibles y te queda mucho espacio libregu
Guárdalos en el armario apilados con la tapa puesta y cerrada.
De este modo, ya no volverás a perder las tapaderas. Si tienen válvula para salida del vapor y no estorba al apilar, déjala abierta. Si no tienen válvula o estorba al abrirla, da igual.
Para que no votan olor a cerrado, lo único que hay que hacer es cerrarlos una vez que estén bien secos.
Mi truco-consejo definitivo para organizar los tuppers.
Cuando veas que necesitas comprar, trata de hacerlo por lotes completos. En lugar de piezas sueltas desparejadas, aprovecha que las marcas sacan su línea con paquetes surtidos de varios tamaños, y coge un modelo que se pueda apilar y recoger fácilmente. Te dejo dos ejemplos de piezas que yo tengo y que me encantan por bonitos y prácticos:
En este enlace tienes un modelo de varios tamaños que se apilan abiertos uno dentro de otros y a la vez las tapas quedan perfectamente ordenadas. Es un diseño ideal porque quedan todos guardados dentro del de mayor tamaño. Además es que son preciosos. Me encantan.
Y un par de últimos apuntes:
Cuando los compres, vigila que en los plásticos aparezca la etiqueta de que están libres de BPA (BPA free)
No reutilices de modo indefinido los baratos que venden como semi-desechables. Tampoco los que llegan a casa procedentes de restaurantes de servicio a domicilio. Aunque tengan una apariencia impecable, sus plásticos son de poca calidad y a no ser que marquen ser libres de BPA, con unos pocos usos comienzan a migrar los compuestos tóxicos a la comida. Nunca los uses para congelar, calentar en el microondas o contener comidas grasas.
En caso de dudas, repón existencias. Mejor que sean nuevos y un poco más económicos que mantener en el armario plásticos antiguos fabricados con químicos dudosos.
Y esto es todo. Espero que te sea útil. Escríbeme un comentario y suscríbete para estar a le día de las novedades.
En plena Cuaresma no puede faltarnos la receta de torrijas sevillanas. Recetas de torrijas hay muchas. Cada familia tiene la suya propia, y todas están muy ricas.
De modo que yo os traigo la receta de torrijas sevillanas que se hace en mi casa. No llevan leche y es la torrija clásica que se hace en Sevilla. En ningún otro sitio las he tomado de este modo.
Necesitamos:
Pan de torrijas (el que vayas a utilizar, cortado a rebanadas gruesas)
Vino blanco de calidad (no sirve el de tetrabrick)
Huevos
Aceite de oliva (aunque hay quien usa el de girasol)
Miel pura de abejas
Agua
Puntos importantes:
El pan:
En Sevilla es habitual hacer las torrijas con pan especial de torrijas. Es un pan de molde cuadrado que únicamente se vende en estas fechas. Es mas pequeño que el clásico de sándwich y de miga muy compacta. Aunque viene ya cortado a rebanadas gruesas, no los confundas, porque no tienen nada que ver.
Quien no utiliza el pan de torrijas cuadrado, las hace de pan de Viena, que es un tipo de pan típico sevillano con el mismo tipo de miga compacta y corteza suave.
De cualquier modo, siempre las podrás hacer con pan corriente del que vendan en la zona donde vives. Busca que sea pan blanco, que tenga el tipo de miga densa y que su corteza no sea excesivamente crujiente. No las hagas con pan reciente. Quedarán mucho mejor si dejas el pan reposando un par de días. De este modo evitas que se deshagan las rebanadas al remojarlo.
El vino
El vino es un ingrediente fundamental de la torrija sevillana. Se utiliza vino blanco. En la mayoría de los casos suele ser un vino de solera amontillado, que es un vino blanco muy oscuro y que le da mucho sabor. Como son vinos fuertes, siempre se rebajan con un poco de agua. Si quieres, también puedes usar algún tipo de vino dulce de tu agrado o con el que uses habitualmente para cocinar (que tenga un mínimo de calidad)
La miel
Hay que procurar que la miel sea lo más pura posible. Si utilizamos la que venden en el supermercado, no necesitaremos apenas rebajarla con agua.
Receta de torrijas sevillanas. Preparación:
Hacer esta receta de torrijas sevillanas es muy fácil. En el vídeo que te he puesto en esta misma entrada, un poco más abajo, podras ver con detalle el paso a paso.
Remojo y rebozado
Pon el vino en un plato, y rebájalo con un poco de agua.
Bate el huevo en otro plato.
Remoja la rebanada de pan en el vino por los dos lados, pero no la dejes remojando dentro para que no se empape demasiado.
Pasa la rebanada de pan mojada en vino por el huevo, por ambos lados, y escurre un poco el sobrante con un tenedor, para que el exceso de huevo no salte al freír.
Según las vas haciendo, ve colocando las rebanadas pasadas por el vino y el huevo en un plato amplio, hasta que estén todas listas.
Este tiempo de reposo es muy importante para que el pan absorba por completo el rebozado.
Ahora las freímos:
Pon el aceite en una sartén honda y cuando esté caliente, ve friendo las rebanadas hasta que estén doradas.
Ve colocándolas en un plato con papel absorbente para que pierdan el exceso de grasa.
Y les damos el baño de miel:
Pon la miel a fuego suave en una cacerola amplia y rebájala con agua. Si es miel muy pura, añade de agua la mitad de la cantidad de miel. Por ejemplo, si has puesto medio kilo de miel, tendrás que añadir un cuarto de litro de agua. Si es de la miel normal que se compra en el supermercado, añade un poco menos o quedará demasiado aguada.
Cuando esté la miel completamente derretida y comience a burbujear suave, añade las torrijas y déjalas hervir un momento. Vamos a hacer que se empapen bien en esta salsa de miel. Con medio minuto suele ser suficiente.
Ve pasando las torrijas ya bañadas en miel a una fuente honda, donde quedarán enfriando a la espera de que las vayas a consumir.
Una vez pasadas todas las torrijas por la miel y colocadas en la fuente, vuelva la salsa de miel sobrante de la cacerola, sobre ellas. De este modo se mantendrán muy jugosas.
Listas para servir:
Para servirlas una vez frías, añade por encima de la torrija una cucharada de la salsa de miel sacada de la misma fuente.
Aquí te dejo el vídeo con el paso a paso de mi receta de torrijas sevillanas:
Espero que te haya gustado y me cuentes cuando las hagas. Suscríbete aquí para estar al día de las nuevas publicaciones y poder acceder a los documentos exclusivos y las plantillas imprimibles gratuitas para suscriptores del blog que te ayudarán a llevar a le día las tareas domésticas.
Hoy te voy a enseñar a hacer jabón líquido y gel de baño con una pastilla de jabón comprado. Es una forma estupenda de gastar todas esas pastillas que tenemos dando olor en los armarios y cajones de la ropa. Que no usamos porque nos resulta más práctico el formato líquido.
Cómo hacer jabón líquido y gel de baño con una pastilla de jabón de tocador
Lo primero que hay que hacer es lavar la pastilla del polvillo que le pueda haber salido al estar guardada. Seca bien con un paño. Después, con un rallador del tipo de los de queso, ralla en función de la cantidad de jabón líquido que necesites preparar.
Seguramente si lleva muchos años guardada, esté reseca y huela muy poco. a veces incluso se partirá por la mitad al rallarla. No pasa nada, sólo procura no respirar el polvo que salga, porque podría irritarte un poco. Si tienes, usa una mascarilla. Si no, ponte un paño de algodón tapando la boda y la nariz, o al menos aleja la cara del rallador.
Para que quede con una buena textura de gel, Las proporciones son de 1 litro de agua y 40 gramos de jabón rallado.
Si quieres menos cantidad, por ejemplo para ponerlo en un bote de gel de baño mediano, pon 20 gramos de jabón y 500 de agua. Para un dosificador pequeño de 250ml para el lavabo necesitarás sólo 10g de jabón rallado y 250 de agua.
Haz el cálculo partiendo del tamaño del envase en el que lo vayas a utilizar.
Pon el agua a calentar en un cazo. Cuando comience a hervir añade el polvo de jabón rallado. Baja un poco el fuego para que hierva suave y remueve con una paleta de madera hasta que se disuelva. No agites con fuerza para que no haga mucha espuma. Simplemente necesita disolverse en el agua.
Unos minutos son suficientes. Se hace muy rápido.
Cuando veas que está totalmente disuelto y sin grumos, aparta y deja enfriar. Estará muy líquido, parece agua, pero al enfriarse se espesa.
Notarás que el agua se ha vuelto transparente. Sólo tiene un poco el color de la pastilla de jabón.
Déjalo enfriar en el mismo cazo o pásalo a otro recipiente. Según se enfría, se va espesando y volviendo opaco y adquiriendo una textura gelatinosa.
Parece blandiblu (slime): es normal
Cuando esté completamente frío la textura debe tener un espesor muy parecido al blandiblu (slime) . Cuando eso ocurra estará listo.
Antes de pasarlo al envase definitivo hay que romper esa textura de gelatina. Yo uso unos palillos chinos para batir el jabón. Una vez vuelto a su estado líquido ya podemos envasar y comenzar a utilizar nuestro nuevo jabón de manos o gel de baño.
Te dejo el vídeo con el proceso completo:
¿Quieres aprender a hacer pastillas de un jabón de pueblo totalmente casero con solo tres ingredientes?, visita esta entrada.
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