Ordenar la casa te resultará muy fácil. Con estos 5 trucos fáciles para organizar tu hogar, lograrás mantenerlo siempre perfecto.
El mejor momento para realizar cualquier cambio siempre es “ahora”. Hoy es el día perfecto para comenzar a ordenar la casa.
Muchas veces esperamos a los cambios de estación creyendo que de ese modo “lo haremos bien“. Reservamos como fecha clave la “limpieza de primavera o de otoño”. O tal vez al pesadísimo (a mi me agota sólo pensarlo) “cambio de ropa de temporada”.
También solemos esperar para ordenar la casa a los días previos a Navidad: “lo haremos cuando pongamos la decoración navideña” es una frase clásica.
No pocas veces se anota el limpiar la casa como uno de los propósitos de año nuevo: “Comenzaré a ordenar la casa en cuando recoja los adornos navideños”… Esta es la forma en la que los días pasan, y de repente, sin apenas darnos cuenta…
¡ya tenemos aquí de nuevo la limpieza de primavera!
El hogar es un sistema cíclico. Para ordenar la casa no necesitas fechas o eventos especiales. Las tareas nunca hay que demorarlas más allá de “hoy”.
Para comenzar a organizar tu casa, nunca hay mejor momento que “ahora”
Pepa Tabero 5 trucos fáciles para ordenar la casa
Cómo comenzar a ordenar la casa:
No retrases el momento. ¡Comienza ahora!
Recuerda ir poco a poco. Imponte metas cortas.
Olvídate de las limpiezas generales. No quieras abarcarlo todo.
Redacta una lista de tareas inmediatas. Esas son las rutinas.
Divide las tareas según el tiempo que te ocupen y utiliza siempre un temporizador.
1.- No retrases el ordenar tu casa: ¡Comienza Ahora!
No hay mejor momento que “ahora” para empezar a ordenar la casa
Pepa Tabero 5 trucos fáciles para organizar la casa
Cuanto más pesada la tarea, antes debes hacerla… los malos ratos, hay que pasarlos pronto, dice el refrán… y yo estoy totalmente de acuerdo con eso.
No esperes al momento adecuado, porque no llegará nunca. Los astros no van a enviarte una señal de que ha llegado el momento de ordenar la casa.
Siempre vas a tener algo más urgente, más fácil, más “necesario” y por supuesto, mucho más agradable que ponerte a limpiar, de modo que deja a un lado las excusas, y haz algo ahora mismo.
La primera foto de un rascacielos, nunca es la de la inauguración, sino la ceremonia de “poner la primera piedra”
Pepa Tabero 5 trucos fáciles para organizar la casa
Con ese único movimiento, ya te has puesto en marcha… Ya has comenzado a ordenar la casa ¿a qué ha sido fácil? Sí, pero… ¿y el resto? El resto, poco a poco. No te preocupes por adelantado.
2.- Recuerda ir poco a poco. Imponte metas cortas.
Las metas siempre deben ser cortas y fáciles de lograr. Si se te hace un mundo dejar la cocina recogida por la noche, al menos deja la mesa limpia para poder desayunar, y céntrate en dejar hecha la cama por la mañana. Ve poco a poco.
Cuando tengas la cama hecha todos los días durante una semana, implementa otra rutina… ¿Y si tratas de dejar el pijama colgado en una percha tras la puerta, o doblado bajo la almohada?
Tal vez prefieras quitar el polvo del salón por la noche antes de acostarte, y así cuando vuelvas de trabajar estará limpio… Para eso, ten un plumero desechable siempre a mano. Cógelo por la mañana a la vez que las llaves y justo antes de salir, da una pasada súper rápida por los muebles del salón. Puedes dejar el plumero en la entrada y guardarlo cuando vuelvas. Facilítate las tareas y no te compliques.
Según vayas implementando esta nueva rutina que te facilita limpiar la casa y viendo sus buenos resultados, ve pensando en tu siguiente acción. Prepara lo que necesites para llevarlo a cabo. Si vas con prisa por las mañanas, procura que sea algo que no necesite más de 2 ó 3 minutos. Guardar el pijama y pasar el plumero, dura justo eso… y cuando vuelvas, te encontrarás un salón sin polvo y un dormitorio con la cama hecha y el pijama en su sitio.
3.- Olvídate de las limpiezas generales y no quieras abarcarlo todo de una vez.
Seguramente, ya me habrás escuchado hablar más de una vez de lo poco que me gustan las limpiezas generales. No me gustan porque son innecesarias y agotadoras. La necesidad de llevarlas a cabo es una muestra palpable de que no se ha llevado una organización eficaz de las tareas de la casa a lo largo del año.
Una cosa es tener que hacer el cambio de ropa de temporada, porque no tengamos armarios suficientes en los que poder guardar toda la ropa de invierno, entretiempo y verano en sitios diferentes. No nos queda más remedio que llenar los altillos de los armarios con cajas y bolsas de vacío llenos de ropa de otras temporadas, edredones, mantas… Eso es “el cambio de armarios” que aprovechamos para pasar un paño húmedo y limpiar el armario por dentro aprovechando que lo hemos vaciado.
Una limpieza general es otra cosa
En la limpieza general, se supone que debemos darle la vuelta a casa y limpiar todo aquellos rincones que no hemos limpiado desde hace meses… ¡meses!
Es normal que quienes las hacen, terminen agotados… En un par de días, hay que limpiar la casa al completo. Además del quehacer diario hay que remover todo lo que lleva acumulando polvo desde la última vez que lo limpiamos (y probablemente no volvamos a tocar hasta la próxima limpieza) ¿de verdad te merece la pena tener acumulados tantos objetos que no usas y que únicamente mueves de sitio cuando los limpias un par de veces al año?
Olvídate de esas limpiezas faraónicas. Lo que tu casa no se usa, seguro que habrá quien lo agradezca… Puedes probar a venderlo, pero en usa semana no lo ha comprado nadie, olvídate de la posible ganancia y regálalo.
Cuando donas logras rápidamente la armonía de tu hogar
Liberar rápidamente espacio y lograr una rápida armonía de tu hogar vale más que el precio de un producto que no usas
Pepa Tabero 5 trucos fáciles para organizar la casa
La persona que se lo lleva y tú os hacéis un favor mutuo: Tú ganas espacio libre y tendrás menos trabajo. Esto te redundará en una mayor armonía de tu hogar y te resultará más fácil limpiar la casa. Ganas todo eso a cambio de un objeto que en tu casa es “trasto” y que se convertirá en “útil ” en manos de quien lo recibe.
4.- Redacta una lista con las tareas más inmediatas.
Inmediatas no es lo mismo que importantes, y tampoco es lo mismo que urgentes.
Las tareas urgentes hay que saber diferenciarlas.
Urgente es que te llamen del colegio a recoger un niño con fiebre, o que la vecina de abajo te avise de se te ha roto una cañería y se le está inundando el piso. Urgentemente tienes que organizar la recogida del niño del colegio y correr a cerrar la llave del agua… Eso son tareas urgentes.
Las tareas urgentes siempre son puntuales e inesperadas
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Las tareas inmediatas están por delante de todas las demás. Inmediato es ir llenando el lavaplatos cuando se acaba de comer. Hacer la cama cuando te levantas, lavarte los dientes… son pequeños ejemplos de tareas inmediatas.
Como ves, no tienen nada que ver con una urgencia. Siempre tienen su momento concreto para realizarlas y no se deben dejar “para luego”, porque son las que se acumulan y se acaban convierte en una montaña de trabajo que necesita mucho tiempo… Hay que hacerlas sí o sí de modo, que lo mejor es hacerlas poco a poco, cada una en su momento.
5.- Divide las tareas según el tiempo que te ocupen y utiliza siempre un temporizador.
El uso del temporizador, sobre todo al principio, es esencial para saber realmente cuánto tiempo necesitas para realizar una tarea concreta.
Comienza con paños desechables de los que ya vienen impregnados con limpiador específico (cocina, aseos, cristales, muebles…) Con ellos necesitarás muy poco tiempo y para ir cogiendo la costumbre de limpiar y ordenar la casa, son la mejor opción.
Si ya tienes la rutina establecida o prefieres una limpieza más ecológica sin utilizar paños desechables, utiliza bayetas de microfibra o de algodón que no suelte pelusa y un limpia hogar multiusos. Yo te aconsejo el TripleA, porque es el que uso hace años, es barato y da muy buen resultado, pero puedes utilizar cualquiera, o humedecerla sólo con agua.
Hazlo por la noche antes de irte a la cama. Cronometra 5 minutos… y en cuanto termine el tiempo para y guarda los utensilios que has usado. En esa pequeña fracción de tiempo podrás dejar el salón recogido, con los cojines y mantas en su sitio y los muebles sin polvo, la encimera de la cocina despejada, o el cuarto de baño listo para usarlo por la mañana. Cualquiera de esas tres opciones sólo ocupan 5 minutos si lo haces sin despistarte.
Prueba a medir el tiempo. Te prometo que te sorprenderá lo poco que tardas en realizar esas tareas rutinarias que ahora mismo se te hacen un mundo…
Escoge una pequeña tarea y comprométete a realizarla a diario. Ya verás como en pocos días lo haces de modo automático, y podrás integrar otra de ellas.
Vas a ordenar la casa sin apenas darte cuenta
Pepa Tabero 5 trucos fáciles para organizar la casa
Escríbeme un comentario un poco más abajo:
Cuéntame lo que vas a hacer para comenzar a ordenar tu casa y simplemente hazlo: Recoloca algo desordenado que tengas al alcance de la mano. No hace falta algo fastuoso: Endereza ese cuadro inclinado, organiza los cojines del sofá, vete a hacer la cama o pasa una bayeta por encima de la mesa para quitarle el polvo.
¿Tienes tendencia al caos?
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Podría ser una utopia pensar en adolescentes organizados en una sociedad que nos los venden como unos “desastres con piernas”. Pero no es cierto. Uno no llega a ser adolescente de la noche a la mañana, sino que al igual que ocurre al pasar a la edad adulta, son cambios progresivos que no ocurren en un instante.
Cómo implicarlos en la casa
Es toda una aventura conseguir cambiar a nuestro hijo adolescente en uno de esos adolescentes organizados, así como implicarlo en la casa y en las tareas.
Es una etapa en la que sus capacidades crecen, a la vez que sus cuerpos, por lo que también deben hacerlo sus responsabilidades.
Entran en una etapa pasajera, en la que se mezclan las reclamaciones adultas con las exigencias infantiles. Volvemos a las rabietas de un bebé de 2 años en el cuerpo de 13-14-15 años… pero esta vez, alternadas con los chistes y carcajadas de cualquier tontería que les llega al Whatsap…
Es probable que nuestro adolescente sea de los muchísimos que han disfrutado de una vida infantil en la que se le ha dado todo hecho. Ahora que nos pide espacio y privacidad, ha llegado el momento de enseñarle a hacerse cargo de su parte de la casa.
¿Adolescentes? ¿organizados?
A la vez que piden intimidad y que les dejemos ser responsable de “sus cosas”, se olvidan de mantenerlas limpias y ordenadas. Es un mundo nuevo para ellos. Por eso necesitan que les expliquemos con paciencia cómo funciona el mundo “de los mayores”.
Tienen que entender que entre “sus cosas”, también están incluidas la vida familiar. Ascender en el escalafón y pasar al espacio de los adultos, implica una colaboración en casa, a nivel adulto. Mantener el orden, la organización y la participación en las tareas domésticas, también son tarea suya.
Ya saben que la ropa no se lava sola y llega al cajón del armario de forma mágica. Si ellos no lo hacen, y se limitan a abrir su cajón para encontrar sus camisetas, tienen clarísimo que es porque alguien les ahorró el trabajo de lavarla, tenderla, y colocarla en su sitio.
Pero son listos. A todo lo que no les interesa, le aplican la ley del mínimo esfuerzo: mientas haya quien lo haga por mí, trabajo que me ahorro.
Los adolescentes organizados existen
Pepa Tabero
Hay muchas formas de vivir esta etapa porque la adolescencia es un periodo que pasamos, sufriendo y disfrutando, toda la familia.
En muchas casas, los adolescentes viven (temporalmente) de un modo tan caótico como sus hormonas les dictan. Pero no no es igual en todas. Hay familias en las que viven adolescentes organizados que aunque tengan recaídas, tienen asumidas y cumplen con sus tareas. Y por supuesto, existen adolescentes organizados de nacimiento… aunque son los menos.
Adolescentes organizados: Las 3 reglas del dormitorio
La cama se hace a diario.
Su ropa sucia, al cesto.
Hay que guardar la ropa limpia.
Estos tres primeros pasos son la clave para convertir a nuestros chicos (y chicas, faltaría más) en adolescentes organizados, implicados en las tareas de la casa. No podemos pretender que cambien de repente. Bastantes cambios tienen ya sus vidas…
No sirve de nada exigir o esperar que cumplan las tres reglas a la vez, y además es imposible que lo hagan de hoy para mañana. Aunque lo intenten (cosa que no todos harán, porque más de uno intentará escaquearse), al principio no cumplirán ninguna y exigírselas sólo servirá para frustrarnos nosotros y que ellos se sientan todos muy agobiados (el agobio les entra a todos, por distintos motivos, pero les entra). Encima, los pobres que lo intentan, se sienten además de agobiados, un poco inútiles por no ser capaces.
En resumidas cuentas, exigiendo por las bravas que cumplan con todo, no conseguiremos nada más que disgustos. Es mejor ir poco a poco y de una en una.
Cómo comenzar a enseñarles
Lo primero es hablar tranquilamente con ellos. Hay que explicarles, hablando como se habla con un adulto, todos los cambios que vamos a implementar en la limpieza y organización de la casa.
Ellos nos piden más libertad y privacidad, y eso es algo lógico y bueno. Han dejado de ser niños y necesitan espacios propios. A cambio, deben demostrar ser merecedores de los nuevos privilegios, comportándose como adolescentes organizados. Esperamos de ellos un comportamiento adulto (en formación).
Lo primero es comenzar a colaborar en casa. Hay que explicarles con buenas palabras que este cambio de hábitos no lo hacemos para fastidiar. Nunca será un castigo. Al contrario, les ayudamos a valerse por sí mismos cuando se independicen.
Hacerse la cama a diario
Es cierto que se levantan muy temprano para ir a clase, pero eso no es excusa para salir de casa con la cama sin hacer. Al que se le peguen las sábanas un día puntual, le podemos dar el margen de hacerla a medio día. Si le pasa siempre, que adelante el despertador cinco minutos.
Por nuestra parte, les facilitaremos la tarea usando edredones nórdicos, que simplemente tengan que estirar sobre el colchón. Ya habrá tiempo de pulir el aspecto de “cama perfecta” añadiendo mantas, colchas o cojines si a ellos les gusta, pero eso será cuando tengan bien integrado el concepto “cama siempre hecha”
Es muy importante respetar sus gustos, por lo que por muy lindos que nos parezcan los almohadones decorativos sobre la cama, si son ellos los que la van a hacer, son ellos los que deben decidir si los quieren.
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La ropa sucia, al cesto
El asunto de la ropa es un quebradero de cabeza cuando no nos toca en suerte tener adolescentes ordenados en casa.
Se tarda menos en tirar la ropa al suelo, que en colocarla sobre una silla. Ya ni mencionamos el trabajo de llevar la ropa sucia a la cesta del cuarto de baño, o guardar la que no hace falta lavar…
Para facilitarles este paso son casi imprescindibles las perchas de pared tras la puerta. Un perchero con varios colgadores en la que colgarán la ropa que se quitan y todavía no necesita lavarse. Así aprenderán a no mezclarla con la limpia del armario.
Ojo con las perchas
Porque son estupendas, pero tienen un riesgo muy alto: Con los días, toda su ropa acabará colgada tras la puerta. El armario estará vacío, y no tendrán nada limpio que ponerse.
Las perchas hacen que se vayan poniendo la ropa y que en lugar de echarla a lavar, la vuelven a colgar.
El truco para minimizar esto, es colocar un cesto de ropa sucia exclusivo para ellos. Idealmente en su dormitorio y cerca de la percha. De este modo, echar la ropa a lavar no se les olvidará con tanta frecuencia. Las instrucciones pueden ser: se lava cada 3 puestas.
Existe también el riesgo de los que se quitan la ropa y la ponen directamente a lavar. Tardan menos en tirarla al cesto que en colgarla.
Tenemos que estar pendientes e insistir en que no hagan eso. Todos suelen estar bastante concienciados a nivel ecológico. Puede sernos de mucha ayuda hablarles del despilfarro de agua que supone lavar ropa todavía limpia.
Una vez a la semana revisaremos la ropa colgada porque seguramente habrá prendas que usen menos y que podrían pasar semanas cogiendo polvo.
Hay que recordar siempre que estamos tratando con “adultos en formación”. No son niños, ni tampoco son adultos. No son perfectos, ni hacen (o no hacen) para molestar. Están aprendiendo y nos toca a nosotros enseñarles
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La ropa limpia, hay que guardarla
Al recoger
la ropa del tendedero, lo habitual es ir separando por miembro de la familia.
Se dobla, se plancha lo que sea necesario, y se van haciendo montones con la ropa
de cada uno.
Para
nuestros aprendices de adolescentes organizados, este es un magnífico momento
para que vean el trabajo que supone tener siempre ropa limpia en sus cajones y
armarios.
Es muy útil tener una bandeja en la que colocar su ropa doblada y la dejamos sobre su cama si ya está hecha, o encima la mesa de estudio. De este modo, en cuanto lleguen al dormitorio, no les quedará otro remedio que guardarla para devolver la bandeja vacía.
Puede ser necesario poner una nota sobre la ropa doblada. Algo sencillo y cariñoso tipo: “aquí te dejo la ropa para que la guardes. Por favor, trae la bandeja al lavadero cuando termines. Besos”
Nos toca controlar que efectivamente coloquen la ropa en su sitio del modo adecuado. Los primeros días necesitarán que estemos con ellos y lo guardemos juntos. Aprovecharemos el momento para charlar de algo intrascendente mientras les explicamos el mejor modo de colocar cada prenda. Debe ser un momento agradable para ellos. Poco a poco lo irán haciendo solos.
Es muy importante que su armario esté organizado de forma cómoda para ellos, y que sus prendas favoritas tengan fácil acceso.
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El doblado en vertical es de gran ayuda para ellos
El doblado vertical en los cajones les va a resultar práctico para localizarlo todo sin tener que rebuscar. Además, como lo han guardado ellos, saben perfectamente el lugar de cada prenda. ¿Has visto? No es tan difícil tener adolescentes organizados.
Si tienen pocos cajones, ayuda a tus adolescentes organizados colocando unas baldas dentro de su armario. La ropa se guardará en cajas sin tapadera sobre esas baldas.
Para un aspecto organizado, utiliza cajas iguales. Deben ser opacas para que no se vea el interior, y de color liso. Pueden llevar un letrero que detalle el tipo de prenda que contiene cada una.
Las chaquetas, faldas, vestidos, camisas y pantalones es mejor colgarlos en perchas.
Para terminar
Para evitar olvidos y distracciones, coloca letreros. Todos los que hagan falta. Siempre es mejor que lean un cartel, que pasar el día escuchando el recordatorio de todo lo que todavía no han hecho.
Estos letreros, pueden ir desde post’its de colores y formas llamativos colocados en lugares estratégicos, hasta cartelería grande, tamaño folio. Los letreros les ayudan mucho a nuestros adolescentes organizados a no olvidar lo que deben hacer y nos evitan la sensación de pasar el día regañando, dando y recibiendo órdenes.
Recuerda siempre terminar los recordatorios/instrucciones con una frase de ánimo. Usa rotuladores gruesos. Puedes usar para los carteles cartulina y rotuladores de colores, metalizados, de purpurina, pegatinas… Recuerda que son jóvenes y están aprendiendo. Las palabras de ánimo y los colores llamativos les ayudan a tomar el aviso como un recordatorio cariñoso, en lugar de pesadas órdenes que deben cumplir.
Aquí te dejo un vídeo en el que enseño mi modo de doblar la ropa en vertical. Seguro que a tus hijos les parecerá todo un reto.
Escríbeme un comentario más abajo con cualquier cuestión que te surja o duda que tengas. Estaré encantada de responderte.
¿Tienes tendencia al caos?
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En este nuevo artículo te voy a explicar el mejor modo de organizar documentos en casa. De este modo únicamente vamos a archivar documentos que sea realmente necesario guardar.
Organizar documentos, facturas, papeles…
La inmensa mayoría de la documentación que nos llega a casa son cartas del banco o facturas de servicios de luz, agua o gas. Cartas meramente informativas, que una vez leídas pueden ir directamente a la destructora de papel. Procura no reciclar ni tirar directamente a la basura este tipo de documentos con datos personales.
Al tener la inmensa mayoría de facturas domiciliadas en el banco, aunque te lleguen en papel a casa, no es necesario guardar todas las copias. Si alguna vez necesitamos alguno de esos papeles, basta con solicitarlo.
Nos enviarán una copia escrita o mejor aún, unas claves que nos proporciona el propio banco. Con las claves podremos descargar directamente lo que necesitemos, y archivar documentos necesarios, directamente en nuestro ordenador.
Archivar documentos : en papel, sólo los necesarios
Hay una serie de documentos que no se deben destruir y hay que guardar durante unos periodos de tiempo estipulado:
Los tickets de compra conviene guardarlos siempre un tiempo prudencial según el establecimiento , por si hay que hacer alguna devolución.
Lo más habitual es un plazo entre quince días a un mes. Hay tiendas en los que la devolución de artículos puedes hacerla incluso tras varios meses de la compra.
Revisa si el cambio de artículo es por el dinero o por un vale con el importe. Comprueba si ese vale tiene o no un plazo de caducidad. En cuyo caso, también tendrás que guardarlo.
Para hacer valer la garantía de cualquier artículo que compres en España, guarda los tickets y facturas de compra DOS AÑOS.
Las declaraciones de la renta, y todo lo relacionado con impuestos, prescriben a los CUATRO AÑOS. Mi consejo es guardar DE FORMA INDEFINIDA todo lo que sea relacionado con la Administración: Multas, impuestos, nóminas, contratos de trabajo…
Si compras una casa, el seguro decenal, que garantiza cualquier defecto de construcción, prescribe a los 10 años.
Las escrituras de la casa, con cualquier documentación añadida: gastos de notaría, seguros de vida, de accidentes… se guardan para siempre.
Los historiales médicos también conviene tenerlos guardados de forma indefinida: las analíticas, los informes de urgencias, las pruebas con sus resultados…
La mejor forma de archivar documentos
En cuanto a los documentos que hay que guardar archivados en papel, para organizarlos de manera eficaz y ordenada lo ideal son los archivadores de oficina.
Dentro podrás ordenar documentos según su tipo: hogar, impuestos, seguros, contratos, nóminas, colegios, médicos, trabajos escolares… en carpetas y cajas.
Dentro de cada categoría, lo mejor es archivar documentos según su año. Utiliza etiquetas y sabrás en todo momento cuándo caduca cada carpeta (las garantías, por ejemplo) . De este modo te resultará muy fácil hacer limpieza de documentos antiguos.
También hay muchos documentos y papeles que no es encesario guardar siempre en papel. Todos esos, se escanean y se guardan en un disco duro.
El modo de organizar documentos sentimentales, como los trabajos escolares de los niños, es escanearlos. Guardarás para la posteridad todos esos trabajitos que tanta ilusión te hacen, pero no ocuparán espacio en casa más allá del disco duro.
Estoy segura de que estos consejos te ayudarán a organizar documentos de los que abundan en tu casa. Archivar documentos puede parecer complicado, pero es más sencillo de lo que piensas. Simplemente sigue estas pocas pautas y verás lo sencillo que te resulta a partir de ahora.
Cómo lavar los edredones nórdicos de plumas en casa es la pregunta más habitual cuando hablamos del cambio de temporada en la ropa de casa.
Cuando comienza a hacer calor por las noches, lo primero que hacemos es cambiar los gruesos edredones por colchas más ligeras. Antes de guardarlos a la espera de la nueva temporada de frío, hay que lavarlos y secarlos bien, antes de guardarlos en las bolsas o cajas en las que van a pasar el verano.
¿ Cómo lavar los edredones nórdicos de plumas en casa ?
Si tu lavadora es grande, lo más práctico es lavarlos en ella. En una lavadora de 6 kilos, si tiene la boca lo suficientemente grande, debería poder entrar un edredón de cama doble. Por supuesto, cuanto más kilos admita la lavadora, más holgado se lavará.
Si notas que entra un poco a presió no te preocupes. Ten en cuenta que la mayoría es aire y plumas. Una vez mojado, el volumen del edredón se reducirá a menos de la mitad.
¿Qué detergente uso?
Como sólo se trata de quitarle un poco el polvo, no hace falta usar productos abrasivos. Es mejor utilizar detergente líquido para prendas delicadas. El detergente en polvo a veces no se disuelve bien y queda pegado a las plumas del interior del edredón.
Utiliza la mitad de la dosis que marca el fabricante. No añadas ningún otro aditivo como suavizantes o productos blanqueantes, porque no son necesarios.
Los ácaros mueren a temperaturas altas, por lo que lavarlo a 60ºC nos asegura la casi desinfección comompleta del edredón.
¿Cómo lo seco? ¿Al sol o en la secadora?
Si lo vas a secar al sol, puedes lavarlo en agua fría. El sol es uno de los acaricidas más efectivos que existen. Recuerda darle varías veces la vuelta en el cordel y sacudirlo bien cada vez que lo hagas. Mientras, aprovecha para dehacer las bolas de plumas con las manos. Es un poco cansado, pero el resultado final es excelente.
Si vas a secarlo en una secadora, lávalo a 60ºC para asegurarte de que se eliminan los ácaros. Utiliza en la secadora un programa largo, a baja temperatura. Así no se quemarán las plumas y les dará tiempo a recuperar su esponjosidad.
Introduce en el tampor de la secadora un par de pelotas de tenis. Al girar el bombo, golpearán el edredón. Esto acelera el proceso de secado y esponjado.
Ya está limpio y seco ¿y ahora cómo lo guardo?
Hay tintorerías que a la vez que ofertan el servicio de lavado, también te los guardan hasta la próxima temporada. Como lavar los edredones nórdicos de plumas en casa resulta muy sencillo, la mayoría de las veces no hace falta usar el servicio.
Lo mejor es guardarlos nosotros mismos en casa, en bolsas de vacío. De este modo ocuparán el menor espacio posible. No tendremos que llamar a la tintorería para recogerlos si de repente vuelve el frío y necesitamos utilizar alguno.
Yo hace muchos años que utilizo unas bolsas de vacío que vienen con una caja incorporada. No son las bolsas más baratas del mercado, sobre todo comparadas con las que se compran sueltas, pero desde que compré la primera no he tenido nunca problema con entradas de aire ni pérdidas de vacío.
Poco a poco he ido comprando más, y ahora toda mi ropa de fuera de temporada, incluidos los edredones, los guardo de este modo.
Si prefieres bolsas sueltas, te aconsejo que busques una caja conde poder guardarlas todas, y así no tenerlas apiladas en la estantería.
Visualmente es más apacible ver una caja, que un montón de bolsas de apiladas unas sobre otras, que además de que trasparentan el color de la ropa se resbalan entre ellas.
Procura conseguir la armonía de abrir el armario o un altillo que esté organizado de modo que que te produzca la paz mental de estar todo en orden y en su sitio. Esto es mucho mejor que la visión un batiburrillo de paquetes variados y de diversos colores, apilados “como se pueda” , unos sobre otros.
Si que no quieres o no puedes comprar cajas de ordenación, al menos hazte con cajas de cartón grueso del mismo tamaño y forralas de un papel a tu gusto. Mejor de color claro y liso o de estampado discreto. Lograrás armonía de color y paz visual.
Yo procuro siempre invertir con moderación y por eso he ido comprando mis cajas poco a poco. Según he necesitado sustituir una barata.
Estoy muy contenta del proceso de cambio. Han sido una inversión progresiva que tengo más que amortizada.
Te dejo este vídeo de las bolsas con caja que yo uso.
Ésta que aparece, tiene ya como 5 años, y sigue dando el mismo buen resultado que el primer día:
Te dejo este otro artículo donde podrás ver cómo organizo mis armarios . A veces, a la ropa que no se ha usado durante mucho tiempo le aparecen manchas que no tenía cuando la guardamos. Aquí puedes ver cómo quitar las manchas de guardado, tanto para ropa blanca como de color. Es ideal para las prendas de bebé.
Escríbeme un comentario y dime cómo te sientes. Cuéntame cómo llevas tu casa. Me encantará leerte.
Que meter en la mochila para hacer el Camino De Santiago y otros consejos.
Estos consejos sobre qué meter en la mochila para hacer el Camino De Santiago también sirven si lo que necesitas es preparar una mochila para varios días de ruta. Al fin y al cabo, en ambos casos se trata de llevar lo imprescindible y dejar fuera los extras. Te ayudaré a decidir qué necesitas… y que te sobra.
Voy a ir por partes para no dejarme ningún detalle atrás, de modo que si alguno de los apartados ya lo dominas, te pido que le des una lectura rápida por si acaso te aporta alguna idea nueva (Si ves que se me ha quedado algo importante atrás, por favor escríbemelo en un comentario para añadirlo al artículo)
Que mochila escoger:
Si necesitas comprar una mochila para hacer el Camino De Santiago, es importante que sea ajustable y acorde con tu estatura y tu complexión física.
Entre los consejos básicos que más he leído, siempre aconsejan una mochila que sea la mínima imprescindible, pero yo te aconsejo justo lo contrario: que cojas una grande, dentro de tu estatura y complexión. “Donde cabe lo mucho, cabe lo poco” dice el refrán, y si tienes que hacer la inversión, más vale que sea en una mochila polivalente que puedas usar cada vez que la necesites.
Más que en los pocos litros, asegúrate de que pese poco en vacío. Este punto es mucho más importante que su capacidad.
Busca una buena mochila, que pese poco y que se adapte perfectamente a tu cuerpo en altura y anchura. Que tenga cremallera delantera completa, para poder abrirla por delante, como una bolsa de deporte.
Comprueba que tenga la espalda transpirable, porque al caminar con eñla colgada, siempre se transpira mucho. Al pararnos, ese acúmulo de humedad en los músculos de la espalda pueden provocarte un enfriamiento importante. Para evitarlo, lo mejor es no quitarte la mochila en los descansos de mitad de etapa. Siéntate un rato si quieres descansar las piernas, pero siempre con ella a la espalda.
A la hora de hacer la inversión, mi consejo es que adquieras una buena mochila de unos 50/60 litros. De este modo, en invierno podrás meter la ropa más abultada, y en verano en cambio, podrás llevarla prácticamente vacía. Recuerda que no se trata de la cantidad de prendas, sino del volumen que éstas ocupan.
Para hacer el Camino De Santiago, La cantidad de ropa a llevar en épocas de calor como de frío intenso, es prácticamente la misma. La diferencia, es el grosor de las mismas. En verano, por ejemplo, necesitarás llevar un par de polares finos. En invierno, esos dos polares finos se transformarán en dos gruesos jerséis que te ayuden a mantener el calor con temperaturas de 2º/3ºC o incluso menos, si hay previsto nevadas o te cae lluvia de aguanieve.
Como ves, que meter en la mochila para hacer el Camino De Santiago, tiene ciertas variaciones según la época del año, invierno o venao. Lo que nunca puede faltar, es la ropa para el agua.
Qué ropa escoger :
A la hora de pensar en las prendas que vas a meter en la mochila para hacer el Camino De Santiago, ten en cuenta estos 3 puntos importantes:
Vas a ser tú quien cargue con el peso.
No te vas a mitad del desierto. A lo largo del Camino hay pueblos, con tiendas donde podrás comprar todo lo que necesites.
En los albergues suele haber lavadora y secadora, de modo que podrás lavar y secar tu ropa prácticamente a diario.
Qué meter en la mochila: Prepara una mochila minimalista
– Minimalista extremo:
Si eres de los aventureros que van a hacer muchos kilómetros y quieres cargar con el mínimo peso posible, en verano puedes apañarte perfectamente con sólo dos mudas: la puesta, y la quitada limpia que te pondrás despues de la ducha. En invierno necesitarás añadir dos mudas térmicas completas para ponerte debajo de la ropa exterior y dos jerséis abrigados.
Por supuesto de este modo, tendrás que lavar a diario la ropa que te quitas si quieres ir siempre vestido de limpio. Con una pastilla de jabón y ropa técnica, que se seca rápido, el peso y el volumen que cargará tu mochila será realmente mínimo.
Ten en cuenta que a veces, las secadoras de los albergues no funcionan, y que más de un día seguramente estará lloviendo, lo que dificultará se que seque la ropa recién lavada.. si estás dispuesto a correr el riesgo de pasar dos días con la misma ropa sudada o ponértela húmeda porque no dio tiempo a secarse desde que la lavaste, adelante. Pero no lleves nada de algodón, porque con eso estarás perdido. El algodón tarda mucho en secar.
– minimalista… pero no tanto
Si quieres llevar lo mínimopero sin correr riesgos, plantéate llevar tres mudas: dos pares de pantalones, dos jerséis/polares finos, tres camisetas, y tres juegos de ropa interior, con los calcetines sin costuras. Con eso llevas ropa realmente suficiente. Si va a hacer calor añade un pantalón corto para después de la ducha. Para caminar es mejor el pantalón largo porque te evita picaduras de insectos y quemaduras solares.
El calzado:
Por supuesto, no se te ocurra esperar para estrenar los zapatos en tu peregrinación. Aunque ahora están muy de moda las zapatillas de treking, yo soy fan de las botas de campo de caña media o baja, tipo Chiruca. No hace falta que sean de esa marca, por supuesto. Me refiero a ese tipo de calzado. Protegen muy bien los tobillos y si las compras con membrana impermeable y traspirable (totalmente aconsejable), no te importará si llueve o metes accidentalmente los pies en un charco de barro, porque se mantendrán secos y confortables.
Ademas de las botas de caminar, lleva siempre unas chanclas de goma para proteger de hongos tus pies en las duchas. Tambien te servirán para descansar tus pies por las tardes, al finalizar la etapa. En invierno, tendrás que añadir a la mochila unas zapatillas deportivas cómodas, para ventilar las botas y descansar los pies por las tardes.
Este cambio de calzado es imprescindible sobre todo si te han salido rozaduras o ampollas por el roce de las botas en la etapa (señal de que, o no las tenías lo suficientemente “domadas”, que los calcetines hicieron una arruga, o que la costura del calcetín te fue rozando y como sólo era una pequeña molestia, no le hiciste caso.
Nunca cometas ese error:
Si al caminar notas la más mínima molestia de roce o presión, lo mejor que puedes hacer es parar, descalzarte y buscar la causa para ponerle solución. Muchas veces es algo tan simple como darle la vuelta a los calcetines y poner las costuras hacia fuera. Recuerda que todo lo que sea “una molestia” durante el Camino, se puede complicar bastante si no lo tratamos lo antes posible.
Lo mejor es comprar el calzado que vayas a llevar dos o tres meses antes de la peregrinación y hagas bastantes salidas con ellos. De este modo, tendrás tiempo de que se adapte perfectamente a tu pie y a tu forma de caminar, y no tengas problemas. Procura que sean de tu número habitual para que se ajusten bien y ni te aprieten, ni te queden los pies sueltos dentro. De horma ancha y cómoda.
Revisa la plantilla que trae de serie, y prueba a cambiarla por una de gel de las llamadas “de descarga”, que amortiguan la pisada. Como tienes tiempo porque los has comprado con mucha antelación, haz varias rutas con cada tipo de plantilla, para dejar puesta la que más cómoda te resulte.
Los calcetines:
Los calcetines clásicos siempre han sido los de algodón y se ponían dos pares: uno de hilo fino ajustado al pie que era el que absorbía el sudor y evitaba el roce con el interior del zapato, y otro más grueso encima, de algodón o lana (dependiendo de la temperatura) que para mayor comodidad se colocaban con las costuras hacia fuera si no venían ya así preparados. Son una buena opción y seguramente la más económica de todas.
Todo evoluciona, y ahora hay calcetines técnicos estupendos, que se ajustan perfectamente al pie y vienen preparados con acolchados en los puntos clave para prevenir la formación de ampollas. No son los más baratos, pero si una buena inversión para evitarlas. Por supuesto, están tejidos por completo sin ningún tipo de costura. En mi opinión son una inversión que merece la pena. Además, se secan muy rápido.
El saco de dormir:
Procura que sea ligero, que pese poco y que no ocupe demasiado espacio en la mochila. Como vas a dormir a cubierto, no necesitas uno especialmente grueso que te proteja del frío extremo, y en los albergues te proporcionan mantas si las necesitas.
Una funda de almohada:
Seguramente tendrás a tu disposición ropa de cama desechable (normalmente una funda de almohada y una sabana bajera de “papel”) . A pesar de eso, nunca está de más llevar tu propia funda de almohada. Pesa poco, ocupa poco y se trata de un pequeño lujo que nos hará dormir casi como si estuviéramos en nuestra propia cama.
La toalla de la ducha:
Mejor que sea de microfibra, para que pese y abulte lo menos posible. Leva dos: la normal de la ducha, y una pequeña para lavarse la cara. También nos servirá para secarnos un poco si nos llueve y nos mojamos. En este caso, yo recomiendo llevar, en lugar de toalla, una bayeta de microfibra de rizo de las que venden para limpiar (nueva, por supuesto). La microfibra de rizo absorbe mucho mejor el agua que la lisa, y puede resultar muy útil en momentos puntuales.
Las prendas impermeables:
Lo mejor es llevar un poncho de los que cubren también la mochila y unos pantalones impermeables. De este modo, te aseguras que el agua no será un problema más allá de la molestia de no poder disfrutar de un paisaje soleado.
Viene bien llevar un sombrero de lluvia o una gorra para poner bajo la capucha del poncho. De este modo, el ala del sombrero o la visera evitarán que te caiga el agua directamente sobre la cara. Y cuando no llueva, lo puedes usar para protegerte del sol.
Si optas por un impermeable normal, de los que te pones la mochila sobre él, necesitarás una funda impermeable para la mochila. La imagen que da es mucho más estética, pero si llueve fuerte, tiene la desventaja de que el agua acabe resbalando por la espalda y se cuele entre el chubasquero y la parte interna de la mochila, mojándola, con el riesgo de que empape lo que llevas dentro.
Esto se soluciona metiendo la ropa y los componentes electrónicos: cámara de fotos, cargadores… en bolsas estancas. La de de congelados son ideales para esto. De esa forma, si la mochila se moja, al interior no le afecta.
El bastón del peregrino:
Se le llama “Bordón” y es la tradicional vara larga, tan alta o un poco más que la persona que la porta, que se utiliza como apoyo al caminar. Sirve también de ayuda para protegerse si nos sale de repente algún animal (un perro, por ejemplo) que podemos espantar con él.
Hoy en día, el bordón se está sustituyendo cada vez más por los bastones de treking. De aluminio y telescópicos, con dos o tres secciones. Son menos clásicos, pero mucho más cómodos, porque pesan menos y los puedes llevar directamente en la mochila.
Qué me sobra:
El paraguas:
Hay quien lo lleva, uno pequeño de esos plegables. A mí personalmente me parece un engorro y además, cuando arrecie, no te va a servir de mucho. No te va a evitar necesitar la ropa impermeable, así que mejor déjalo en casa.
Las ampollas:
Siguiendo los consejos anterios respecto a calzado y calcetines, no tienen por qué salir, pero si lo hacen, en cuanto notes que te está saliendo, lava la zona con agua y jabón, pon un poco de desinfectante (betadine, clorexidina…) y cubre con un apósito de gel hidrosoluble especial para ampollas.
Si tienes dudas del modo más práctico de guardar la ropa, para que la mochila vaya siempre ordenada, te dejo este vídeo de ejemplo. Lo preparé para una salida de varios días que hizo uno de mis hijos. Estoy segura de que sacarás buenas ideas de la organización de la ropa y otros enseres dentro de la mochila.
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El primer consejo que te daba, era el de olvidarnos de la contrarreloj y plantearnos el trabajo de un modo fluido para ir poco a poco. ¿Lo has logrado? ¿Qué tal lo llevas?
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Hoy vengo a explicarte, el modo de organizar los armarios por completo.
Como todavía hacía frío para la ropa primaveral, habíamos comenzado quitando del armario toda la ropa más gruesa de invierno riguroso: lanas, bufandas, chaquetones gruesos para sustituirla por prendas mas finas de entretiempo.
Al fin ha cambiado la climatología, han subido las temperaturas, y llegó la hora de terminar de organizar los armarios y dejarlos listos para la primavera.
Cómo organizar los armarios sin agotarse por el camino
Trabaja en uno o dos cada día, para no cansarte. Saca toda la ropa de invierno que dejaste dentro del armario cuando lo organizaste el otro día. Colócala sobre la cama en un monton. Quita las perchas y cuélgalas vacías en él armario. Deja dentro del armario la ropa de primavera que sacaste de las cajas. Retira únicamente la abrigada que no vas a necesitar.
Una vez hecho esto, sube al altillo para bajar todas las cajas de ropa de primavera y colócalas junto a la cama.
Saca toda la ropa de primavera de las cajas. Sacúdela para que recupere la forma y alísala con las manos para quitarle un poco las arrugas. Colócala sobre la cama toda junta en un montón diferente al de la ropa de invierno.
Como ya cambiaste las bolsitas aromáticas, pusiste las pastillas de jabón nuevas en los cajones y el papel perfumado en las estanterías, no es necesario realizarlo de nuevo. ¿Te has dado cuenta? Ya hay una cosa que no tienes que hacer. Ya se nota un beneficio de ir realizando la limpieza de primavera poco a poco.
Ademas, ya tenes también el armario y las perchas limpias.
Separa toda la ropa que vas a guardar.
Retira toda la ropa que por las nuevas temperaturas, no vas a necesitar en los meses de calor. Es decir retira casi toda la que has sacado del armario.
Deja siempre un pequeño fondo de armario de ropa de entretiempo un poco más abrigadita, por si viajas o bajan las temperaturas. De este modo te ahorras tener que rebuscar entre todas las cajas de ropa de invierno.
Ahora repasa toda la ropa que has sacado del armario.
Escoge primero toda la que resulta básica de tu vestuario porque te la pones de modo habitual. Aunque esté limpia porque no te la has puesto desde que la lavaste la última vez, es necesario prepararla de un modo especial para guardarla y así evitar que le salgan manchas de guardado.
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Coloca toda esa ropa que te pones de forma habitual en el cesto de la ropa sucia para hacerle un lavado corto en agua fría y sin suavizante. Una vez seca, no la planches. Estírala bien con las manos, dóblala con cuidado para que no se arrugue y ponla en una de las cajas que has vaciado.
Llegó el turno de la ropa que que no sueles ponerte demasiado a menudo.
Pruébatela toda.
Si la talla no es la adecuada, no te sienta divina o sencillamente ya no te ves bien con ella, dónala sin remordimientos. Seguro que alguien se lleva una alegría al poderla utilizar.
Ni se te ocurra guardar ropa desgastada o vieja “total para estar por casa” . En casa también hay que estar bien vestidos. No hace falta ir de gala. Un pantalón cómodo y una camiseta simple sirve, pero nada de ropa con la que te daría vergüenza ir a comprar el pan, por poner un ejemplo. La ropa está para usarla y es bueno aprovecharla, pero tiene su ciclo de vida. Si alguna de tus prendas ha llegado a su fin, ponla sin remordimientos en la bolsa destinada al contenedor de reciclaje.
Mi sistema preferido para guardar la ropa de otras temporadas son las bolsas de vacío. En concreto, yo utilizo la marca Compactor. Son unas cajas de tela con cremallera que tienen en su interior una bolsa de vacío adaptada al tamaño externo de la caja. Las recomiendo siempre (y no me llevo comisión por ello) porque llevo usándolas hace varios años y nunca se me ha roto ninguna, ni han perdido el vacío. Llevo años con las mismas sin tener que comprar nuevas.
Llegó el momento de volver a llenar el armario con la ropa de primavera
Vamos a terminar de organizar los armarios. Las cajas ya están llenas con la ropa de invierno y colocadas de nuevo en su sitio.
Queda un único montón de de ropa sobre la cama: la de primavera que aún no te has probado.
Comienza a probar prenda por prenda. La que esté nueva, te guste y te siente divinamente, ponla directamente en una percha dentro del armario, o bien doblada en un cajón. No importa que esté algo arrugada por haber estado varios meses guardada. Luego nos preocuparemos de eso.
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Seguramente te encontrarás prendas que no te vengan bien de talla por haberse quedado pequeñas, o tal vez se te quedaron grandes. Pon toda esa ropa en la bolsa de donar.
Tener ropa preciosa de talla grande en el armario nos hace despreocuparnos si ganamos unos kilos, porque no tenemos que comprar ropa nueva.
Tener ropa que te encanta, pero se te ha quedado estrecha, es un recuerdo constante de que estás más gorda.
Esas sensaciones incómodas te acompañarán cada vez que abras el armario y las veas. Te aseguro que ninguna de ellas te va a ayudar a sentirte mejor contigo misma.
Si quieres adelgazar, ponte a dieta y haz deporte. Cuando logres bajar alguna talla, date un homenaje disfrutando de la sensación de necesitar ropa nueva. Entonces puedes comprarla, o llevar a arreglar la que ya tienes.
El último paso para organizar los armarios
Ya tienes colocada en perchas o cajones, toda la ropa que tienes, te encanta y te sienta perfecta.
El último paso que vas a hacer para terminar de ordenarla, es colgarla preparando conjuntos que combinen. Prepara todos los conjuntos completos que puedas, de parte de arriba y parte de abajo: camisa y falsa, camiseta y pantalones… si tienes collares, juegos de bisutería o pañuelos de cuello que siempre te pones con una prenda determinada, cuélgalos juntos, en la misma percha. Las piezas pequeñas de bisutería (pendientes, anillos, pulseras…) en bolsitas de organdí semitransparente, que dejan ver el interior.
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Esto te facilita mucho el pensar qué ropa ponerte. Ve variando los conjuntos para no ir siempre vestida igual.
¡Felicidades! : has terminado de organizar los armarios
Ya tienes toda la ropa guardada y preparada. Está toda sin planchar, y tal vez te guste darle una agüita antes de volver a ponértela, para quitarle, lo que yo llamo, “la sensación de estar guardada”. Pero lo importante es que ya la tienes toda en su sitio, y puedes ir lavando, planchando y volviendo a colocar en su lugar poco a poco. Esto ya lo vas haciendo dentro de tu ritmo normal de colada.
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La segunda fase de la limpieza de primavera ha concluido.
Suscríbete aquí al blog si aún no lo has hecho, porque en próximos artículos voy a seguir con los zapatos, la ropa de cama, las cortinas, las persianas, las despensas y anaqueles… vamos a darle la vuelta completa a la casa y aprenderás trucos de limpieza que harán que te resulte todo más sencillo.
De momento, ve leyendo cómo hacer estos dos limpiadores multiusos, el TripleA y el de oxígeno activo. Nos van a ayudar mucho en la limpieza.
Tienes los vídeos en mi canal de YouTube.
Cómo enfrentaste el cambio de armario la ultima vez? ¿Te estás cansando menos? Espero que si 😉
Escríbeme un comentario y dime cómo te sientes. Cuéntame cómo llevas tu casa. Me encantará leerte.