Manchas de la ropa: Como quitar 3 de las más difíciles

manchas en la ropa mantel

Las manchas de la ropa

Se nos cae el mundo encima cuando tenemos puesta nuestra prenda favorita, y nos cae una mancha de esas ¿imposibles? de eliminar. En este artículo te voy a explicar cómo eliminar las 3 manchas de la ropa más habituales, para que cuando tengas que lavar una prenda con ese tipo de mancha, lo hagas con la tranquilidad de que volverá a quedar estupenda y sin rastro del accidente.

Quitar manchas de tomate frito

El tomate frito es una de las peores manchas que nos podemos encontrar en la ropa, sobre todo si es de color o no le podemos echar lejía. Para estas manchas complicadas, podemos proceder de dos formas:

Con lejía o cloro:

Si la prenda admite lejía, como más rápido se quita esta mancha es poniendo en remojo con agua fría y un chorrito de lejía. Con diez minutos suele ser suficiente.

Una vez remojada, lava en la lavadora con tu detergente habitual. Seguramente con el remojo y posterior lavado la mancha ya habrá desaparecido, pero aunque no hubiera sido así, pon la prenda a secar de modo que el sol le de directamente a mancha, o a la zona en la que ésta estaba. El sol es realmente mágico para sacar este tipo de manchas casi imposibles.

Sin usar lejía o cloro:

Si no quieres usar lejía, o la prenda no la admite, hay algunos quitamanchas en el mercado que pueden ayudarte a quitar manchas de tomate. Aunque la lejía pueda parecer mágica, ten en cuenta que con el tiempo puede amarillear la ropa. El percarbonato y otros productos basados en el oxígeno activo dan resultados estupendos sin dañar los tejidos ni estropear los colores.

Si quieres optar por un remedio casero, pon agua a calentar a la máxima temperatura que admita la prenda (debe estar a una temperatura mínima de 40ºC) Añade al agua caliente el zumo de medio limón, tres cucharadas soperas colmadas de percarbonato e introduce la prenda manchada ayudándote de una paleta de madera, para no tocar el agua con las manos y no quemarte.

Comenzará a producirse espuma. Mantén la prenda sumergida en ese agua espumosa con la ayuda de la paleta, y cuando el agua se enfríe y la espuma desaparezca, lava en la lavadora como haces normalmente, añadiendo al detergente una cucharada de percarbonato. Por último, tiende la prenda al sol, y la mancha desaparecerá por completo.

Quitar manchas de sangre

Las manchas de sangre como mejor salen es con agua fría y agua oxigenada. Si puedes poner un poco de agua oxigenada (la normal de farmacia) directamente sobre la mancha de sangre, verás cómo de forma automática la sangre roja se decolora. A veces queda un rastro ligeramente amarillento que sale sin problemas en la lavadora.

El agua oxigenada sirve igual con la mancha de sangre fresca o seca. Si está reseca, tendrás que poner un poco más de agua oxigenada para ablandarla.

Cualquier otro producto quitamanchas que tenga oxígeno activo como el percarbonato, el bicarbonato y cualquier quitamanchas del mercado con oxígeno en su composición, quita las manchas de sangre estupendamente.

Si no tienes ninguno de estos productos, lava simplemente en agua fría con un poco de jabón o detergente. Las de sangre es un tipo de manchas que suele quitarse muy bien, siempre y cuando no la intentes lavar con agua caliente, porque la temperatura alta, fija la sangre a la prenda.

De todos modos, si ya has intentado con agua caliente y tienes la mancha incrustada, ponla a remojo con agua bien caliente y un par de cucharadas colmadas de algún producto para ropa basado en oxígeno y desaparecerán.

Quitar manchas de la ropa: aceite

Si te salpica aceite, lo mejor es actuar con rapidez.

Espolvorea polvos de talco o un poco de maicena o harina sobre la mancha y cuando haya absorbido el exceso de aceite, elimina los restos con una cuchara o el canto de un cuchillo de fuera hacia dentro de la mancha.

Cuando puedas lavar la prenda, pon un poco de jabón de platos en la mancha y frota con los dedos para que penetre bien en la trama del tejido.

Las manchas de aceite pueden ser muy difíciles de eliminar. Para facilitar la tarea, pon la prenda a remojo un par de horas en agua tibia. Añade un vaso de amoniaco (mejor con detergente) y el detergente que uses habitualmente para lavar la ropa. Recuerda comprobar antes que la prenda no destiña.

Cuando haya pasado el tiempo del remojo, mete la prenda en la lavadora y pon tu programa habitual. Programa una duración media y una temperatura de 40ºC (revisa la etiqueta para verificar que se puede lavar a esa temperatura. En caso contrario, ponlo a la máxima que admita)

Una vez limpia, ponla a secar al aire. Nunca metas una prenda manchada de grasa en la secadora sin comprobar antes que las manchas se han quitado. Si lo haces, la mancha podría fijarse y ser mucho más difícil de quitarse.



Vamos por orden. Lo primero es pretratar las manchas de la ropa

Cuanto antes se trate la mancha una vez caída en la ropa, más posibilidades hay de que salga fácilmente. Si no le damos tiempos a incrustarse, será mucho más sencillo de eliminar.

No siempre podemos lavar la prenda de inmediato. Si estamos fuera de casa cuando nos manchamos, tendremos que esperar a llegar para poder cambiarnos de ropa, pero sí hay algunas cosas básicas que podemos hacer y que son útiles en cualquier tipo de mancha.

Elimina los restos sólidos

Hay ciertas manchas, de comida, barro… que pueden dejar restos sólidos sobre el tejido. Lo primero que hay que hacer para limpiar este tipo de manchas de la ropa, es quitar toda la parte sólida.

Raspa con una cuchara o el canto de un cuchillo (la parte que no corta), desde la parte de fuera hacia dentro de la mancha y retira todo lo que puedas.

Procura no frotar la tela, para que no se incruste en la trama del tejido más de lo que ya lo haya hecho. Si es posible, pon la zona de la mancha bajo el chorro de agua fría, sin frotar. Sostén el tejido del revés, con el lado en el que ha caído la mancha hacia abajo, para que el agua arrastre hacia fuera de la tela todo lo que sea posible.. En caso de dificultades para hacerlo, retira como te he explicado todo lo que puedas con una cuchara y espera a llegar a casa.



Y si las manchas de la ropa son de algún líquido

Para manchas sin restos sólidos porque ya se los hemos eliminado en el paso anterior, o porque es de un líquido (vino, zumo, aceite, refresco…) intenta eliminar lo que puedas poniendo un pañuelo de papel a cada lado del tejido. Presiona con los dedos para que el papel absorba el máximo de líquido de la mancha, pero nunca frotes para no incrustarlo más. Sólo procura que el papel absorba el máximo posible.

Al llegar a casa, ya podremos lavarla.

Una vez llegamos a casa, para quitar esas manchas de la ropa con facilidad, o mejor es poner la prenda manchada a remojo durante la noche. Pon la ropa que se ha manchado en un recipiente con agua fría en la que has disuelto un poco de detergente de lavadora. Pon un poco de detergente también directamente sobre la mancha y frota un poco con los dedos para que penetre en el tejido.

Antes de hacer esto, es importante asegurarse de que la prenda no destiñe.

Por la mañana, aprovecha para poner la lavadora con prendas de colores similares a la que dejaste en remojo y haz una colada normal. Las manchas habrán desaparecido pero si quedase algún resto, sólo tienes que repetir el proceso.

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Un saludo

Pepa Tabero.

Como doblar camisas con solo 5 pasos fáciles

Como doblar camisas y dejarlas impecables es muy facil

como doblar camisas
Camisa Doblada – Pepa Tabero – La casa limpia y ordenada

Aunque a primera vista pueda parecer complicado, el como doblar camisas para que queden perfectamente ordenadas en un armario, un cajón o la maleta, es algo realmente muy sencillo.

La mejor forma de guardar las camisas para que no le salgan arrugas, es colgarlas en perchas, pero hay ocasiones en las que debemos doblar. Puede ser porque salgamos de viaje y haya que doblarlas para ponerlas en la maleta. En otras ocasiones, nuestro armario se diseñó de forma que las camisas se colocarían apiladas una sobre otra, dobladas. En ese caso, tras plancharlas, habrá que doblarlas bien y colocarlas en un cajón o una estantería.

Si necesitas doblar tus camisas y no tienes mucha idea de cómo hacerlo, no te preocupes que en este paso a paso vas a comprobar lo fácil que es. Te van a quedar perfectas, y por si te queda alguna duda del proceso, al final del artículo te dejo un vídeo en el que tienes el paso a paso.

Lo primero que hay que hacer para que la camisa no se arrugue, es, como es lógico, plancharla. Te dejo este vídeo de mi forma de planchar las camisas.



Sigue estos pasos para aprender como doblar camisas impecables 

Paso 1:

Una vez la camisa planchada, hay que colgarla en una percha y esperar unos minutos a que el tejido se enfríe. De este modo, al doblarla en frio, las marcas de los dobleces no se quedarán tan marcadas cuando te la vayas a poner.

Cuando ya está fría, lo primero que hay que hacer es abotonarla por completo y colocarla con los botones hacia abajo, bien estirada sobre una mesa o la tabla de planchar.

Paso 2 de como doblar camisas:

Para realizar el segundo paso, vamos a necesitar una revista o un catálogo. También sirve la cartulina que traen las camisas para darles forma, cuando las compras, porque nosotros la vamos a doblar del mismo modo.

Si lo prefieres también venden piezas especiales que facilitan este paso:

Coloca la revista sobre la espalda de la camisa. La parte superior, más estrecha, irá justo a la altura del cuello pero sin pisarlo. Cuida que los hombros queden bien centrados para que al doblarla, la forma sea simétrica.

Paso 3:

Ahora, dobla todo el lateral izquierdo de la camisa a la altura del lateral de la revista. Estira bien con la mano para eliminar posibles arrugas y dobla la manga hacia abajo.

Repite el movimiento anterior con la parte derecha de la camisa: Dobla el lateral a la altura marcada por la revista, alisa con la mano y dobla la manga derecha desde el hombro, a lo largo.

Paso 4 de como doblar camisas:

La camisa está ahora mismo convertida en una tira larga de tela de la anchura de la revista.

Marcando el filo de la revista con la mano, dobla toda la tira de tela sobre la revista. Hazlo desde la espalda hacia arriba, hacia el cuello de la camisa. Ahora dale la vuelta con cuidado de no desdoblar lo que ya está hecho. Hazlo con cuidado, pero sin miedo, porque al tener la revista dentro de la camisa, no se te desmontará.

Ahora dale la vuelta al “paquete” que has hecho, y coloca sobre la mesa la camisa con los botones hacia arriba. ¿A que ya le ves la forma?



Paso 5:

Sólo queda sacar la revista y guardar el faldón sobrante.

Para sacar la revista, pinza el doblez que está en la parte opuesta a al cuello (en el que está la apertura por la que extraer la revista) Hay que sujetar bien la tela con una mano, para no arrastrarla a la vez que sacamos la revista con la otra mano.

Tira de la revista… y ¡listo!.

Por último, remete el faldón de la camisa por esa misma abertura, doblándolo para que quede sin arrugas.

Camisa doblada y lista para guardar.

En el siguiente vídeo verás como doblar camisas del modo que te he explicado. Verás qué forma tan fácil y lo bien que queda.

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¿Y tú, prefieres colgar las camisas en perchas, o las doblas?

Besos.

Pepa Tabero.

Como planchar una camisa perfecta en 6 pasos

Cómo planchar una camisa perfecta

 

Planchar una camisa perfecta es más fácil de lo que pueda parecer en un principio. No hay que tenerle miedo a la plancha. Con estos 6 sencillos pasos, podrás vestir de forma impecable y lucir un aspecto pulcro y aseado.

Te voy a explicar mi forma de planchar una camisa, y verás que es algo rápido de hacer. Si nunca has cogido una plancha, tal vez lo veas complicado. No te preocupes porque siguiendo este paso a paso, con un poquito de práctica conseguirás un resultado estupendo.

Antes de planchar una camisa hay que hacer varias cosas

Antes de poner la plancha a calentar, comprueba que la base esté perfectamente limpia. para que se deslice perfectamente y no manche tu camisa. Si no desliza bien por la tabla, la tocas áspera o directamente le ves algún pegote quemado o pegado, debes limpiarla. Te dejo en este enlace el mejor modo de limpiar la base de la plancha.

Llena el depósito de agua para no quedarte sin vapor en mitad del planchado. Hay planchas que utilizan agua destilada y otras, agua del grifo. Si no lo tienes claro cuál lleva tu plancha, revisa las instrucciones del fabricante.

Repasa visualmente la tabla de planchar. La funda no debe tener manchas. Si no la sueles utilizar a diario, pásale un paño húmedo bien escurrido . Así evitarás que el polvo que pueda tener la tabla se quede pegado a tu camisa.

¿No tienes tabla de planchar?

Si no tienes tabla de planchar puedes también hacerlo sobre una mesa estable. Pon una manta de algodón o una toalla gruesa y cubre con una sábana de algodón. De este modo protegerás la mesa del calor generado por la plancha. Si es tu situación, nunca utilices vapor porque podrías estropear la mesa,. En su lugar, utiliza un bote con agua de la que normalmente bebas en casa, que pulverizarás sobre la prenda antes de pasar la plancha.

Considera seriamente comprar una tabla de planchar. Son extraordinariamente útiles y hay modelos muy económicos. Los tienes incluso sin patas. Se colocan sobre la mesa y son estupendas si tienes muy poco espacio en casa para una tabla de planchar estándar.


 

 

 

Las tablas de planchar tiene una forma especial. Su base perforada, facilita la salida del vapor y su forma se adapta a cualquier prenda.

Pasa un paño húmedo para quitarle el polvo que pueda tener. Una vez limpia, puedes planchar una camisa, una camiseta, tus pantalones favoritos… lo que necesites.



Antes de planchar, siempre hay que leer las etiquetas de la prenda

Las etiquetas, nos indican mucho más que la temperatura de lavado. También nos dicen cómo hay que planchar cada una de ellas dependiendo del tejido. Comprueba en este artículo los símbolos que aparecen en la etiqueta de tu camisa.

Si la camisa que vas a planchar es de algodón o lino, pon la plancha en tres puntos (temperatura alta) y con el vapor a tope

Los tejidos sintéticos y las mezclas se planchan con la temperatura media o baja. Coloca el regulador de la plancha en dos puntos y utiliza siempre un pañuelo fino de algodón. De este modo la plancha no entrará en contacto con el tejido y no lo quemará. También debes utilizar el pañuelo de algodón para planchar sobre aplicaciones, adornos, o bordados que tenga tu camisa.

Los tejidos de licra, elásticos o símil cuero no se planchan porque el calor de la plancha, incluso a temperatura mínima, los quemaría.

Planchar una camisa perfecta en 6 pasos

1º paso:

Comienza desabrochando todos los botones y sacudiendo bien la camisa desde el cuello. Así se elimina cualquier doblez que pueda tener, y que las costuras se coloquen en su sitio de forma natural. La camisa la vamos a planchar siempre por el lado derecho, el que se ve.

2º paso:

Primero planchamos el canesú, que es la parte alta de la espalda que lleva doble tela. Coloca la camisa sobre la tabla sujetando esa zona bien estirada.

3º paso:

Del canesú pasamos a planchar el cuerpo de la camisa por este orden. La pieza delantera en la que están los ojales, la espalda y acaba planchando la delantera en la que están los botones. Estira bien la tela sobre la tabla y plancha desde los faldones hacia el cuello de la camisa (sin planchar el cuello). Hazlo por el derecho y con vapor o humedeciendo con el pulverizador de agua; Una vez planchada la pieza de los ojales, pasamos a la espalda. Es la pieza de tela más grande y la más sencilla. Se plancha igual que el delantero. Con vapor o humedeciendo con agua, bien estirada sobre la tabla y de abajo hasta el canesú, que ya está planchado. Si tiene pinzas o pliegues, dales forma con los dedos cuidando de no quemarte.
Por último, planchamos la pieza delantera de los botones. Aunque planchamos siempre por el derecho, no vamos a planchar por encima de los botones. Si son de plástico se podrían estropear, incluso derretir y manchar la plancha. La plancharemos del revés dándole la vuelta a la tira en la que van cosidos los botones. El resto del delantero se plancha del derecho.

4º paso:

Dejamos para el final las mangas con los puños y el cuello. Las mangas se pueden planchar de dos formas, con raya y sin ella. La raya es simple cuestión de moda y gustos. Tan elegantes son unas como las otras. Si las planchas con raya, coloca la manga con los botones del puño hacia arriba. Elimina con las manos todas las arrugas, tanto de la tela superior como de la inferior. Utiliza como guía para la raya la costura inferior de la manga que sube hacia el canesú. También puedes guiarte por la raya de plancha que ya esté marcada por planchados anteriores.
Si en cambio, eres fan de planchar las mangas sin raya, coloca la manga que modo que tenga la costura hacia arriba, justo en el centro de la manga. Pasa la plancha con cuidado de no tocar los bordes. Plancha únicamaente sobre la costura. Una vez planchado el centro de la manga, gírala de modo que la costura quede en el lateral y vuelver a pasar la plancha justo por el centro de la manga. De esta forma, quedará perfecta y sin rayas. También puedes utilizar un plancha mangas. Es un accesorio con la misma forma de la tabla de planchar. Tiene un tamaño ideal para las mangas y también lo puedes utilizar para planchar prendas pequeñas o costuras complicadas.



 

 

 

5º paso:

Los puños se planchan estirados, metiendo la punta de la plancha hacia dentro de la manga. Presta atención a las pinzas y costuras para alisarlas bien.

6º y último paso para planchar una camisa perfecta:

Finalizamos planchando el cuello de la camisa. Bien estirado sobre la tabla, primero por detrás. Plancha de los picos hacia el centro para no generar arrugas. Por delante es suficiente una sola pasada que hará que quede bien tieso. Una vez planchado el cuello, coloca las ballenas.



Así de fácil es planchar tu camisa

Ya sólo queda pasar la camisa recién planchada a una percha para que se enfríe, antes de colgarla en el armario o doblarla. Si lo hicieras en caliente corres el riesgo de que se le fije cualquier arruga o doblez y tendrás que plancharla de nuevo.

Si la cuelgas en el armario, recuerda abrochar el segundo botón comenzando por arriba, y los botones de los bolsillos, si es que los lleva. De este modo, el cuello mantendrá su forma natural y los bolsillos no se arrugarán. Los botones de puños y mangas es mejor dejarlos desabrochados.

Si la vas a guardar doblada, es mejor abrochar todos los botones, incluidos los puños y los del cuellos, si es que los tiene. Para tardar menos cuando cuando te la vayas a poner, abrocha la tira de botones delanteros de forma alterna. Procura que siempre queden cerrados los dos primeros del cuello y el botón de abajo que cierra el faldón de la camisa.

¿Te gustaría doblar las camisas…

¿…pero no sabes cómo hacerlo para que queden sin arrugas? No te preocupes, que aquí te dejo un vídeo muy cortito en el que te muestro la forma de doblar una camisa de vestir para que quede perfecta.

Una imagen vale más que mil palabras. En el siguiente vídeo verás cómo planchar tu camisa de vestir de forma fácil, y que quede perfecta:

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¿Y tú, prefieres planchar las camisas con raya en las mangas, o sin raya?

Besos.

Pepa Tabero.

Cómo desinfectar la casa y la ropa (Covid-19)

Saber cómo desinfectar la casa y la ropa estos días que estamos en alerta y cuarentena por el Coronavirus Covid-19 y que también nos va a servir para desinfectar la casa si algún miembro de nuestra familia tiene cualquier otra enfermedad contagiosa.

Qué hay que saber antes de desinfectar la casa

Lo primero y muy importante, es que los virus y las bacterias son bichos distintos. Esto significa que un desinfectante antibacteriano eliminará a las bacterias, pero a lo mejor no tiene el mismo efecto con los virus. Lee la etiquetas del fabricante para saber exactamente el grado de desinfección del producto desinfectante que vayas a usar y qué tipo de gérmenes elimina.

Según las recomendaciones sanitarias en España, para desinfectar la casa y eliminar el virus Coronavirus Covid-19, hay que desinfectar usando los siguientes productos:

Productos recomendados para desinfectar la casa

Esta es la lista de los productos que debes usar para desinfectar la casa y la ropa. No son difíciles de encontrar, pero si no los localizases, basta con usar agua y jabón… y aclarar con agua limpia después.

  1. El alcohol va a ser nuestro limpiador de referencia. El mejor para desinfectar es el de farmacia, de 96º.
  2. Hipoclorito sódico – Lejía/cloro/lavandina : Añade al agua un poco de jabón de platos y pon un vaso de lejía siempre en el cubo con agua fría, porque el agua caliente evapora el cloro y pierde poder desinfectante.
  3. Utiliza para tu higiene el jabón de manos que uses normalmente. Puede ser en pastilla, jabón líquido o en formato gel.
  4. No olvides llevar siempre ancima un frasquito de gel hidroalcohólico especial para las manos. Recuerdad que debe ser “de farmacia”. No sirven los de tipo cosmético (que huelen muy bien, pero suelen llevar menos alcohol del recomendado por las autoridades sanitarias). Y nunca fabriques tu propio gel desinfectante de manos siguiendo un tutorial de youtube de dudosa confianza, ni tampoco improvises “recetas caseras”. Usando un producto no farmacéutico corres el riesgo de que no desinfecten lo necesario y sólo sirva para crearte una peligrosa sensación de falsa seguridad.
  5. Si no encuentras el gel desinfectante en la farmacia, compra alcohol de 70º y úsalo en su lugar, o lávate con agua y jabón.


Partes que hay que limpiar para desinfectar la casa

  1. La puerta de la calle por fuera y por dentro, manillas y pomos incluidos. También el pulsador del timbre. La mirilla y alrededor de la misma.
  2. El buzón.
  3. Las manillas de las puertas interiores de paso, los interruptores de la luz… todas las superficies que se tocan con las manos: importante la mesita del recibidor donde dejamos las llaves… Y no olvidar las llaves, tanto de casa, como del coche.
  4. El bolso, sobre todo el cierre y las asas, y el monedero por fuera.
  5. Las suelas de los zapatos se pueden limpiar con alcohol, aunque si no entran del recibidor al interior del domicilio, tampoco es imprescindible hacerlo. – estos días, usa el mismo par de zapatos cada vez que salgas de casa y límpialos como haces normalmente (si habitualmente no suelen limpiarlos… es un buen momento para empezar con la costumbre)

Cómo desinfectar la casa a fondo para estar tranquilos

  1. El suelo se desinfecta poniendo un vaso de lejía en 5 litros de agua fría. Añade un poquito de jabón de platos.
  2. Todo lo que no sea el suelo, límpialo con alcohol de farmacia y una bayeta limpia que ira directamente a la lavadora, a 60ºC.
  3. Pon junta toda la ropa que necesites desinfectar y puedas lavar a la vez. Recuerda separar por colores o poner toallitas anti trasferencia de colores en el bombo, junto a la ropa. Haz un lavado normal con tu detergente habitual, subiendo la temperatura hasta los 60ºC

Extrema la higiene si te toca trabajar fuera de casa 

Al salir de trabajar procura no pararte más de lo que sea mínimamente imprescindible. Si aprovechas el regreso para hacer alguna compra evitarás tener que volver a salir.

Al llegar a casa debes hacer lo siguiente:

  1. Deja los zapatos en la entrada.
  2. Ten siempre gel desinfectante hidroalcohólico o alcohol en la entrada de casa, para desinfectarse las manos nada más llegar de la calle.
  3. Pasa directamente a cambiarte de ropa y lavarte después las manos y la cara con agua y jabón. En ese primer lavado después de volver conviene secarte con papel y tirarlo a la basura.
  4. La ropa “de la calle” puedes lavarla a mínimo 60ºC, en la lavadora y con detergente. El ciclo de lavado puede ser el normal, sólo aumenta la temperatura. Procurar usar prendas que admitan altas temperaturas, para que no se estropeen demasiado: ropa vaquera, prendas resistentes de algodón, blanco o de colores sólidos.
  5. Si la ropa es imposible lavarla en la lavadora (caso de trajes de vestir o prendas especiales), la puedes “cepillar” con una bayeta empapada en alcohol. Una vez hecho esto, saca la ropa a la terraza colgada de una percha. Si es posible, ponla un rato al sol y si no al menos déjala junto a la ventana para que se ventile bien.



Y si tienes perro

No te quedará más remedio que salir varias veces de casa, pero durante el paseo no te pares a charlar con nadie, ni dejes tampoco al perro relacionarse con otras personas o animales.

Al regresar hay que hacer lo siguiente:

  1. Los zapatos siempre se dejan en la entrada
  2. Desinféctate las manos con el alcohol de la mesita del recibidor.
  3. Límpiale al animal la patas (y si lo tiene largo, el rabo) con una toallita desechable empapada de alcohol o con un poco de agua y jabón, y sécale bien con un pañuelo de papel desechable.
  4. Si usas alcohol, revisa que no se le resequen demasiado las almohadillas, no sea que le salgan grietas. Lo puedes evitar poniéndole crema hidratante o un poquito de vaselina (que aunque se lo chupen, no es tóxica) una vez seco el alcohol.
  5. Después de limpiar al perro, ve directamente a lavarte las manos y la cara con agua y jabón y sécate con una servilleta de papel, que irá a la basura.

Recuerda desinfectar también el coche

El coche también hay que desinfectarlo cuando volvemos, pero no te preocupes porque es muy fácil. Usa una bayeta lavable o una toallita desechable mojada con alcohol de “como mínimo” 70º por el volante, la palanca de cambios, la manillas de puertas y ventanas… Pasa la bayeta por todas las superficies que tengan contacto con las manos.

Y sobre todo… Mantén la calma. Ya sabes cómo desinfectar la casa

Ten en cuenta (y no olvides), que si estás en casa guardando la cuarentena y no sales a la calle, no hace falta desinfectarlo todo cada día. Si tienes en casa algún enfermo o de alto riesgo, esta persona deberá mantenerse aislada en un dormitorio. Esta es la única estancia que es imprescindible limpiar, desinfectar y ventilar bien a diario. Mejor si lo haces con guantes y mascarilla, para evitar sustos.

Estas pautas en las que te explico cómo desinfectar la casa, son para quien se tiene que saltar la cuarentena de no salir porque no le queda más remedio por trabajo, a sacar al perro, o a una compra imprescindible. Si en tu casa de momento no tenéis necesidad real de salir, lo mejor es que os quedéis todos dentro. En ese caso, no hace falta desinfectarlo todo a diario. Con la limpieza habitual del polvo y quitar los churretes habituales del suelo es más que suficiente.

Si no te queda más remedio que ir al médico, puedes hacerlo así

Ya sabes que sólo debes acudir al médico hacerse por verdadera necesidad, y siempre llamando antes para pedir confirmación de horario. No pases más tiempo del necesario en el centro de salud. Si sólo necesitas recetas, lo mejor es que llames a tu médico y le preguntes cómo puedes conseguirlas sin tener que desplazarte.

A tu regreso, sigue los pasos siguientes junto a los recomendados en el apartado “Si te toca trabajar fuera de casa”: 

  • Entra directamente a darte una ducha y desvístete sin sacudir la ropa.
  • Desinfecta con lejía y alcohol el cuarto de baño completo al terminar de ducharte, incluida la superficie donde hayas dejado la ropa que te acabas de quitar.
  • Pon la ropa en la lavadora y
  • Lávate las manos con agua y jabón

Resumen de las recomendaciones para desinfectar bien la casa

Ya tienes claro el mejor modo de desinfectar tu casa a fondo, y la mejor forma de hacerlo, así que aquí te lo dejoresumido en sólo 6 puntos:

  1. Para desinfectar la casa, lo mejor es usar alcohol de mínimo 70º en superficies de contacto
  2. Limpiar el suelo con lejía en proporción de un vaso de lejía por cubo de agua fria, añadiendo al agua un poquito de jabón de platos.
  3. Deja los zapatos en la entrada, no pises con las suelas de la calle dentro de casa
  4. Limpia bien las patas de tu perro al entrar de su paseo.
  5. Lávate las manos con agua y jabón, y usa alcohol cuando lo necesites
  6. Mantén la calma y ten paciencia… todo pasa, esto también.

EDITO PARA AÑADIR enlace a un documento que ha publicado el Ministerio de Sanidad, con una lista de productos de uso autorizado para desinfectar. Aunque la mayoría son de uso exclusivo profesional, también hay alguna marca que se puede encontrar en el supermercado. Hay que prestar una atención especial al apartado “modo de empleo” recomendado, para que sean realmente efectivos.

Pincha aquí para ver el listado de desinfectantes aprobados por Sanidad.

Por cierto, si quieres hacer el jabón líquido a partir de una pastilla de jabón de tocador, aquí te explico cómo hacerlo.

Si te han gustado estas recomendaciones, suscríbete al boletín y al canal de YouTube para recibir las novedades antes que nadie y ya sabes que espero tus comentarios contándome tu experiencia o si te quedó alguna duda o sugerencia..

Abrazos,

Pepa Tabero

Ladrones de tiempo. 6 principales y cómo evitarlos

muestra relojes ladrones de tiempo

Los ladrones de tiempo son todas aquellas distracciones que, como su nombre indica, nos hacen perder el tiempo. Eliminándolos o al menos, mitigando su actividad, recuperaremos mucho tiempo que de otra forma se hubiese perdido.

Se acabó necesitar días de 30 horas para lograr tus objetivos

Un ejemplo muy común de ladrones de tiempo

Típica llamada de teléfono que te interrumpe cuando estás haciendo cualquier trabajo.

Está demostrado que las personas necesitamos alrededor de 10 minutos en llegar a la concentración plena en cualquier actividad que realizamos.

Esto significa que con cada interrupción, se añade un mínimo de 10 minutos al tiempo que tendrás que dedicar a la tarea en que estabas concentrada.

Es decir: atender esa llamada de teléfono tan inoportuna, te hace perder mucho más de lo que parece a primera vista.

En el momento en que suena el teléfono y echas un ojo para ver quién llama, es cuando decides si puedes atenderla en ese preciso instante.

Tal vez prefieras no interrumpir tu trabajo. Ya sabes que puedes devolver la llamada en otro momento. El timbre del teléfono es muy insistente, pero debes recordar que tú eres dueña de tu tiempo. Tú eres quien decide como disponer de él en cada momento. Tal vez, no es buen momento para hablar porque estás ocupado o simplemente, no te viene bien coger el teléfono.

No importa cual sea tu decisión.

El teléfono ha sonado, has parado a mirarlo y te ha distraído. Eso significa que necesitarás unos minutos para concentrarte al mismo ritmo que tenías.

Puedes escribir una nota rápida para no olvidarte de devolver la llamada más tarde. Con esa opción, en dos minutos habrás retomado tu actividad.

Si te paras a atender el teléfono, más vale que sea importante, porque durante los 2, 3 o… 20 minutos que dure la conversación ocurrirán varias cosas:

  • Tal vez cuando cuelgues, hayas desconectado tanto que decidas dejar lo que estabas haciendo para otro momento.
  • Podría pasar también que decidas retomar la tarea, pero la conversación te ha distraído y necesitarás un rato para volverte a concentrar.



Cada tarea exige distintos niveles de concentración

Los ladrones de tiempo, pueden ser más o menos dañinos en función de la tarea que interrumpan.

Si estabas emparejando y doblando calcetines, probablemente ni siquiera tengas que dejar de hacerlo mientras hablas por teléfono en una charla distendida (aunque que lo harás más lento) En cambio, cuando necesitas redactar un informe, necesitas toda tu fuerza de concentración.

Tenemos claro que la tarea “doblar calcetines”, no necesita el mismo nivel de concentración que la tarea “redactar un informe”. Aún así, en ambos casos, el timbre del teléfono te distrae. Aunque no descuelgues, necesitarás recuperar ese tiempo que has perdido al desconcentrarte de lo que estabas haciendo.

Dentro de los muchos ladrones de tiempo que existen, el ejemplo de la llamada telefónica es muy habitual y aparentemente causa un daño mínimo.

Una llamada puntual, por sí sola no afecta al resultado. El problema es que no es sólo “una” llamada, sino una pequeña parte de multitud de pequeñas distracciones que sufrimos a lo largo del día. Si las pones todas juntas comprobarás que a diario, pierdes horas completas sin darte cuenta .

Por eso las 24 horas se te quedan cortas. Al ritmo que llevas, necesitarías días de 30, 35… o incluso 40 horas. Sobre todo, si tienes tendencia natural al despiste. Rodeada de distracciones continuas es muy difícil terminar a tiempo lo que tenías previsto hacer.

Por otro lado, piensa que tal vez has programado el día con unas expectativas de trabajo un poco exageradas. Hay quien lo hace a propósito pensando de antemano con conformarte con terminar la mitad.

Tal vez sea buena idea cuando sabes que la tentación de las distracciones es más fuerte que tu capacidad para enfrentarse a ellas. Programando más trabajo del que sabes que es posible, nunca estarás de brazos cruzados porque siempre tendrás algo que hacer.

El problema surge cuando los ladrones de tiempo hacen su trabajo mejor que tú, y consiguen que te vayas a la cama tarde, agotada y con el remordimiento de dejarlo todo a medias.

Escoge un día cualquiera para anotar todas esas distracciones “sin importancia”. Así verás el tiempo real que pierdes en un solo día. Ahora, amplía ese estudio de un sólo día a una semana y luego a un año completo. Más vale que haya merecido la pena, porque todas esas horas perdidas, nunca las podrás recuperar.

Los ladrones de tiempo adoptan muchas formas distintas

El ejemplo del teléfono es tal vez la forma más más simple y repetitiva que toman los ladrones de tiempo. Estoy segura de que puedes nombrar decenas de ocasiones. Situaciones que inicialmente pensaste que eran “un momentito”. Momentos “rápidos” en los que desatendiste por completo lo que estabas haciendo… Muchas de esas ocasiones se alargaron al punto de dejar abandonada la tarea inicial.

En este artículo quiero hablarte de los 6 ladrones de tiempo más habituales. También te daré algunos ejemplos para que aprendas cómo de cómo puedes evitarlos. Muchos ladrones de tiempo realmente no se pueden evitar, pero sí podrás disminuir su frecuencia, su influencia y su poder de distracción.



Aprende a detectarlos

Aprender a detectarlos es lo primero que hay que aprender. Con un poco de práctica, podrás detectar tus ladrones de tiempo antes de que aparezcan.

Detectando tus ladrones de tiempo antes de que aparezcan, podrás evitar muchos, pero no todos. Mantén la calma y relájate cuando aparezcan los inevitables. Hay multitud de estrategias fantásticas para ayudarte a mantener el control sobre tu tiempo. Con ellas, podrás mantener a los ladrones de tiempo dentro de niveles bastante aceptables.

Incluye tus ladrones de tiempo en la planificación del trabajo diario

Debes incluir tus ladrones de tiempo más habituales en tu planificación del trabajo diario. Un poco más abajo te explico como hacerlo.

Las tareas de orden y el mantenimiento de tu hogar son trabajo, por lo que deben estar bien organizadas. Sin embargo, es en estas tareas donde los ladrones de tiempo campan más a sus anchas. El trabajo doméstico no se valora, a no ser que trabajes de empleado de hogar o tengas ayuda doméstica.

En general, mantener una casa limpia y ordenada, es un trabajo a estas alturas en que vivimos, sorprende que siga sin tomarse en serio. La opinión de algunas personas sigue siendo que como lo que limpias es tu casa, no cuenta como un trabajo. Lógicamente, al no ser “un trabajo de verdad”, piensan que no necesita de ninguna planificación.

Por supuesto, quien piensa de ese modo demuestra que nunca ha sido responsable de mantener un hogar organizado. Muchas veces se trata de jóvenes recién independizados que dan sus primeros pasos y lo viven como una aventura.

Existen esa creencia también en muchos adultos y en personas mayores. Han compartido toda su vida con alguien que se encargaba de esas tareas. De repente, su modo de vida cambia. Ahora viven solos y no saben por donde empezar.

Poco a poco se dan cuenta de que un hogar no se organiza chasqueando los dedos. Es necesaria una buena planificación del trabajo.

Si no tienes claras qué tipo de rutinas necesita tu casa o no sabes como implementarlas para emplear en ellas el mínimo tiempo posible, contacta aquí conmigo.

Clasificar los ladrones de tiempo

En esta lista de 6 ladrones de tiempo, los voy a clasificar por evitables y por inevitables.

  • Evitables. Son todos aquellos que para actuar necesitan de nuestra colaboración. Tal vez seas tú quien los busca de forma inconsciente. O a lo mejor sales a su encuentro de forma activa. Sabes que pueden aparecer en cualquier momento pero no haces nada para evitarlos.
  • Inevitables. Estos ladrones de tiempo no dependen de nosotros. Aceptémoslo, ni somos el ombligo del mundo, ni la vida gira por completo a nuestro alrededor. Eso hace que otras personas necesiten nuestra colaboración en momentos que nos resultan incómodos. Pero para ellos es algo importante y no podemos negarles unos minutos de nuestro tiempo..

Las personas somos seres sociales. Si no quieres que nadie te interrumpa, lo mejor es que te vayas a vivir a mitad del bosque. No le digas a nadie dónde estás, y por supuesto, no te lleves el teléfono.

Identificar, clasificar y eliminar (o mitigar su efecto)

Los tres comunes a todo el mundo.

– Ladrones de tiempo I – La desorganización

Este es fácil de identificar: es no saber qué es lo que hay que hacer en cada momento, no tener clara la escala de prioridad en la realización de las tareas y andar todo el día haciendo mil cosas sin terminar ninguna, o terminando muchas que no son realmente necesarias.

Por la noche estamos agotadas de no haber parado en todo el día, pero siempre, sin excepción, hemos dejado sin hacer algo imprescindible para el día siguiente.

Nos justificamos con la excusa de que no hemos parado en todo el día y aún así no nos ha dado tiempo.

Lo que ha ocurrido en realidad, es que nos hemos puesto a hacer otras muchas cosas más agradables pero menos importantes y se nos ha olvidado lo que era algo prioritario.

Ejemplo de desorganización:

No tienes un día fijo para cambiar las sabanas. Tienes intención de hacerlo una vez a la semana pero se te olvida y las acabas cambiando cada quince días o incluso sólo una vez al mes. Si llo piensas, te justificarás con la excusa de que no tuviste tiempo de hacerlo antes (y lo peor, es que seguramente, es cierto)

Solución:

Lleva una agenda con las tareas de la casa, y anota en ella todo lo que tengas que hacer… Y pon post’its en zonas estratégicas de tu casa (espejo del cuarto de baño, puerta del frigorífico…) para acordarte de usarla.

– Ladrones de tiempo II – No tener claro el objetivo

El objetivo de la organización doméstica, es vivir en un hogar limpio y ordenado. Por ello, y como medida lógica, todos los habitantes del domicilio, deben participar activamente en su mantenimiento.

Nunca se nota todo lo que trabaja la persona principal. Si se le pusiera una cámara oculta, se vería que probablemente no para en todo el día.

Aunque el ideal es que todo el mundo colabore, si no lo hacen por iniciativa propia alguien debe asumir la responsabilidad del hogar.

Ejemplo:

El problema surge porque es un trabajo que se olvida y que se acaba relegando siempre en la misma persona. Es normal que le acabe superando la sensación de saber que es la única que trabaja en el mantenimiento de ese hogar.

Quien decida ocupar el puesto de mantenedor del hogar (por voluntad propia u obligado por las circunstancias) debe tener claro el objetivo último de su trabajo: un hogar ordenado y limpio, armonioso y feliz.

Solución:

Con su ejemplo, constancia y un cuadrantes de tareas para cada uno de los demás miembros del hogar, todos aprenderán a cumplir con sus deberes comunitarios (con paciencia, pero insistiendo todo lo que haga falta) .

– Ladrones de tiempo III – Aplazar lo que tenemos que hacer por falta de ganas/ desmotivación:

Hay tanto por hacer, y luce recogido durante tan poco tiempo, que literalmente “se te cae la casa encima” A eso hay que añadir, que el resto de la familia, que por supuesto vive en casa (y son los que más manchan, los que más ensucian, y los que menos recogen) además de colaborar poco, agradecen menos y se quejan cuando algo no está hecho.

Con semejante panorama es lógico que desaparezcan las (pocas) ganas de hacer nada, porque… “total, ¿para qué?” y eso se convierte en un círculo vicioso en el que el trabajo acumulado se hace una bola cada vez más grande, hasta que no le queda más remedio que darse un día una panzada a trabajar tremenda.

Al día siguiente volverán a comenzar a desarreglar, el segundo día apenas se notará y en una semana otra vez estará todo como al principio.

Ejemplo:

Ese desorden arrastrado desde la noche se acumulará con el desayuno y habrá que trabajar el doble por la mañana. Si por la mañana salimos con prisas para ir a trabajar el trabajo esperará a que lleguemos por la tarde (y como habrá si hacerlo por la tarde, se nos quedarán cosas pendientes de las que nos deberíamos haber encargado)

Solución:

Una de las rutinas más importantes es la nocturna, que hay que caer antes de acostarse. Es una de las que más pereza da cuando no está bien instaurada, pero si por falta de ganas no se recoge  la cocina tras la cena y se deja el lavaplatos puesto, por la mañana al entrar a desayunar nos la encontraremos patas arriba con todo lo de la cena sucio.

Los que hay que trabajar de forma personal.

– Ladrones de tiempo IV- Perfeccionismo:

Nos enseñaron que “lo bien hecho, bien parece” y es cierto, pero eso nos obliga muchas veces a dejar para más tarde cosas que necesitan mucho tiempo para “hacerlas perfectas”, lo que al final se traduce en que “no se hacen”

Esperar a tener suficiente tiempo para hacer algo a la perfección es un error desde el momento en que cualquier tarea necesaria resultará mejor si la hacemos “a medias” que si no hacemos “nada” 

Ejemplo 1:

¿Cuántas veces no se limpian las ventanas porque hay que “hacerlo bien”?

Hacerlo “bien”, significa desmontar los vidrios, limpiarlos bien y coger una brocha o la vaporeta para limpiar los raíles.

Es es un trabajo lento y pesado, y por eso se quedan las ventanas sin limpiar durante semanas…

Solución:

No lo hagas bien: coge el rollo de papel de cocina, un bote de limpiacristales y dales una pasadita sólo a las marcas de dedos de los cristales… La ventana o está perfecta, pero ya tiene el vidrio limpio, al menos por dentro.

Ejemplo 2:

Limpiar el suelo:

– Esperas a tener tiempo de pasar la aspiradora a fondo y luego la fregona a conciencia pero no tieness tiempo de hacerlo a diario. Por eso, lo dejas pasar varios días.

Solución:

Pasa una mopa de gamuzas desechables rápidamente. Serán unos pocos minutos. Si tienes tiempo, pasa también la fregona muy escurrida sobre las manchas puntuales más visibles.

No es el modo más ortodoxo, pero el suelo estará más limpio que si esperas a tener tiempo de sacar la aspiradora y fregarlo a fondo. Es una forma de limpieza de emergencia. El suelo aguantará unos días más, hasta que se limpie bien.

– Ladrones de tiempo V- Redes Sociales:

Wasap, Facebook, YouTube, Twitter o el correo electrónico, son unos de los peores Ladrones de tiempo que existen hoy en día, porque nos permiten enlazar temas unos con otros en un ciclo infinito.

Lo mejor es desactivar las notificaciones del móvil y apagar y guardar en un cajón las tabletas hasta que vayamos a usarlas, para no caer en la tentación de entrar “un momento” a revisar algo.

Ejemplo:

Usas el iPad para mirar una receta de cocina o el modo de quitar una mancha de la ropa. Internet es una herramienta muy útil con respuestas para todo… pero vas enlazando temas y búsquedas y cuando te das cuenta llevas una hora sin hacer nada más que mirar la pantalla.

Solución:

Busca lo que necesitas y en cuanto esté en la pantalla, activa el modo avión.

Marcar el tiempo máximo que vamos a estar conectadas en un temporizador con alarma, y cumplir con desconectar una vez nos avise de que ha transcurrido el plazo marcado. 

El modo avión evita la publicidad y las notificaciones que te distraen.

Pepa Tabero – La casa limpia y ordenada

– Ladrones de tiempo VI – Los bebés y niños pequeños.

Es el que más satisfacciones da, y además se resuelve solo. Nada más necesitamos tiempo y paciencia. Mientras crecen, hay una serie de trucos que te van a ayudar.

—> Bebés: Solución

Utiliza una buena mochila portabebés ergonómica. De esta forma, podrás hacer tareas sencillas (barrer, pasar el polvo, doblar ropa…) llevando al bebé colgado pero los brazos quedan libres.

Las hay tipo fular, mei-tai, y algunas mochilas, que permiten llevar al niño colgado en la espalda. Yo las he utilizado muchísimos años con mis hijos, y te aseguro que son una maravilla.

Es importante que sean realmente ergonómicas. De ese modo, reparten el el peso del nene, de modo que nuestra espalda no sufre, y sobre todo, mantiene la columna vertebral del bebé en una postura fisiológica.

No corras a comprar una mochila en una tienda. Busca una buena asesora de porteo (se llaman así. En el grupo de lactancia de tu zona seguro que te remiten a alguien de confianza) para que te enseñe los distintos modelos que hay. Te los llevará para que los veas y puedas probarlos y te explicará todas tus dudas. Con su ayuda, comprarás el que mejor se adapte a ti y a tu bebé. Yo usé muchísimo con mis hijos esta mochila comprada, y una como ésta otra, que me hicieron por encargo.

—> Niños pequeños: Solución

Si ya gatea o corretea y no quiere pasar todo el día en brazos pero sigue demandando atención constante, tienes que aprovechar las siestas y los ratitos que esté entretenidos jugando. También funciona pedirles que nos “ayuden”.  Es una edad estupenda para ir introduciéndolos en pequeños trabajos que hay que hacer en la casa, jugando a ser mayores.


Tardará como máximo cinco minutos en aburrirse de “limpiar el polvo” con su trapo en la mano. En ese tiempo, te da tiempo a pasar la mopa por la habitación. Tal vez sólo te llegue para limpiar la puertas con un paño húmedo rápidamente. Ponlo “a trabajar” contigo en la misma habitación, de modo que no te pierda de vista ni un instante. Si te ve ocupada, tardará más en reclamarte. Cuando lo haga, dale un plazo corto: En cuanto termine de limpiar la mesa voy. “Termina” exactamente lo que estabas haciendo en tres o cuatro segundos… y acude rápidamente.

Con los niños hay que tener paciencia, lo bueno, es que no dejan de aprender mientras crecen.

Terminando: lo que a todos nos ha pasado alguna vez:

Ejemplo: 

Vemos la casa como un cúmulo de chismes por ordenar, superficies que limpiar y trabajo pesado y desagradable por hacer. Es totalmente opuesto a lo que consideramos un lugar relajante y acogedor.


¿Por qué pasa eso?

Porque se nos olvida que nuestra casa es el hogar donde merecemos relajamos después de un duro día de trabajo.

Nosotros (y nuestra familia) nos merecemos un un hogar cómodo y confortable en el que sentirnos tranquilos y apartados del mundo. Y para eso, no hace falta que sea lujoso. Simplemente debe ser un lugar ordenado, limpio y mantenido… así que hay que ordenarlo, limpiarlo… y mantenerlo organizado.

Solución:

Si no lo tienes claro o se te olvida, tal vez sea buena idea tenerlo anotado para que no se olvide. Se puede hacer simplemente una lista y anotarla en la agenda, pero por mi experiencia:

Truco práctico y súper eficaz:

Renueva los clásicos cuadritos de punto de cruz de las abuelas, en los que se bordaba aquello de “hogar, dulce hogar”.

Coloca en un lugar visible una lamina enmarcada, con una frase motivadora aprovechando que ahora se llevan mucho este tipo de cuadros con mensaje. En muchas tiendas de decoración los venden, o puedes hacértelo a medida. 

Simplemente imprime la frase que te guste en un folio A4 o un modelo A3, con letra grande, y la enmarcas.

Cuéntame aquí abajo, en un comentario, cuales son tus peores ladrones de tiempo ¿consigues neutralizarlos, o se comen tu día?

Abrazos,

Pepa Tabero.

5 trucos para cuidar tus plantas de interior

Aprende con estos 5 trucos infalibles a cuidar tus plantas de interior. Mantener preciosas tus plantas de interior es mucho más sencillo de lo que crees.

cuidar-plantas-interior planta verde frondosa en el alfeizar de la venana, con adorno de buho, de guepardo y de monje de cerámica

Te encantan las plantas de interior. Lucen ideales en tu casa. Pero has probado una y otra vez, y siempre se te acaban muriendo. Pues no te preocupes, porque estás justo en el sitio indicado.

Te voy a explicar los 5 trucos infalibles que emplean para cuidar las plantas de interior esas personas que nacen con el don de “la buena mano con las plantas”. Ellos lo hacen de modo inconsciente, y aunque nunca seremos capaces de igualar el instinto natural, podemos aprender trucos que nos ayuden a cuidar nuestras plantas de interior de forma que estén siempre preciosas.

¿Sabes por qué se te mueren las plantas?

Son dos los motivos principales por los que, a pesar de cuidar tus plantas de interior, estas se acaban muriendo:

  1. Falta de cuidados
  2. Exceso de cuidados

La falta de cuidados es bastante simple:

Colocas la planta en cualquier parte que luzca bonita, en ocasiones sin tener presente sus necesidades especiales de luz o de sol. Y ahí se quedan. Se te olvida regarlas y sencillamente, la planta se muere por falta de agua y falta o exceso de luz.

El exceso de cuidados también es fácil de identificar:

Vas de un extremo al otro: de no mirarla durante semanas, a de repente ver que se está poniendo mustia y tiene la tierra totalmente reseca.



Lo primero que se te ocurre es anegarla de agua para contrarrestar la sequedad de la tierra. Y una vez la tierra encharcada, comienzas a cambiarla de sitio: “¿necesitará más luz?, ¿menos luz?, ¿un ratito de sol directo?, ¿estará mejor a la sombra? ¿será falta de abono?…” y ahí comienza una lista interminable de cuidados, que acaban con la pobre planta a pesar de todos tus esfuerzos.

cuidar plantas de interior. Ficus benjamina en esquina junto a un gran ventanal, con hojas secas por el suelo por falta de agua y exceso de luz

Tal vez se te han secado ya muchas plantas, y como “quieres hacerlo bien”, por miedo a que se seque, la riegas en abundancia. A pesar de regarla, la planta se pone mustia, de modo que comienzas el periplo anterior de cambios de lugar: más sol, meno sol, más luz, menos luz, la sacas a la ventana “para que le de el aire”, la vuelves a meter en casa “para que no se enfríe”…


1- Comienza con plantas resistentes

Dentro del amplísimo sector de plantas de interior resistentes, voy a separarlas en dos tipos, según la cantidad de agua que necesitan.

  1. Tenemos las que no necesitan agua, como los cactus, las plantas crasas y las suculentas.
  2. Y las que no pueden vivir sin agua, como las calas blancas, los potos o los lirios.

Si tienes poco tiempo y se te olvida regar, escoge para cuidar, plantas de interior suculentas, crasas o tipo cactus. Las plantas del desierto aguantan larguísimos periodos de sequía, y no sufrirán demasiado si se te olvida regarlas durante semanas, incluso meses.

cuidar plantas de interior cactus

Si por el contrario, la falta de agua es uno de tus grandes temores y siempre te pasas con los riegos, decántate por cuidar plantas de interior semi acuáticas, de las que sobreviven con las raíces siempre dentro del agua. Son ideales las calas blancas, los potos, los papiros o los lirios. Cualquiera de estas son ideales para regar todos los días, ya que necesitan tierra encharcada para prosperar y aguantan también temporadas cortas de sequía si se te olvida regarlas.

Cuidar plantas de interior lirio de la paz  flores sobre una mesa

2- Las plantas de interior son seres vivos, pero no son animales

¿Por qué digo esto? porque aunque parezca obvio, para cuidar plantas de interior, no necesitas hacerles tanto caso como a un cachorro.

Las plantas de interior, cuando más felices son, es cuando menos caso se les hace.

Ya sabes que en la naturaleza no existen las “plantas de interior”. Las plantas, están en el campo, con sus raíces bien agarradas, y no cambian de sitio en toda su vida. Allá donde cae la semilla, es donde arraigan y ya no se mueven. Lo que llamamos plantas de interior, suelen ser plantas tropicales, adaptadas a climas más templados y uniformes que el nuestro. Por eso, para cuidar tus plantas de interior, lo mejor que puedes hacer es copiar el modo en que viven en la naturaleza.

Replicar su hábitat natural es muy fácil:

  1. No las cambies constantemente de sitio.
  2. Si la ves prosperar, déjala ahí y no la muevas más. Has encontrado el lugar perfecto. Si pasado un par de meses no remonta, prueba a cambiarla a otro lugar. Tal vez tenía exceso de luz, o al contrario, menos luz de la necesaria. A lo mejor la humedad ambiental no era la adecuada (por ejemplo, el cuarto de baño no es el mejor lugar para colocar una planta crasa).
    Si empieza a ponerse mustia, busca en Google el nombre de tu planta y escoge un lugar más adecuado para ella. Entre un cambio y otro de lugar, deja como mínimo un mes. Las plantas necesitan tiempo para aclimatarse a su nuevo hogar.
  3. Para que no crezca torcida hacia la fuente de luz (generalmente la ventana) debes girar la maceta. Haz cuatro marcas en el tiesto indicando los puntos cardinales. Gira una vez al mes, siempre en el mismo sentido.

3- Agéndate un día fijo para regar, y procura que sea siempre a la misma hora

Cuidar plantas interior jarra verde claro junto a macetas con flores

La agenda del teléfono móvil resulta ideal para evitar olvidos, porque directamente te avisará de que ha llegado el momento de regar y podrás programarlo a una hora que sepas que estás en casa. Si estás en casa, deja de inmediato lo que sea que estés haciendo, y riega. Es prioridad absoluta. Si no estás en casa o no puedes hacerlo cuando suene el aviso, pulsa la opción “posponer” para que el aviso se te repita pasados unos minutos o a la hora en que estés en casa.



Hay plantas de interior que hay que regar una vez a la semana mientras que otras basta con hacerlo una o dos veces al mes.

Las crasas, por ejemplo, pueden pasar todo el invierno sin una gota de agua, y sólo regarse una o dos veces al mes en los periodos más calurosos… En cualquier caso, anota el riego de tus plantas en la agenda del teléfono móvil y riega sólo cuando te avise la alarma. Es la forma más práctica de despreocuparte y que tengan siempre el agua necesaria.

Si tu planta tiene hojas peludas (como las violetas), procura que no se mojen. Infórmate de si tu planta debe regarse por arriba o por debajo, colocando agua en un plato para que las raíces la absorban. También existe el riego por inmersión, metiendo la maceta en un cubo de agua hasta que empape por completo la tierra y luego dejando escurrir toda el agua que le sobra. En cualquier caso, una vez regadas, procura que no quede agua en el plato.

cuidar plantas de interior violeta africana flores rosadas

Es importante conocer el modo adecuado de regar tus plantas, porque no todas las plantas de interior se riegan del mismo modo.

4- Quítale el polvo a las hojas

Las plantas respiran por las hojas, de modo que necesitan que estén lo más limpias posible. Eso no significa que tengas que limpiarles el polvo todos los días, pero son una pieza más a incluir en tu rutina diaria de quitar el polvo.



No necesitas grandes inventos. Utiliza el mismo plumero desechable que pasas rápidamente por los muebles, y pásalo rápidamente por las hojas de tu planta. El día de la semana que tengas establecido para la limpieza a fondo del polvo utiliza un paño de algodón mojado y escurrido en agua limpia y pásalo a todas las hojas, por delante y por detrás. Si sigues mi método de limpieza por sectores, ese día será el sábado, que es cuando trabajamos en el Sector 5. Este es el sector dedicado a los trabajos especiales, como la jardinería (entre otras tareas)

cuidar plantas de interior hojas grandes

No emplees abrillantadores de hojas para cuidar las hojas verdes de las plantas de interior. No las limpies tampoco con un paño con aceite, ni con leche “para dar brillo”. Todo lo que no sea limpiar las hojas con agua limpia, para lo único que sirve es para ensuciar los poros de la hoja y que la planta respire peor.

5- Ten siempre un pulverizador con agua fresca a mano

Así, cada vez que pases cerca, podrás darle un toque extra de humedad ambiental. Con un par de toques rápidos del pulverizador lograrás un ambiente fresco que seguro que te agradece. Busca un modelo de envase pulverizador que a la vez de práctico resulte decorativo. Así podrás tenerlo al lado de la maceta y será práctico y precioso. Estos que te dejo en el enlace de justo aquí abajo, son particularmente ideales. A mí al menos me encantan.

Para terminar:

Estos 5 trucos te ayudarán mucho a cuidar tus plantas de interior. Al vivir en una casa, tienen unas condiciones de temperatura y humedad estables prácticamente durante todo el año.

5 Trucos: Los principios básicos para cuidar tus plantas de interior:

  1. Nunca coloques tu planta de interior en un lugar con corrientes de aire.
  2. Los cristales de las ventanas sin cortinas que protejan la planta, tienen “efecto lupa” al reflejarse directamente el sol. Se pueden quemar las hojas y las flores. Pon siempre cortinas o una pantalla de celosía que proteja tu maceta.
  3. Es mucho más frecuente que una planta de interior muera por exceso de cuidados, que por falta de atención. No te excedas y limítate a regarla y abonarla sólo cuando le toque (cuando te avise la alarma del teléfono móvil que te explicaba un poco más arriba). Y hazlo con las cantidades de agua/abono indicadas.
  4. Siempre que sea necesario, corta con unas tijeras desinfectadas con alcohol las ramas y las hojas muertas.
  5. Despunta o “pinza” las ramas que destaquen por crecer de una forma desproporcionada al resto de la planta. El pinzamiento de las puntas hará que salgan ramas nuevas en las puntas. Así se pondrá mucho más frondosa.

Y no hay que hacer nada más.

Escríbeme un comentario un poco más abajo:

Cuéntame cuales son tus plantas favoritas, y si eres de las que fallas por exceso de agua… o porque se te olvida regarlas…(yo reconozco que soy de las del segundo grupo… lo que mejor se me da, son los cactus. Si tienes buena mano con las plantas, estaré deseando que me cuentes tus trucos… y cómo lo haces tú para tenerlas tan bonitas.

Sí­gueme las RRSS como @PepaTabero

Saludos.

Pepa Tabero.