Que meter en la mochila para hacer el Camino De Santiago y otros consejos.
Estos consejos sobre qué meter en la mochila para hacer el Camino De Santiago también sirven si lo que necesitas es preparar una mochila para varios días de ruta. Al fin y al cabo, en ambos casos se trata de llevar lo imprescindible y dejar fuera los extras. Te ayudaré a decidir qué necesitas… y que te sobra.
Foto: pixabay
Voy a ir por partes para no dejarme ningún detalle atrás, de modo que si alguno de los apartados ya lo dominas, te pido que le des una lectura rápida por si acaso te aporta alguna idea nueva (Si ves que se me ha quedado algo importante atrás, por favor escríbemelo en un comentario para añadirlo al artículo)
Que mochila escoger:
Si necesitas comprar una mochila para hacer el Camino De Santiago, es importante que sea ajustable y acorde con tu estatura y tu complexión física.
Entre los consejos básicos que más he leído, siempre aconsejan una mochila que sea la mínima imprescindible, pero yo te aconsejo justo lo contrario: que cojas una grande, dentro de tu estatura y complexión. “Donde cabe lo mucho, cabe lo poco” dice el refrán, y si tienes que hacer la inversión, más vale que sea en una mochila polivalente que puedas usar cada vez que la necesites.
Más que en los pocos litros, asegúrate de que pese poco en vacío. Este punto es mucho más importante que su capacidad.
Busca una buena mochila, que pese poco y que se adapte perfectamente a tu cuerpo en altura y anchura. Que tenga cremallera delantera completa, para poder abrirla por delante, como una bolsa de deporte.
Comprueba que tenga la espalda transpirable, porque al caminar con eñla colgada, siempre se transpira mucho. Al pararnos, ese acúmulo de humedad en los músculos de la espalda pueden provocarte un enfriamiento importante. Para evitarlo, lo mejor es no quitarte la mochila en los descansos de mitad de etapa. Siéntate un rato si quieres descansar las piernas, pero siempre con ella a la espalda.
A la hora de hacer la inversión, mi consejo es que adquieras una buena mochila de unos 50/60 litros. De este modo, en invierno podrás meter la ropa más abultada, y en verano en cambio, podrás llevarla prácticamente vacía. Recuerda que no se trata de la cantidad de prendas, sino del volumen que éstas ocupan.
Para hacer el Camino De Santiago, La cantidad de ropa a llevar en épocas de calor como de frío intenso, es prácticamente la misma. La diferencia, es el grosor de las mismas. En verano, por ejemplo, necesitarás llevar un par de polares finos. En invierno, esos dos polares finos se transformarán en dos gruesos jerséis que te ayuden a mantener el calor con temperaturas de 2º/3ºC o incluso menos, si hay previsto nevadas o te cae lluvia de aguanieve.
Como ves, que meter en la mochila para hacer el Camino De Santiago, tiene ciertas variaciones según la época del año, invierno o venao. Lo que nunca puede faltar, es la ropa para el agua.
Qué ropa escoger :
A la hora de pensar en las prendas que vas a meter en la mochila para hacer el Camino De Santiago, ten en cuenta estos 3 puntos importantes:
Vas a ser tú quien cargue con el peso.
No te vas a mitad del desierto. A lo largo del Camino hay pueblos, con tiendas donde podrás comprar todo lo que necesites.
En los albergues suele haber lavadora y secadora, de modo que podrás lavar y secar tu ropa prácticamente a diario.
Qué meter en la mochila: Prepara una mochila minimalista
– Minimalista extremo:
Si eres de los aventureros que van a hacer muchos kilómetros y quieres cargar con el mínimo peso posible, en verano puedes apañarte perfectamente con sólo dos mudas: la puesta, y la quitada limpia que te pondrás despues de la ducha. En invierno necesitarás añadir dos mudas térmicas completas para ponerte debajo de la ropa exterior y dos jerséis abrigados.
Por supuesto de este modo, tendrás que lavar a diario la ropa que te quitas si quieres ir siempre vestido de limpio. Con una pastilla de jabón y ropa técnica, que se seca rápido, el peso y el volumen que cargará tu mochila será realmente mínimo.
Ten en cuenta que a veces, las secadoras de los albergues no funcionan, y que más de un día seguramente estará lloviendo, lo que dificultará se que seque la ropa recién lavada.. si estás dispuesto a correr el riesgo de pasar dos días con la misma ropa sudada o ponértela húmeda porque no dio tiempo a secarse desde que la lavaste, adelante. Pero no lleves nada de algodón, porque con eso estarás perdido. El algodón tarda mucho en secar.
– minimalista… pero no tanto
Si quieres llevar lo mínimopero sin correr riesgos, plantéate llevar tres mudas: dos pares de pantalones, dos jerséis/polares finos, tres camisetas, y tres juegos de ropa interior, con los calcetines sin costuras. Con eso llevas ropa realmente suficiente. Si va a hacer calor añade un pantalón corto para después de la ducha. Para caminar es mejor el pantalón largo porque te evita picaduras de insectos y quemaduras solares.
El calzado:
Por supuesto, no se te ocurra esperar para estrenar los zapatos en tu peregrinación. Aunque ahora están muy de moda las zapatillas de treking, yo soy fan de las botas de campo de caña media o baja, tipo Chiruca. No hace falta que sean de esa marca, por supuesto. Me refiero a ese tipo de calzado. Protegen muy bien los tobillos y si las compras con membrana impermeable y traspirable (totalmente aconsejable), no te importará si llueve o metes accidentalmente los pies en un charco de barro, porque se mantendrán secos y confortables.
Ademas de las botas de caminar, lleva siempre unas chanclas de goma para proteger de hongos tus pies en las duchas. Tambien te servirán para descansar tus pies por las tardes, al finalizar la etapa. En invierno, tendrás que añadir a la mochila unas zapatillas deportivas cómodas, para ventilar las botas y descansar los pies por las tardes.
Este cambio de calzado es imprescindible sobre todo si te han salido rozaduras o ampollas por el roce de las botas en la etapa (señal de que, o no las tenías lo suficientemente “domadas”, que los calcetines hicieron una arruga, o que la costura del calcetín te fue rozando y como sólo era una pequeña molestia, no le hiciste caso.
Nunca cometas ese error:
Si al caminar notas la más mínima molestia de roce o presión, lo mejor que puedes hacer es parar, descalzarte y buscar la causa para ponerle solución. Muchas veces es algo tan simple como darle la vuelta a los calcetines y poner las costuras hacia fuera. Recuerda que todo lo que sea “una molestia” durante el Camino, se puede complicar bastante si no lo tratamos lo antes posible.
Lo mejor es comprar el calzado que vayas a llevar dos o tres meses antes de la peregrinación y hagas bastantes salidas con ellos. De este modo, tendrás tiempo de que se adapte perfectamente a tu pie y a tu forma de caminar, y no tengas problemas. Procura que sean de tu número habitual para que se ajusten bien y ni te aprieten, ni te queden los pies sueltos dentro. De horma ancha y cómoda.
Foto: pixabay
Revisa la plantilla que trae de serie, y prueba a cambiarla por una de gel de las llamadas “de descarga”, que amortiguan la pisada. Como tienes tiempo porque los has comprado con mucha antelación, haz varias rutas con cada tipo de plantilla, para dejar puesta la que más cómoda te resulte.
Los calcetines:
Los calcetines clásicos siempre han sido los de algodón y se ponían dos pares: uno de hilo fino ajustado al pie que era el que absorbía el sudor y evitaba el roce con el interior del zapato, y otro más grueso encima, de algodón o lana (dependiendo de la temperatura) que para mayor comodidad se colocaban con las costuras hacia fuera si no venían ya así preparados. Son una buena opción y seguramente la más económica de todas.
Todo evoluciona, y ahora hay calcetines técnicos estupendos, que se ajustan perfectamente al pie y vienen preparados con acolchados en los puntos clave para prevenir la formación de ampollas. No son los más baratos, pero si una buena inversión para evitarlas. Por supuesto, están tejidos por completo sin ningún tipo de costura. En mi opinión son una inversión que merece la pena. Además, se secan muy rápido.
El saco de dormir:
Procura que sea ligero, que pese poco y que no ocupe demasiado espacio en la mochila. Como vas a dormir a cubierto, no necesitas uno especialmente grueso que te proteja del frío extremo, y en los albergues te proporcionan mantas si las necesitas.
Una funda de almohada:
Seguramente tendrás a tu disposición ropa de cama desechable (normalmente una funda de almohada y una sabana bajera de “papel”) . A pesar de eso, nunca está de más llevar tu propia funda de almohada. Pesa poco, ocupa poco y se trata de un pequeño lujo que nos hará dormir casi como si estuviéramos en nuestra propia cama.
La toalla de la ducha:
Mejor que sea de microfibra, para que pese y abulte lo menos posible. Leva dos: la normal de la ducha, y una pequeña para lavarse la cara. También nos servirá para secarnos un poco si nos llueve y nos mojamos. En este caso, yo recomiendo llevar, en lugar de toalla, una bayeta de microfibra de rizo de las que venden para limpiar (nueva, por supuesto). La microfibra de rizo absorbe mucho mejor el agua que la lisa, y puede resultar muy útil en momentos puntuales.
Las prendas impermeables:
Lo mejor es llevar un poncho de los que cubren también la mochila y unos pantalones impermeables. De este modo, te aseguras que el agua no será un problema más allá de la molestia de no poder disfrutar de un paisaje soleado.
Viene bien llevar un sombrero de lluvia o una gorra para poner bajo la capucha del poncho. De este modo, el ala del sombrero o la visera evitarán que te caiga el agua directamente sobre la cara. Y cuando no llueva, lo puedes usar para protegerte del sol.
Si optas por un impermeable normal, de los que te pones la mochila sobre él, necesitarás una funda impermeable para la mochila. La imagen que da es mucho más estética, pero si llueve fuerte, tiene la desventaja de que el agua acabe resbalando por la espalda y se cuele entre el chubasquero y la parte interna de la mochila, mojándola, con el riesgo de que empape lo que llevas dentro.
Esto se soluciona metiendo la ropa y los componentes electrónicos: cámara de fotos, cargadores… en bolsas estancas. La de de congelados son ideales para esto. De esa forma, si la mochila se moja, al interior no le afecta.
El bastón del peregrino:
Se le llama “Bordón” y es la tradicional vara larga, tan alta o un poco más que la persona que la porta, que se utiliza como apoyo al caminar. Sirve también de ayuda para protegerse si nos sale de repente algún animal (un perro, por ejemplo) que podemos espantar con él.
Foto: TodoColección
Hoy en día, el bordón se está sustituyendo cada vez más por los bastones de treking. De aluminio y telescópicos, con dos o tres secciones. Son menos clásicos, pero mucho más cómodos, porque pesan menos y los puedes llevar directamente en la mochila.
Qué me sobra:
El paraguas:
Hay quien lo lleva, uno pequeño de esos plegables. A mí personalmente me parece un engorro y además, cuando arrecie, no te va a servir de mucho. No te va a evitar necesitar la ropa impermeable, así que mejor déjalo en casa.
Las ampollas:
Siguiendo los consejos anterios respecto a calzado y calcetines, no tienen por qué salir, pero si lo hacen, en cuanto notes que te está saliendo, lava la zona con agua y jabón, pon un poco de desinfectante (betadine, clorexidina…) y cubre con un apósito de gel hidrosoluble especial para ampollas.
Si tienes dudas del modo más práctico de guardar la ropa, para que la mochila vaya siempre ordenada, te dejo este vídeo de ejemplo. Lo preparé para una salida de varios días que hizo uno de mis hijos. Estoy segura de que sacarás buenas ideas de la organización de la ropa y otros enseres dentro de la mochila.
Suscríbete aquí a mi blog y al Canal de YouTube . Encuentra las respuestas a todas tus dudas de organización y limpieza en mi libro, el Manual de la Casa Limpia y Ordenada. Sobre todo, ya sabes que espero tus comentarios.
Después del invierno, nos toca afrontar la limpieza de primavera. Los días son más largos, las temperaturas más tibias y cada vez apetece más pasar tiempo fuera de casa disfrutando la nueva época que se nos presenta.
En este artículo te voy a dar 5 súper consejos para que tu limpieza de primavera sea rápida y efectiva.
Como sabrás si has leído mi libro La Casa Limpia y Ordenada, siguiendo mi método de organización y limpieza, no son necesarias las limpiezas generales entre las que está la limpieza de primavera. Aún así, los cambios de ropa de temporada, tanto de vestir como de hogar, hay que hacerlos, de modo que a la vez que guardas los edredones y jerséis de lana, aprovecha para deshacerte de todo aquello que no has utilizado en invierno (y que sabes que no vas a volver a usar) y lleva directamente a donar las cajas que llevan 3 meses precintadas en el trastero (señal de que no las has utilizado, y por lo tanto, son artículos que no necesitas)
Importante: no abras esas cajas. Confía en el criterio que tuviste cuando las llenaste, y no caigas en la tentación de volver a repasar lo que tienen dentro, porque sacarás cosas que volverán a rodar por casa ocupando inútilmente espacio y dificultando el orden y la limpieza diaria.
Consejo 1: No te tomes la limpieza de primavera como una carrera contrarreloj
Las limpiezas generales de una casa son realmente agotadoras. La limpieza de primavera, si no has ido llevando la casa al día con mi programa de limpieza por sectores, no va a ser una excepción.
Aún así, te aconsejo encarecidamente que no te tomes esta limpieza de primavera como una carrera contrarreloj.
Ve poco a poco. Si lo necesitas, descárgate las listas de rutinas diarias que tengo a tu disposición en los archivos del blog. Están pensadas para ir trabajando un poco cada día. Tienes rellenas como ejemplo lo que se hace en mi casa a diario, pero tienes también impresos en blanco.
Estos impresos en blanco son ideales para rellenar con lo que tú necesites. Imprímelos y haz tu plan de limpieza de primavera. Dedica varios días a esta limpieza general. No pretendas hacerlo todo en un fin de semana. Eso sólo sirve para agotarse y enfrentar con miedo el siguiente cambio de temporada. Si te acostumbras a hacer las cosas poco a poco, te cansarás menos. Mantener el orden y la limpieza será mucho más sencillo y efectivo a largo plazo.
Si no sabes, no tienes tiempo, o sencillamente prefieres emplear tu ocio en cosas mas interesantes que organizar de forma sistemática la limpieza de primavera, escríbeme y te ayudo de forma personalizada.
Consejo 2: Comienza organizando los armarios
Trabaja en uno o dos cada día, para no cansarte. Saca todo lo que haya dentro, incluidos los altillos, y ponlo todo sobre la cama. Pon las perchas a un lado todas juntas. Cambia las bolsitas aromáticas o antipolillas y coloca papel perfumado o pastillas de jabon en los cajones para que huela bien la ropa.
Si tienes la ropa de la nueva temporada guardada en cajas o bolsas de vacío, es el momento de abrir la primera caja. Si tienes varias, abre sólo una (porque la vamos a necesitar para guardar la más gruesa que quitaremos del armario)
A esa ropa de primavera que has sacado de la caja, no le hagas nada. Simplemente sacúdela un poco para darle forma de nuevo y ponla sobre la cama, junto a la ropa de invierno que acabas de retirar del armario.
Una vez vacío por completo el armario, límpialo a fondo para quitarle el polvo, con una bayeta humedecida en agua tibia jabonosa. Sécalo con un paño suave que no deje pelusa. Limpia del mismo modo las perchas.
Una vez el armario limpio y seco, coloca las perchas vacías dentro. Llegó el momento de repasar la ropa que vas a volver a guardar.
Retira toda la que por temperatura seguro que no vas a necesitar:
La lana gruesa, los cuellos altos, las bufandas, la pana… nada de eso lo vas a necesitar hasta el proximo invierno.
Vuelve a colocar el resto de la ropa en las perchas. Deja un fondo de armario abrigado, por si bajan las temperaturas de nuevo. Ya conoces el refrán “hasta el 40 de mayo, no te quites el sayo… y si vuelve a refrescar, vuélvelo a colocar” Siempre viene bien tener un pequeño fondo de armario atemporal, por si varían las temperaturas o sales de viaje. De este modo te ahorras tener que abrir cajas y rebuscar entre la ropa guardada.
Una vez la ropa colocada en el armario, repasa la que vas a guardar. La que te hayas puesto y sea básica en tu vestuario, ponla en el cesto de la colada para hacerle un lavado corto sin suavizante y una vez seca, no la planches, para que no le salgan manchas de guardado. Colocála bien doblada en la caja que has vaciado. Yo aconsejo mucho guardarlas en cajas de vacío de la marca Compactor. Son cajas con cremallera con una bolsa de vacío en su interior adaptadas al tamaño de la caja. Te las recomiendo porque yo llevo usándolas hace varios años y nunca se me ha roto ninguna, ni han perdido el vacío. Llevo años con las mismas sin tener que comprar nuevas.
Pruébate toda la ropa que no te has puesto este invierno.
Si la talla no es la adecuada o no te sienta divina dónala sin remordimientos. Aparta también la muy desgastada, la vieja o la que sencillamente no te guste y no te sientas cómoda con ella, a nivel físico o emocional. La ropa está para usarla y sentirnos bien con ella. Si no te gusta, no te sienta bien y al final sólo la tienes ocupando espacio, dale la oportunidad de utilizarla a otra persona.
La única prenda que puedes guardar “para siempre” sabiendo que no la vas a volver a usar jamás es (tal vez), el traje de novia, pero eso sólo si te hace una ilusión especial guardarlo. Si no tienes un sentimiento especialmente intenso por él, seguro que haces feliz a alguna novia con menos recursos, donándolo a una ONG.
De momento esto es todo lo que vamos a hacer con los armarios. Ya dije antes que la limpieza de primavera no es una carrera y que se hace poco a poco.
Consejo 3: Limpia por partes.
Una vez organizada la ropa, vamos a centrarnos en organizar de forma eficaz nuestra limpieza de primavera.
Al decirte que tienes que limpiar por partes, no me refiero únicamente a limpiar dividiendo la casa en partes (ventanas, puertas, cortinas…) sino a implicar a toda la familia y asignar una parte de la limpieza de primavera a cada miembro de la familia. De este modo, cada uno se encargará de una porción y no recaerá todo el peso en una sólo persona.
Si tienes dificultades para dividir el trabajo, la tarea te abruma o no sabes por dónde empezar, recuerda que puedes contar con mi servicio de asesoramiento personalizado en el que os ayudaré a planificarlo todo teniendo en cuenta de las capacidades y los gustos de cada miembro de la casa. Te garantizo que con mi ayuda la limpieza de primavera resultará una tarea fluida y fácil de realizar.
Consejo 4: Los muebles de los cuartos de baño
En la limpieza de primavera ha que prestar una especial atención a los muebles de los cuartos de baño. En ellos solemos guardar gran cantidad de productos cosméticos que no usamos, y esta es la mejor época para deshacernos de todos ellos y dejar únicamente los realmente necesarios.
Tras el fregado habitual de sanitarios, azulejos y suelo, vacía los muebles por completo. Ten a mano una bolsa de basura (o dos). Limpia los muebles por dentro con agua y un detergente especial para baños con lejía. Al estar en una zona húmeda, existe la posibilidad de algún rincón escondido con moho, y la lejía es lo mejor para acabar con él.
Aunque no estén atascados, limpia las cañerías por dentro con algun desatascador en gel como este , siguiendo las instrucciones del producto. Prevendrás los malos olores y los desagües lentos.
6 puntos imprescindibles de la limpieza general de primavera del cuarto de baño
Repasa las fechas de caducidad de los cosméticos. Todo lo que esté caducado o a medio gastar “desde vete a saber”, a la basura. Probablemente habrá cosas que ni siquiera recuerdas que están ahí, señal inequívoca de que no las necesitas…. Todas esos artículos, ponlos en la basura.
Huele los frascos de colonias y perfumes, y comprueba que mantienen el aroma original. La luz estropea los aromas, por lo que si tienes varios frascos a la vista, es bastante probable que te encuentres con alguno que se haya puesto rancio. Para que eso no ocurra, debes guardarlos dentro del mueble, a oscuras.
Las cremas abiertas desde no se sabe cuándo, son un peligro para la piel. Huélelas y tira todas las rancias. Las que huelen bien, colócalas en una caja todas juntas para usarlas en las manos, los brazos o las piernas. Nunca utilices para la piel del rostro una crema sin saber cuanto hace que está abierta. Aunque no huela a rancio, puede tener algun otro componente estropeado. Gástala en otra zona de la piel mas resistente y menos a la vista, y seguirá siendo útil.
Haz una limpieza a fondo de los maquillajes y deshazte de todos los que no utilices. Deja únicamente los que de verdad usas. Si los pones en un organizador de metacrilato, estarán siempre bien ordenados.
Limpia las brochas y los pinceles de maquillar con un poco de agua y jabon de manos, y ponlos a secar en horizontal sobre una toalla.
Los cepillos del pelo se quedan como nuevos metiéndolos por la noche en un recipiente cubiertos de agua y con un vaso de amoniaco. Por la mañana se aclaran con agua limpia y quedan listos para usar.
¿Cuánto hace que no cambias la escobilla del inodoro? Tal vez sea el momento de poner una nueva.
Repasa las toallas y aparta para donar todas las que se vean viejas y gastadas.
Compra algunas toallas si las necesitas.
Si las cortinas de la bañera son de plástico, cámbialas por unas nuevas.
Las cortinas de tela, mételas en la lavadora con lejía para quitarles el moho que puedan haber acumulado y plánchalas a temperatura media (repasa la etiqueta) para que sigan siendo impermeables.
Haz lo mismo con las cortinas de la ventana.
Consejo 5: Deja para el final las cortinas, las paredes y los techos.
Las paredes, los techos, y por último las cortinas, son la recta final de la limpieza de primavera.
Se limpian los techos con una mopa de microfibra seca.
Las pantallas sucias de polvo quitan mucha luz a las lámparas y hacen un el gasto energético aumente, al necesitar encender varias en lugar de sólo una. Cepíllalas a conciencia y una vez quitado todo el polvo, las limpias con un paño húmedo
Utiliza la aspiradora antes de quitar la tulipa, te evitarás tener que limpiar a mano los mosquitos que se hayan acumulado en su interior.
Las lámparas tipo araña y las de cristalitos colgantes se limpian muy bien sin tener que desmontarlas, con un spray limpiacristales específico para ellas. Se pone un paraguas viejo del revés bajo la lámpara, se pulveriza a fondo y el limpiacristales que goteará de la lámpara no ensuciará la habitación.
Una vez limpios techos y lámparas, pasamos la mopa de microfibra limpia por las paredes para eliminar el polvo. Conviene retirar los cuadros y otras decoraciones de pared para limpiar por detrás.
Por último, limpiamos las cortinas.
Si las vas a cambiar por tejidos finos, lávalas para quitarles el polvo acumulado. Una vez secas, dóblalas con cuidado para que se arruguen lo menos posible. Recuerda que tienes que lavarlas sin suavizante y no plancharlas, para que no le salgan manchas.
Si las cortinas son de tejidos ligeros, colócalas recién sacadas de la lavadora. De este modo se secarán colgadas en su barra. Esto hace que se reduzcan las arrugas. Tal vez no tengas siquiera que plancharlas. Si aun así una vez secas están arrugadas, hazlo sin descolgarlas. Pon la tabla de planchar junto a la ventana y a la parte superior quítales las arrugas con vapor vertical.
Estoy segura de que con este primer avance tu limpieza de primavera de este año va a ser mucho más cómoda y menos trabajosa. Suscríbete aquí al blog si aún no lo has hecho, porque en próximos artículos voy a seguir tratando este tema. Te contaré mistrucos para los cambios de ropa, mi forma de organizar armarios, despensas y anaqueles y aprenderás trucos de limpieza que harán que te resulte todo más sencillo.
De momento, ve leyendo cómo hacer estos dos limpiadores multiusos, el TripleA y el de oxígeno activo. Nos van a ayudar mucho en la limpieza.
Esta receta es de un jabón casero ultra hidratante, humectante para pieles sensibles, muy fácil de hacer y que estoy segura de que te va a encantar.
A partir de mi receta del jabón de Castilla, en muchas ocasiones me habéis pedido una receta de jabón que sea específicamente de tocador, de modo que tras hacer algunas pruebas, aquí te dejo mi receta de este jabón maravilloso.
Jabón casero ultra hidratante, humectante para pieles sensibles
Esta receta es de un jabón de uso cosmético. Tiene varios aceites y grasas que resultan muy hidratantes, humectantes y emolientes para la piel. Se trata de un jabón ideal para las pieles más sensibles y delicadas. Estupendo para las pieles normales y secas, y no está aconsejado para pieles grasas o acnéicas.
Al contrario que la mayoría de este tipo de jabones ultra hidratantes y humectantes, este jabón no deja en absoluto sensación de grasa en la piel cuando se utiliza. Es un jabón muy agradable de usar que deja la piel muy suave.
Como siempre que utilizamos sosa cáustica, necesitamos protección:
Guantes de goma
Un buen delantal
Los utensilios y recipientes deben ser de plástico o madera. No usar de metal porque la sosa cáustica los corroe.
Estar en un lugar bien ventilado y evitar el contacto de la piel con la sosa.
En caso de salpicadura accidental, hay que empapar rápidamente el lugar salpicado con vinagre de cocina, para evitar una quemadura.
Ingredientes que vamos a necesitar
104g de agua
104 gramos de sosa cáustica(hidróxido de sodio)
500g de aceite de oliva virgen extra
125g de aceite de almendras dulces
125 gramos de aceite de coco virgen extra ecológico
37g de lanolina pura. He utilizado la marca Purelán, de venta en farmacias. (El tubo grande)
He querido darle un toque de color, de modo que he añadido un poco de colorante alimentario de color rojo, únicamente para que se vea más bonito.
Si quieres, le puedes añadir algún aroma o aceite esencial al final, a la vez que el colorante. Yo no le he puesto porque quiero un jabón lo más natural posible y los aceites esenciales no se pueden usar con bebés o niños pequeños. El colorante que he utilizado, es libre de azoicos, por lo que no tiene contraindicaciones.
Propiedades de cada ingrediente:
El aceite de oliva virgen extra
El aceite de oliva virgen extra favorece la hidratación de la piel. Tiene un gran poder de penetración y regeneración de células.
Es muy rico en vitaminas A, D, K y E, que protegen a la células de la oxidación. Alivia la piel irritada por alergias, eczemas o psoriasis. Tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, que hace que ayude a mejorar los picores, escozores, sarpullidos… El aceite de oliva es un hidratante natural capaz de regular la grasa natural de la piel y suavizar las durezas. Aporta elasticidad y suaviza las arrugas y las descamaciones.
El aceite de almendras dulces
El aceite de almendras dulces hidrata la piel seca y sensible. La nutre y ayuda a suavizar las arrugas. Tiene efectos calmantes contra las las irritaciones y ayuda a prevenir las estrías.
Proporciona elasticidad a la piel, dejándola hidratada, nutrida y suave.
Es muy utilizado en el tratamiento de masajes por sus propiedades emolientes y antiinflamatorias, y por su capacidad para suavizar la piel sin obstruir los poros..
Sus propiedades nutritivas, suvizantes e hidratantes, previenen la sequedad cutánea. Asimismo resulta un buen desmaquillante natural.
El aceite de coco virgen extra ecológico
El aceite de coco tonifica la piel y le ofrece proteción, suavidad. Limpia la piel y suaviza las capas dérmicas, lo que le da un mejor aspecto. Al jabón le proporciona espuma. Junto con el resto de ingredientes, consigue una textura rica y cremosa.
La lanolina
Es una cera grasa que se extrae de la lana de oveja. Es una crema amarillenta con una textura viscosa y pegajosa, similar a la vaselina. Resulta muy emoliente, hidratante y humectante. Penetra en las capas más internas de la piel. Ayuda a eliminar estrías y cicatrices y evita la pérdida de humedad. Con el calor se vuelve muy fluida. Se puede utilizar como “crema para todo”: labios agrietados, manos resecas y doloridas enrojecidas por el frío y el contacto contínuo con el agua, codos, rodillas, escoceduras del pañal, roces en los pliegues de la delicada piel de los bebés por las babas o el sudor…
Debe ser muy pura, de calidad hipoalergenica. En la farmacia es muy fácil de encontrar, ya que la que recomiendan en periodo de lactancia materna como crema para proteger la piel del pecho. Es hipoalergénica y bacteriostática: No produce alergias y actúa como barrera contra las infecciones bacterianas.
Abajo del todo tienes el vídeo para que veas cómo se hace el jabón. Es muy sencillo.
Puedes reducir considerablemente el tiempo si utilizas una batidora
Paso a paso para hacer el jabón ultra hidratante, humectante para pieles sensibles
En un espacio bien ventilado, bien protegida con mis guantes y mi delantal, pongo el agua en el recipiente de plástico. Aparto la cara, y deuna sola vez, le añado la sosa cáustica. Remuevo con la paleta de madera hasta disolver toda la sosa, y formar lo que se llama “lejía caúsitca”, que es la mezcla incolora de agua y sosa donde hay que ir añadiendo los aceites que voy a emplear para realizar el jabón.
Al principio la reacción se calienta mucho. Hay que dejar que se enfríe un poco. Estará listo cuando toques el recipiente por fuera con las manos y lo notes caliente, pero que ya no queme.
Es el momento de añadir el aceite de oliva virgen extra, poco a poco y sin dejar de remover.
Hay que ir removiendo para que se produzca el proceso de saponificación del aceite. A mano hay que tener mucha paciencia porque hay que remover al menos durante 30 minutos. Hasta que la mezcla cambia de color y se blanquee.
Cuando cambia de color, se añade el aceite de almendras dulces sin dejar de remover.
A continuación, una vez bien integrado el aceite de almendras, el aceite de coco virgen extra ecológico. Si está frío será sólido. Para hacerlo líquido ponlo al baño maría o en el microondas unos pocos segundos. Añádelo y sigue removiendo para integrarlo.
Remueve hasta que la traza esté hecha. Lo notas porque llega un punto en el que cuando levantas la paleta y la mueves sobre la mezcla, lo que chorrea deja marca en la superficie. Tendrá un aspecto similar a la mayonesa o a unas natillas.
Batir a mano es muy cansado y la traza puede tardar. Tal vez otros 30 o 40 minutos. Los tiempos varían mucho dependiendo de la temperatura y de la humedad del ambiente… y de la energía que emplees para batir.
Si estás utilizando la batidora, tardarás mucho menos.
Añade ahora la lanolina.
Cuando ya está la lanolina bien integrada y la traza marcada, separo en una jarra parte de la mezcla, para añadir el colorante.
Este es el momento en el que puedes añadir el aceite esencial si has decidido usarlo.
Y llegó el momento de enmoldar
Como hay jabón de dos colores, podemos aprovechar para hacer decoraciones. Yo reconozco que no suelo complicarme demasiado. Y pongo un color directamente sobre el otro.
Es importante taparlo bien y envolverlo en una toalla gruesa con idea de que se vaya enfriando despacio y el proceso de saponificación se produzca de forma lo más lenta posible.
Unos días después ya estará bien cuajado y listo para desmoldar
Cuando puedas tocarlo y esté duro al tacto, llegó el momento de sacarlo del molde y cortarlo al tamaño deseado.
Y ya sólo queda dejarlo reposar en un lugar seco y bien ventilado durante un mínimo de 4 semanas, para que se vaya secando y se complete el proceso de saponificación.
Aquí te dejo el vídeo con todo el proceso:
Y esta es mi receta para hacer un habón ultra hidratante, emoliente, para pieles delicadas.
Mis hijos dicen que parece una tarta. Aunque parezca un jabón de adorno, es increíble la suavidad que deja al lavarse.
Si tienes muchas pastillas de jabón compradas, te dejo aquí el enlace de cómo hacer gel de baño o jabón líquido con ellas. Arriba, justo al comienzo de este artículo, aquí te dejo el enlace para hacer el jabón de Castilla, por si nunca has hecho jabón y no te atreves a invertir en aceites un poco mas costosos. Mejor comenzar por uno fácil que nunca falla ¿verdad?
Escríbieme un comentario. Me encantará leerte.
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Mis 4 artículos imprescindibles para tener en casa
Hay una serie de artículos imprescindibles que todos debemos tener en nuestras casas. Ya sean viviendas familiares, vivas solo o si vives en un piso compartido, todos tenemos los mismos tipos de cosas:
Las cosas que necesitamos y utilizamos (que suelen ser lo que menos sitio ocupa)
Lamayoría, que son los chismes que llenan nuestros espacios sin aportar a nuestra vida nada más que polvo. Este grupo lo forman los artículos que no usamos y tenemos almacenados ocupando espacio en armarios y trasteros.
Los artículos imprescindibles para tener en casa. A lo mejor apenas tendrán uso, y algunos es probable (incluso deseable) que nunca los utilices. Aún así, nunca deben faltar en casa y además deben estar siempre a mano.
Lista de artículos imprescindibles para tener en casa.
Un botiquín:
Los botiquines de emergencia son artículos totalmente imprescindibles para tener en casa. Deben estar en un estuche que podamos meter fácilmente en la mochila o en el coche, cuando salgamos de excursión.
Revisa la caducidad de los medicamentos dos veces al año.
Como mínimo debe contener lo siguiente:
Medicamentos básicos: antitérmicos, antiinflamatorios y calmantes para el dolor de cabeza.
Material básico de curas: gasas, esparadrapo, tijeras pequeñas, pinzas de depilar, suero fisiológico en unidosis, tiritas y algún desinfectante para las heridas.
Alcohol especial para desinfectarnos las manos.
Pañuelos de papel.
Un minicosturero con aguja, hilo e imperdibles. Los que vienen incluidos en las amenities de baño de los hoteles son ideales.
Un costurero:
Aunque no sepas coser ni un dobladillo, necesitas tener en casa un costurero con lo mínimo imprescindible. Habrá veces que te surja el imprevisto de que se cae un botón precisamente de la camisa que acabas de ponerte para una cita especial. Tal vez necesitas hacer un apaño rápido en el largo de los pantalones porque no te dio tiempo de llevarlos a la costurera y te arrastran… si nunca has cosido nada, el costurero te parecerá un trasto inútil y se te hará un mundo cuando lo necesites, pero créeme: necesitas tener uno.
Si eres aficionada a la costura o tienes nociones básicas seguro que tendrás uno. Si no, aquí te dejo la lista de artículos imprescindibles para tener en casa que necesita tu costurero.
Un paquetito de agujas de coser a mano.
Un dedal.
Alfileres de cabeza redonda.
Imperdibles de distintos tamaños
Bobinas de hilo de poliéster blanco, negro, rojo, beige, verde y azul claro (según los colores que más abunden en tu ropero)
Unas tijeras de bordar . Aunque no vayas a bordar nada, son pequeñitas y muy útiles porque tienen la punta muy fina y afilada.
Unas tijeras de costura medianas.
Botones (nunca tires los que trae de repuesto la ropa que te compras)
Cinta elástica fina, de color blanco y de color negra
Flixelina: es una cinta que se pega con la plancha, ideal para hacer dobladillos sin coser. Probablemente la flixelina será lo que mas uses.
Una cinta métrica de sastre.
Una caja de herramientas:
Lo normal es recurrir a los servicios de los profesionales cuando tienes que arreglar un enchufe o cambiar un grifo. Si tienes seguro, es probable que incluya un servicio de “manitas”, que acuda a tu casa a arreglarte esas cosas. De todos modos, la caja de herramientas es otro de los artículos imprescindibles que hay que tener en casa. La necesitas para trabajos tan sencillos como colgar un cuadro, apretar el tornillo que sujeta el mango de una sartén o el pomo de la tapadera de una cacerola.
Lo más básico que debes en tu caja de herramientas es:
Un taladro. No hace falta que sea sofisticado
Brocas para taladrar distintos materiales. Lo más práctico es comprar uno de esos estuches que traen de varias medidas.
Tacos o espiches del mismo número que las brocas y adecuados al tipo de pared que tengas en casa.
Tornillos y alcayatas del mismo número que las brocas.
Un martillo o un mazo de fibra.
Una llave inglesa.
Alicates.
Flexómetro.
Un cúter.
Un nivel de burbuja te asegura que no colgarás nada torcido
Destornillador a batería o un juego de destornilladores con distintas puntas.
Una linterna.
Tuercas y arandelas.
Cuelgafacil, para colgar adornos de poco peso sin tener que taladrar las paredes.
Pegamento de contacto.
Cinta aislante.
Cinta americana o de embalar.
Un extintor:
He dejado lo más importante para lo último. El extintor es tal vez la herramienta más importante, más imprescindible y más “chisme” de todas. Digo “chisme” porque con suerte nunca tendrás que utilizarlo y sólo lo tendrás ocupando espacio. Tenlo siempre a mano. El mío por ejemplo está en un rincón del cuarto de baño, junto a la cocina. El extintor debería estar siempre a la cabeza de cualquier lista de artículos imprencindibles que hay que tener en casa.
Seguro que no me equivoco al afirmar que te habrá sorprendido al leerlo. Suele ser el artículo en el que nunca pensamos cuando comenzamos a preparar nuestro hogar.
En caso de incendio, son muy sencillos de usar: simplemente hay que quitar la presilla de seguridad y apuntar con la boquilla hacia la base del fuego. Y apretar a fondo la maneta, hasta que se llene todo de espuma y el fuego se extinga.
¿Tal vez pensar en un posible incendio te inquietó porque nunca habías pensado en esa posibilidad? En ese caso puedes complementar el extintor con una manta apagafuegos y con un detector de humos. Con esos tres elementos ya puedes quedarte tranquila porque en caso de que suceda un pequeño incendio en casa, lo podrás controlar hasta que lleguen los bomberos y te den instrucciones específicas.
Y estos son mis 4 artículos imprescindibles para tener en casa.
Con esta pequeña lista, estaréis preparados para afrontar y salir airosos de cualquier contratiempo doméstico que os surja.
Cuéntame cuales son tus artículos imprescindibles para casa. ¿Hemos coincidido o los tuyos son diferentes? Dímelo en un comentario aquí abajo. Me encantará leerte.
Cómo limpiar las regletas de los enchufes de forma correcta, es una duda que hoy en día existe en todas las casas. Hace ya tantos años que los enchufes de las paredes eran suficientes, que ya no nos acordamos de aquella época. Nos parece imposible vivir únicamente con los dos o tres enchufes empotrados que hay en una habitación ¿verdad?
¿Qué les pasa a las regletas de los enchufes?
Tenemos tal cantidad de aparatos eléctricos en todas las habitciones de las casas que las regletas nos resultan imprescindibles para poder enchufarlo todo.
Generalmente, a no ser que les pases el plumero o la aspiradora a diario (y siendo sincera, si están sobre un mueble o a la vista, se limpian, pero las que están escondidas detrás del mueble de la televisión o detrás del escritorio donde se enchufan el ordenador, y los mil y un accesorios informáticos imprescindibles hoy en día, la cosa cambia mucho.
Cuando están en lugares de difícil acceso y además, no se ven, es fácil olvidarse de ellas y que se acaben convirtiendo en nidos de polvo y pelusas. Dejar que eso ocurra, es un riesgo importante por dos motivos:
El polvoacumulado dentro de los agujeros dificulta el paso de la corrientea los enchufes de los aparatos, que pueden llegar a no funcionar.
Las pelusas podrían incluso incendiarse si se recalentase o saltara alguna chispa por la mala conexión eléctrica causada por el exceso de polvo.
Mantener las regletas de los enchufes sucias es un riesgo importante
Pero… ¿Cómo limpiar las regletas de los enchufes?
En realidad el modo es muy sencillo. Esto sirve exactamente igual para los enchufes empotrados y los tipo schuko (los gordos con toma de tierra que tenemos empotrados en las paredes)
Necesitamos:
Bastoncillos o hisopos de algodón
Una bayeta de microfibra
Un paño fino de algodón que no suelte pelusa
Alcohol isopropílico
Cómo limpiar las regletas de los enchufes :
Para limpiarlas, lo primero que hay que hacer es desenchufarlas de la corriente eléctrica. En el caso de los enchufes, conviene cortar la corriente, pero si eso no es posible, es imprescindible trabajar con mucho cuidado (despues de limpiarlos te cuento la anécdota que me hizo perderles el miedo (que no el respeto), por completo.
Pasos para limpiar las regletas de los enchufes
Una vez desenchufadas (o apagado el interruptor):
Se le pasa un bastoncillo de algodón en seco, para atrapar el máximo de polvo y pelusas posible.
También puedes pasarle un cepillo especial para limpiar enchufes, como este:
Humedece la bayeta de microfibra con el alcohol y escurre un poco para que no chorree.
Limpia sin miedo todo el interior del enchufe, procurando que el alcohol no entre en los agujeros.
El alcohol isopropílico es un alcohol especial para limpiar componentes eléctricos y electrónico. Al evaporarse, no deja absolutamente ningún tipo de residuo, por lo que no hay riesgo de que queden restos de humedad invisible. Con este tipo de alcohol, tenemos la tranquilidad de que no se formará un cortocircuito que nos de un susto al conectar de nuevo la corriente.
Ahora ya sólo tienes que humedecer el hisopo de algodón en el alcohol, escurrir con los dedos para que no gotee y limpiar la parte visible de los orificios, introduciendo si hace falta un poquito (muy poquito) el agodón. Haciéndolo de este modo (primero uno y después el otro), no hay riesgo aunque esté conectada la corriente.
Ya sabes cómo limpiar las regletas de los enchufes. Únicamente falta secar bien con el paño de algodón el alcohol que no se haya evaporado, y sacar brillo a la carcasa por fuera.
Y ahora… la anécdota que te prometí. La que me quitó para siempre el miedo a cómo limpiar las regletas de los enchufes… De paso me hizo duplicar el millón de ojos que tenemos las madres
Si te aburren este tipo de historias, sáltatela sin ningún compromiso. No es obligatorio leerla (salvo el último párrafo, que sí es interesante)
Como todas las madres, siempre he tenido mil ojos con los enchufes y los niños. Cuando erán bebés siempre tenia colocadas protecciones de todo tipo. Sobre todo, en los enchufes situados a menos de un metro de altura del suelo. Cuando crecieron no las quité porque no estorban al enchufar y evitan que entre el polvo en los enchufes.
Esto ocurrió cuando ya mis hijos pequeños tenían 6 y 8 años… Supuestamente a esa edad ya no necesitan tanta supervisión… ¡Craso error!
Ellos tenían un coche teledirigido al que nunca habían hecho demasiado caso.
Una tarde, estaban los dos con el coche jugando en el salón. El coche corría como las balas. Súper potente… Me sorprendió que hubieran tenido abandonado tanto tiempo un juguete tan fantástico.
Mil ojos son pocos
De repente, descubrí el motivo de tanta potencia y tanta velocidad… Alguien les habia dicho, que si metían la antena ¡metálica! del mando a distancia del coche en un enchufe, el coche correría como una bala.
¡Eso era justamente lo que estaban haciendo! Casi me da un infarto…
Se les acabó el juego y con él susto aún en el cuerpo, les di una buena charla…. Pero cuando me tranquilicé un poco, me di cuenta de que habían estado casi toda la tarde haciéndolo… Y ¡no había pasado nada! ¿Cómo era posible? Gracias a esta aventura, se acabaron mis dudas acerca de cómo limpiar las regletas de los enchufes.
La explicación en realidad es sencilla: los enchufes están preparados para dar electricidad cuando entran las dos clavijas en los orificios. Si sólo metemos una, no funciona.
La superpotencia que cogía el coche teledirigido venía porque tenía la batería nueva y la red eléctrica de la casa, amplificaba la señal de la antena. Si mis hijos no se electrocutaron ese día (Gracias a Dios) fue gracias a los sistemas de seguridad de los enchufes. A mi aquello me demuestró que dos ojos no son suficientes, y que gracias a Dios los enchufes son lo suficientemente seguros como para poder limpiarlos, con cuidado, pero sin miedo a una descarga eléctrica.
Y este es mi modo de como limpiar las regletas de los enchufes de forma fácil y cómoda.
Con este sencillo truco, mantendrás tus regletas y tus enchufes siempre perfectos.
Cuéntame cómo lo haces tú. Me encantará leerte.
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Hoy te voy a explicar mi truco para limpiar el microondas de forma ecológica y muy sencilla. Vivimos una época en la que, una casa sin horno de microondas es una auténtica rareza.
En prácticamente todas las cocinas hay uno. La mayoría de las veces está infravalorado. Pocas veces se usa para cocinar realmente, pero resulta casi imprescindible para calentar un vaso de leche en el desayuno, o recalentar un plato de comida. Al calentar los platos ya preparados, a veces salpica por todas las paredes y hay que limpiarlo.
También hay ocasiones en que los mismos alimentos que calentamos dan olor. Por todo esto, el microondas puede coger olores raros, de modo que tenemos motivos sobrados para colocar la limpieza el microondas dentro de nuestras rutinas habituales de limpieza.
Mantenimiento básico del microondas
Para evitar en lo posible los salpicones, sobre todo de comidas, es imprescindible utilizar una tapadera especial para microondas, que cubra por completo el recipiente. Si no tienes tapadera de microondas, puedes apañarte con un simple plato apto para microondas, pero son muy baratas y resulta tremendamente útil tener una. Aunque normalmente no van a estar con contacto con alimentos, es mejor asegurarse de que estén libres de BPA.
Cómo limpiar el microondas de forma ecológica
Lo cierto es que limpiar el microondas de modo ecológico es mucho más fácil de lo que puede parecer.
Necesitamos:
Un cuenco amplio apto para microondas.
Dos vasos de agua a temperatura ambiente.
Unlimón a rodajas, o zumo de limón del comprado ya exprimido.
Jabón de lavar los platos.
Estropajo que no arañe.
Unabayeta limpia.
Un paño que no deje pelusa.
Realización:
Coloca en el cuenco el agua con las rodajas de limón o con medio vaso de zumo exprimido.
Conecta el microondas a máxima potencia durante unos cinco minutos, con el cuenco con el agua con limón en su interior. Tiene que hervir un ratito así que el tiempo depende de la potencia de tu microondas.
Una vez terminado el tiempo, deja otros 10 minutos de reposo sin abrir la puerta, de modo que el agua se enfríe un poco y para que al vapor producido por el agua con el limón hirviendo, le de tiempo a ablandar toda la grasay toda suciedad pegada a las paredes.
Abre ahora la puerta y saca el cuenco con cuidado de no quemarte. Ya no saldrá demasiado vapor porque se ha quedado pegado en las paredes, pero el agua seguirá estando bastante caliente.
Moja un poco el estropajo en el agua caliente con limón, y añade unas gotas del jabón de platos. Si tu microondas no está excesivamente sucio, puedes saltarte los pasos 5, 6 y 7 y pasar directamente al número 8.
Frota bien el microondas por dentro. Cómo está todo muy ablandado, no hará falta frotar mucho. Utiliza guantes de goma si lo crees necesario, para no quemarte con el agua caliente al coger el estropajo.
Aclara bien el jabón de platos de las paredes del microondas con la bayeta limpia, humedecida si hace falta en el agua con limón caliente.
Por último, sólo tienes que secar bien con el paño limpio y seco.
Y así es cómo limpiar el microondas de forma ecológica
Con este sencillo truco, podrás limpiar el microondas de forma ecológica y mantenerlo siempre como nuevo. Cuéntame cómo lo haces tú. Me encantará leerte. ¿Has visto mi truco para limpiar el horno fácilmente y sin químicos?Te lo dejo en este enlace.
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